Hans Sof Love

Capitulo 4.Mama.

En la mañana, Leslie e Irney se levantaron temprano ya ambos se prepararon para ir a sus trabajos y además prometieron verse en la noche y charlar. Leslie se marchó a su trabajo, pero Irney antes de irse decidió pasar por donde su madre a la cual hace ya días no venía.

-mama, ábreme soy yo…

La puerta de la casa se abrió mostrando a una mujer recién levantada, que al ver quien tocaba su puerta, salto hacia él y le abrazo.

-hay mi niño, hace rato que no te veía, me alegro de verte…

-ah, mama solo te vine a visitar porque hace rato no te veía…nada más, aún estoy molesto.

-hay cariño, perdón, porfa entra y hablemos…

-no, lo siento, solo vine a verte un momento, tengo que trabajar, adiós.

-pero…

La mujer se quedó hablando sola, pues su hijo ya se había ido a su trabajo, eso le molesto, más tarde cuando regresara iría a verle. Ella entro a su hogar y vio a sus hijos mayores, preparándose para ir  también a trabajar.

-mama, adiós ya nos vamos.

-hasta luego hijos, que les vaya bien.

Ellos se despidieron y se fueron a su trabajo, la mujer cerró la puerta de su hogar y se encero a su cuarto.

-hay, hasta cuando seguirá molesto…José no puedo sola, lo mejor será contarle la verdad…tengo que decirle a esa loca de Cornelia también.

Mientras en la casa de cerca, doña Cornelia se levantaba de su hogar y se arregló rápidamente, pues tenía que ir a reclamar los resultados de sus exámenes, salió de su casa, rápidamente y llego al consultorio, pero este estaba repleto, eso le molesto, pero nada podía hacer, sabía que así no podría ir a su trabajo, la mujer solo se sentó y espero su turno.

Luciel se n de su cama, se veía cansado, se arregló y bajo hasta la sala de estar donde espero a la llegada de Leslie.

La joven Leslie llego a su trabajo y se encontró con Luciel. El la saludo feliz de volverla a ver.  Luciel quería hablar con Leslie e invitarla a salir, la verdad en su hogar no había mucho que hacer, pues él ya tenía mucha servidumbre y la joven Leslie prácticamente se ocupaba en tonterías que no tenían el más mínimo sentido. La joven como siempre se disponía a trabajar, cuando Luciel le llamo.

-Leslie, hay algo que quiero decirte, quiero que seas que yo…

-¿tu?

-yo…

El hombre se quedó parado enfrente de la joven y su cara estaba roja, no articulaba palabra, la mujer apenas le miraba con una pequeña y nerviosa sonrisa.

-quiero que nos conozcamos, después de todo somos amigos y trabajas para mí y yo conozco a todos mis trabajadores, además tengo hambre, porque no comemos.

-claro, pero no tengo que trabajar…

-no importa, solo charlemos y comamos.

-ok, tu eres el jefe.

Ambos se sentaron a la mesa y comenzaron a comer, a la vez los demás sirvientes comenzaron a atraer el resto de platillos y uno de ellos traía la botella especial de “vino” de Luciel, Leslie al verlo se le iluminaron los ojos.

-eso es vino, ¿puedo probar?, siempre he querido probar vi…

-NO¡¡¡…no puedo darte, me dijiste que tenías 16 y no puedes.

-pero el vino no es como el alcohol, escuche que apenas tiene un poco, por favor…

La mujer comenzó a hacer pucheros y el hombre sin más totalmente rendido tuvo que ofrecerle aunque no sabía cómo reaccionar cuando se diera cuenta que era sangre y no vino lo que tomo.

-está bien, por favor sírvanle un poco, pero solo un poco.

-si¡¡¡

A la mujer le sirvieron en una copa un poco de aquel líquido, al momento ella se lo bebió.

-Woo, sabe mejor de lo que pensé, además huele increíble…

-…

El hombre se quedó sorprendido, pues ella se lo bebía sin sospechar de lo que era, eso le genero dudas, pero luego se le disiparon, al rato ambos charlaron y comieron, la joven sin darse cuenta paso casi todo el día hablando con Luciel y no hizo ningún trabajo, por eso decidió terminar la conversación y se despidió de Luciel, ala ves que salía para encontrarse con su amado.

En otro lado Irney se encontraba terminando de trabajar, y se disponía a salir para encontrarse con Leslie en el lugar que acordaron.

El en día doña Cornelia por fin había sido atendido después de varias horas esperando, el médico le hablo y le comento que tenía una terrible enfermedad que aunque no avanzaba rápido, era muy riesgosa y necesitaba un tratamiento si quería mejorarse. La mujer solo asentía, pero en su interior aunque sabía que había un tratamiento, ella no tendría dinero para eso, pero si conocía a una persona que podría salvarle, pero no se atrevería a llamarle, además hace años no le hablaba.

La mujer solo camino hasta su casa, cuando se encontró con su segundo más grande dolor de cabeza, su vecina.

-Dios mío santo, por favor, llévame o llévatela a ella…

La mujer paso de largo e ignoro a la mujer, pero esta era más rápida y la encaro.

-Cornelia, donde estabas…

-mira, Irney debe de estar en su trabajo si quieres espéralo, si no, no me importa, ahora déjame, me siento mal…

-que, no, vine a hablar contigo, me preguntaba cómo habían salido tus exámenes médicos, ayer me lo comentaste y me sentí con la duda…

-Um, pasa…

-ok.

Mientras en  otro lado, Leslie e Irney se encontraron en el parque y comenzaron con su cita, la pasaron increíble, al cabo de un par de horas, se encontraban cerca de la casa, cuando vieron salir a la madre de Irney y les pareció verla charlar con Cornelia, ambos se preguntaron que hablaban y se acercaron.

-mama, doña teresa, ya volvimos…

-mama, ¿qué haces aquí?

-pues hijo, vine a verte, y a ver como estabas…

-qué bueno que llegaron, adiós teresa…

-adiós, chao mi niño.

Ambos se preguntaron qué rayos pasaba, pero no le dieron importancia y solo siguieron con lo suyo, cenaron y se pusieron a descansar, para mañana. Y los demás días.



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En el texto hay: amor, odio, dinero

Editado: 11.08.2021

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