Ela no dejaba de insistir en acompañarme al coche a por mis cosas y así ella buscaba a su hermano para recoger algunas cosas que le quedaban a ella.
ㅡ De verdad Ada te quiero acompañar y así conoces a mi hermano, no es tan majo como yo pero es aceptable – dijo riéndose de sus propias ocurrencias.
ㅡ Ela pero que no he terminado de colocar las cosas
Hacía media hora que habíamos llegado al apartamento y para Ela había sido necesario para colocar todas sus cosas.
ㅡ Pero Ada tienes más cosas en el coche y tengo que buscar a mi hermano para recoger las mías – empezó a hacer muecas que supongo eran de súplica – venga vamos porfa.
ㅡ Está bien vamos a por las cosas – murmuré cansada de tanta insistencia.
Ela salió corriendo de mi habitación para ir a por sus cosas y salir de nuestra mini casa como ella lo había nombrado.
ㅡ ¡Venga Ada que estoy esperando!
ㅡ Voy – dije alargando la palabra
Salimos al pasillo para montarnos en el ascensor.
ㅡ Uh ¿ves a esas que están al final del pasillo?
ㅡ ¿A la rubia y las otras dos que están como robots asintiendo a lo que la rubia dice?
ㅡ Si, las has descrito muy bien, porque la rubia se cree la abeja reina y las otras dos son sus secuaces donde ella vaya la siguen incluso al baño – esto último lo dijo mientras fingía un escalofrío – Son Melisa, Sara y María pero como a Melisa no le parecía un nombre “prestigioso” la empezó a llamar Marie; una tontería lo sé pero así es la niña de papi que todo lo consigue.
ㅡ Ela una pregunta – dije mientras entrabamos en el ascensor
ㅡ Claro dime
ㅡ ¿Tu como te enteras de todo?
ㅡ Tengo mis fuentes – dijo entre risas – pero a ellas las conozco de la escuela, íbamos juntas desde que tengo memoria.
ㅡ Pues no parecen muy majas la verdad
ㅡ Y no lo son pero por suerte siempre se sentaban en la parte de adelante.
Cuando llegamos a la entrada Clara estaba regando las plantas.
ㅡ ¡Hola Clara!
ㅡ Que susto por dios niña – dijo con una mano en el pecho– ten compasión soy vieja
ㅡ ¡Que va si estás espléndida!
ㅡ Son los ojos con los que me miras querida pero una ya tiene una edad, ¿qué tal ya habéis colocado las cosas?
ㅡ No todo de hecho vamos a por cosas ahora.
ㅡ Sí, yo estaba colocando mis cosas cuando alguien ha empezado a molestar – dije mirando acusadoramente a Ela – tengo en mi coche más cosas y Ela va a buscar las suyas en el coche de su hermano
ㅡ Si, ¡Clara! ¿has visto a un chico alto, moreno?
ㅡ Tendrás que especificar niña porque hay muchas personas aquí.
ㅡ Se llama Neithan Gutiérrez.
ㅡ Oh si, se ha instalado hace media hora con otro chico en su habitación, es la 314.
ㅡ ¡De acuerdo! Voy a por las llaves del coche o a por mi hermano – Ela se fue despidiéndose con la mano.
ㅡ He visto antes que llevabas libros, ¿quieres conocer nuestra biblioteca?
ㅡ Por supuesto, me encantan los libros y de los que me he traído solo dos me faltan por leer, voy a necesitar muy pronto libros nuevos
Nos echamos a reír mientras la seguí hasta la primera puerta doble que vi al entrar.
ㅡ Bienvenida al paraíso de todo lector.
Abrió las puertas y ahí se encontraba una hermosa biblioteca de colores claros y todo acristalado, dejaba entrar la luz y además se podía ver el exterior si te sentabas en cualquier zona; había varias mesas dispersas y al fondo varios ordenadores con impresoras para poder hacer trabajos.
ㅡ Dejaré las puertas para que Ela nos pueda encontrar, como ves hay distintas zonas donde te puedes sentar a disfrutar de tu libro, pero si me dejas decirte un secreto te recomiendo que sigas las estanterías hasta el final allí hay un rincón muy acogedor con vistas al bosque cuando llueve es una maravilla.
ㅡ Muchas gracias Clara, me pasaré a leer donde me has dicho.
ㅡ En las estanterías te pone cada género por si quieres dar una vuelta, yo aviso a Ela cuando llegue.
Asintiendo me encaminé hasta un pasillo para buscar un nuevo libro mientras esperaba a mi alocada compañera de habitación; empecé a leer algunos libros que me llamaron la atención hasta que me quedé con dos en las manos.
ㅡ Clara, ¿Cuál me recomiendas?
ㅡ ¿Por qué tienes que elegir? Te puedes llevar los dos.