En un mundo donde los tíos de Harry no tenían el más mínimo sentido humanitario, estos decidieron no quedarse con el bebe que en ese entonces era Harry. Sin embargo, no conformes con eso, decidieron apartarlo lo máximo posible de ellos, mandándolo a un orfanato donde no preguntarían su procedencia y donde seguramente creyeron le iría pésimo en la vida, un orfanato en nada más y nada menos que en el país de México.
Sin embargo se equivocaron, y pese a que Harry no viviría lleno de lujos y comodidades, viviría una infancia normal, al ser adoptado a los 2 años, por una familia mexicana promedio, la cual le enseñaría los valores y carácter de un buen mexicano, con lo bueno y lo malo que eso conlleva.
Harry, que en ese entonces era conocido por Juan Pérez o por su apodo de “El werito”, recibiría la carta de Hogwarts antes de cumplir los 11 años, dejando a su familia adoptiva sorprendida, pero muy feliz y entusiasmada, apoyándolo en todo momento y con todo, solventando los gastos que el traslado y los objetos de la escuela requerían, aunque a duras penas teniendo que vender su automóvil que para entonces ya no era muy nuevo que digamos.
Después de eso, los acontecimientos transcurrieron lo más similar que en la historia original, con la gran diferencia de que cada verano era una completa felicidad para Harry, tener que volver con su amada familia adoptiva.
Editado: 04.09.2020