HARMONÍA I:
Solsticio de Verano
Por
WingzemonX
Capítulo 13.
Pesadilla antes de Media Noche
Las personas de Ponyville habían tenido bastante tiempo para asimilar la inminente visita de su Reina y Diosa Protectora. Toda la concentración y trabajo de cada uno de sus pobladores durante los últimos cinco días, había sido enfocado en ello. Sin embargo, evidentemente no había sido suficiente, pues cuando Lady Celestia Ultimecia de Enquestria se presentó ante ellos en las puertas mismas de la alcaldía, todos y cada uno se quedaron anonadados. El abrumador silencio que se había dejado caer sobre todos, sólo pudo ser rotó por la sonora voz de Pinkie Pie.
—¡Oh, por Celestia!, ¡es… Celestia…! —gritó con ímpetu la jovencita rosada, y aunque su comentario sonaba un tanto raro, ejemplificaba de buena forma lo que cruzaba por la mente de casi todos los presentes.
La mujer de blanco introdujo un poco su cabeza por el marco de la puerta, y observó sonriente el interior.
—Veo que estaban a mitad de una celebración —señaló con tono jovial—. ¿Podemos pasar?
Antes de que Rainbow Dash pudiera responder algo, que igual posiblemente le hubiera tomado bastante tiempo intentar siquiera darle claridad a las palabras en su cabeza, la Alcaldesa rápidamente se aproximó a la puerta y la hizo a un lado casi a empujones.
—¡Pero claro que sí, majestad! —Exclamó Brownie Mare, intentando sonar lo más tranquila y serena que una situación tan inesperada, por decirlo menos, podía ameritar—. Pase, ésta es su casa, su Excelencia. Es... un honor estar en su presencia...
—El honor es todo mío, Alcaldesa Mare —susurró la Diosa, ingresando entonces al recinto con paso delicado. Detrás de ella venían dos filas, cada una de seis, conformadas por soldados con armaduras y lanzas. Detrás de ellos, entró además un hombre joven, alto de piel blanca y cabellera azul, portando una armadura dorada un tanto diferente al resto, y una espada en su costado. Cargaba su casco bajo su brazo derecho.
—Buenas noches —saludó sonriente el hombre de armadura dorada a Rainbow, que seguía un lado de la puerta—. Soy Shining Armor Sparkle, Capitán de la Orden de los Caballeros Divinos.
Rainbow se sobresaltó, y rápidamente echó un vistazo completo a aquel individuo, de arriba hacia abajo y de regreso.
—¿Capitán Sparkle? ¡¿El Capitán Sparkle?! —cuestionó, aún incapaz de salir de su primera impresión.
—Me parece que sí. Usted debe ser la Jefa Dash, ¿no?
—Me parece que sí… —respondió un tanto insegura, pero rápidamente se abofeteó a sí misma para obligarse a reaccionar.
Celestia caminó lentamente hacia el centro del recinto. La gente le abría paso, casi como si le tuvieran miedo, pero al mismo tiempo no podían quitarle los ojos de encima por la fascinación que les causaba estar ahí, a unos cuantos metros de ella, algunos incluso menos. Parecía tan irreal, como un dulce y cálido sueño. Celestia, por su lado, saludaba a quienes se cruzaba con un discreto movimiento de su mano y una sonrisa, aunque su atención estaba primordialmente en el decorado sobre ella y en los alrededores.
—Pero, majestad… —murmuró Mare nerviosa a sus espaldas, siguiéndola a cierta distancia prudente—. La esperábamos hasta mañana. Le teníamos preparada una gran ceremonia de bienvenida y todo.
—Lamento cambiar de planes —se disculpó Celestia, girándose de lado hacia la alcaldesa—, pero decidí venirme desde ya para ver cómo iban los preparativos. Y estoy muy encantada con la decoración que he visto afuera y aquí adentro… No, estoy de hecho más que encantada.
Se escuchó de pronto un sonoro chillido entre la multitud.
—¿Escucharon? —Exclamó Rarity Diamonds a sus amigas, entre risillas de nervios y emoción—. La reina está más que encantada con mi decoración, ¡más que encantada! Oh, siento que me voy a desmayar.
Rarity se dejó caer hacia atrás, por lo que Fluttershy hizo el intento de detenerla, pero ocupó de hecho la ayuda de Applejack para evitar caerse con todo y la diseñadora.
Celestia rio levemente divertida.
—Todo se ve adorable y perfecto —declaró, girándose hacia toda la multitud a su alrededor—. Superaron todas mis expectativas. Se ve que hicieron un gran trabajo todos juntos. Muchas felicidades; éste será un gran Festival, de eso no tengo duda. Creo que todos se merecen un aplauso.