Tabitha llega tarde a clase. Corre por los pasillos como alma que se lleva el viento. Justo cuando ve la puerta, una figura se postra ante ella, haciendo que se caiga de bruces.
—¡Joder! —dicen Brad y Tabitha al unísono.
—¿Brad? —le pregunta ella.
—¿Te conozco? —Brad mira a la chica y sonríe. Se acerca a ella para darle un beso—. Recuerdo número seis.