Harper

Capítulo Dos - Beasley

"Y pensé en el tiempo perdido, en las personas que habían muerto, en las que habían abandonado, en los sentimientos que jamás volvieron."

...

Me di la vuelta con rapidez al darme cuenta de que debía ir a buscar otra bebida, pero me detuve al ver a otra mesera en dirección a ellos, bueno, me salvó de ver a ese idiota otra vez.

Cuando llegue, Mariana ya se encontraba reprimiéndome con la mirada. - ¡Tomate un descanso! – me grito antes de dirigirse a la parte de las botanas.

Me fue inevitable pensar en el hecho de que ahora debía pagar una copa que de seguro valía más que mi vida.

También recordé lo que Mariana me había dicho, eran cuatro hermanos, el cuarto era Gael, el tercero era Matthew, el primero era Nathaniel, y el segundo Mitchell Beasley, uno de los jóvenes más inteligentes y atractivos en el país.

Los saque de mi mente y me acerque a donde estaban los demás meseros en descanso y me algunos me miraron con burla, lo que me faltaba, luego de largos minutos y sin ánimos de soportar eso me adentre a la mansión para ir a la cocina y tal vez hablar un poco con la esposa de Mariana la cual trabajaba aquí, camine por un gran pasillo hasta entrar por la puerta en la que Mariana me había dicho que era la cocina, me detuve en seco al darme cuenta de que no era en absoluto la cocina.

Era...una galería de arte.

Dude por acercarme hacía mas ya que había unas esculturas...no rompería mas nada, ¿verdad?

Me sentía en el paraíso al ver todas las pinturas, nunca había tenido la oportunidad de verlas tan de cerca, siempre a través de libros e internet.

Una pintura me llamó la atención, era una pareja besándose con sus cabezas cubiertas.

- René François Ghislain Magritte - Giré asustada al escuchar la voz, era aquel hombre, el Beasley mayor.

¿Vendría a reclamarme el vaso roto?, ese vaso vale más que mi vida.

- Es una pintura que expone la prohibición en la que se encuentra la pareja, o el impedimento de poder sentirse el uno al otro. Aunque también habla sobre un amor perdido...era una de las pinturas favoritas de mi esposa.

- Lo siento, señor Beasley, solo quería tomar un descanso, lo sé, no debería estar aquí...-explique cruzando mis brazos en mi pecho a modo de protección.

- No pasa nada, mi esposa por algo las eligió, para ser observadas y disfrutadas, ¿no? - dijo con una sonrisa, lo cual me hizo bajar la guardia, por lo menos un poco. - ¿Te gusta pintar? Por cierto, dime Logan.

Lo mire por unos segundos, podía notar que sin duda era un hombre extremadamente guapo que debía volver loca a mujeres y hombres, note el parecido con sus hijos y no pude evitar pensar que se parecía más al que había chocado, aunque sus ojos...era raro porque los tonos de azul y celeste eran parecidos pero a la vez opuesto opuestos.

Aunque no podía descifrar lo que había en su mirada.

Su hijo había sido fácil de leer.

- Así es, bueno, nunca he podido estudiarlo bien mas allá de libros pero sí...

- Eso...eso es muy bueno, digo que te guste pintar, no lo de que no has podido estudiar...eso no es nada bueno-, soltó, tenía sus manos en sus bolsillos y me miraba con curiosidad. – Sabes de hecho, conozco una gran universidad a la que mi esposa le donaba dinero, cosa que aún hago, pero tal vez podría interesarte y...

Pensé en el hecho de que ya estaba en una universidad con una beca que había ganado en noviembre gracias a mi alto promedio, y que además empezaba empezaba el lunes.

- Aunque quisiera dudo tener el dinero para pagarla, ya estoy en otra universidad de hecho y estudiando otra cosa...– sinceramente, no sabía porque me estaba hablando o porque yo le contestaba, mas aun sabiendo el hecho que ahora le debía dinero, tal vez para él era como si yo gastara un centavo de mi alcancía. – Si esta aquí por el vaso que rompí, lo voy a pagar yo...

- Oh, no te preocupes, un vaso de una gran colección de porcelana fina carísima de este salón no valen nada. – me interrumpió, parpadee asustada y me asuste aun mas cuando rió. – Estoy bromeando, no te preocupes, solo hacías tu trabajo y mi hijo fue quien se cruzo en tu camino, no tienes que pagar por ello. – respondió estudiándome con sus ojos azules.

- Manche a su hijo con champaña, señor Beasley. – solté.

- Esa fue mi parte favorita, señorita. – sonrió para mi sorpresa.

Intentó decir algo más pero una dama lo llamó desde la puerta, diciéndole que lo necesitaban.

- Debo irme, pero si algún día te interesa la universidad no dudes en contactarte conmigo. – dijo, dudaba mucho volver a ver a ese hombre en mi vida, no pude evitar en el gran parecido que tenía con su hijo. - Sigue observándolas, mi favorita es aquella.- apunto a una que estaba en el final del pasillo, era la más grande de todas.

- ¿Qué significa...? - pregunte observándola.

- Algunas veces las pinturas solo se pueden descifrar por uno, algunas tienen un significado que solo es válido para nosotros ya que otros la interpretan de otra manera. Yo solo veo dolor y tristeza absoluta... ¿Qué es lo que  ves? - comento antes de retirarse dedicándome una leve sonrisa.

Eran una pareja, una corona dada vuelta adornaba la parte de arriba cubriéndolos, el solo la miraba a ella y ella a él, parecían felices, pero había una especie de sombra que los cubría y había un...

- ¡Harper!, ¿Qué haces aquí? - mire asustada al proveniente de la voz, era James, se veía increíble con aquel traje blanco.

- ¡Oh!, yo estaba en mi descanso, y me detuve a observar las pinturas.

- ¿Esas aburridas cosas? Déjame decirte, que la única obra de arte en este lugar eres tú, te ves radiante. - contestó antes de acercarse más y besar mis labios con suavidad.




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