Harry Potter Mexicano: Y El Cáliz De Fuego

El nombre en el cáliz

Después de un largo viaje en tren, Harry y sus amigos llegaron al castillo de Hogwarts, donde como cada año presenciarían la tradicional ceremonia de apertura del ciclo escolar, así como el enorme banquete.

-Ahora que ya están sentados, quisiera informarles algo-. Dijo el viejo profesor Dumbledore, desde el atril con velas a los costados-. Este castillo no solo será su hogar este año –en eso, el conserje entro repentinamente al comedor, llamando la atención de varios estudiantes, entre ellos Harry-, sino también el de varios invitados especiales, ya que Hogwarts ha sido… 

El conserje interrumpió las palabras del director, empezando a murmurar con él, causando que entre los estudiantes se preguntaran lo que ocurría. Segundos más tarde, de nuevo correría el conserje, pero esta vez rumbo a la salida, continuando las palabras del viejo Dumbledore.

-Decía: Hogwarts ha sido elegido como la sede de un legendario evento; el torneo de los tres magos –en ese momento, las caras de la mayoría de los estudiantes cambiaron a una de enorme felicidad, sin entender Harry el porqué-. Para aquellos que no lo sepan –volteo a ver a Harry con mirada cómplice-, el torneo de los tres magos reúne a tres escuelas para una serie de pruebas mágicas, y de cada escuela se selecciona a un estudiante para competir. Y que quede claro, si son elegidos “estarán solos”

-Hay sí –murmuro Harry de manera incrédula-. Si como no. Que miedo.

-Y créanme cuando digo, que este torneo no es para los asustadizos –añadió Dumbledore.

-Me la pela –exclamo Harry, llegando a los oídos del director, y haciendo reír a los de su alrededor.

-Pero hablaremos luego –menciono Dumbledore, de manera algo irritada-. Ahora demos la bienvenida a las bellas señoritas de la academia de magia Beauxbatons, y a su directora; madame Máxime.

Al instante, un numeroso grupo de hermosas jovencitas, de todos los colores, aunque en su mayoría rubias, entraron al comedor, con un caminar que las hacía parecer que modelaban sobre una pasarela. Usaban túnicas azules holgadas de los hombros, brazos y piernas, pero que quedaban justas del trasero y los pechos. Al igual que portaban grandes y puntiagudos sombreros. Las jóvenes, hicieron un par de saludos extraños, que las hacía parecer estar gimiendo, y despues corrieron de pronto rumbo a la mesa de profesores. Eso permitió que Harry las viera de espaldas.

-Mira esas nalguitas Ron mmm, mmm, mmm –dijo Harry, mientras que su amigo con cara de idiota, asentía sin dejar de verlas.

Una vez todas las alumnas estuvieron al frente, se dispersaron, entrando también al comedor, la enorme directora de la escuela, la cual media por lo menos 2 metros y medio de alto. -Valla, esa mujer es enorme –dijo uno de los compañeros de Harry.

-Esa si te la dejo a ti Ron –dijo Harry, de manera burlesca, mientras que visualizo a la chica que por mucho era más hermosa que el resto, lo cual ya era mucho que decir, una rubia de ojos azules, pelo lacio y largo, con unos preciosos senos redondos, la cual, hizo que sin querer se parara de su asiento, aplaudiendo como loco, hasta que Hermion con cara de pocos amigos lo hizo descender con un fuerte jalón-. ¡¿Qué?!

El aplauso continuo, hasta que Dumbledore nuevamente recobro su posición anterior, extendiendo los brazos, callando en un instante a la multitud, con tan solo su presencia, a excepción de a Harry, quien hizo un último silbido de admiración.

-Ahora nuestros amigos del norte. Recibamos a los orgullosos hijos de Durmstrang y a su director Igor Karkarov.

Las enormes puertas del comedor se volvieron a abrir, y rápidamente por ellas pasaron varios hombres con bastones, pasándolos de mano en mano, mientras golpeaban el suelo con ritmo duro, al mismo tiempo que hacían un grito enérgico. Como si su rutina no fuera lo bastante llamativa, los primeros jóvenes del grupo de la nada corrieron hacia el frente, dando marometas y giros.

-Miren es Viktor –dijo Ron con un rostro desfigurado en emoción, cuando el jugador profesional de quiditch, el director de la escuela soviética y un sujeto más entraban por la puerta-. Viktor Krum.

-Valla, valla. Así que si tendremos buena competencia –dijo Harry con cierta emoción, mientras dos estudiantes de la escuela de Durmstrang liberaban llamas de sus varitas, formando momentáneamente un ave de fuego.

-Albus.

-Igor.

Dijeron ambos directores, dándose un aparente abraso fraternal.

La cena transcurrió con normalidad como todos los años, hasta que de nueva cuenta Dumbledore hizo aparición frente a los algunos, cuando unos hombres dejaron un extraño y grande objeto ornamentado, en el medio del gran comedor.

-Atención por favor –dijo el viejo director de Hogwarts-. Quisiera decir unas palabras.

-Espero no vuelva a decir su chiste de papas, chorizo o no sé qué chingados, como en el primer libro… o digo, como el primer año –dijo Harry.

-La gloria eterna –continuo Dumbledore-, es lo que le espera al estudiante que gane el torneo de los tres magos. Pero para lograrlo deberá sobrevivir a tres pruebas. Tres pruebas en extremo riesgosas…

-Fantástico –dijeron ambos gemelos al unisonó.

-Ustedes cállense mejor –dijo Harry-. O uno de los dos terminara muriendo más tarde que temprano –tocio mientras continúo hablando-. Más temprano que tarde.



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En el texto hay: humor, fanfic, harrypotter

Editado: 04.09.2020

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