Narra Harry
Estaba nervioso eso no lo iba a negar. Caminaba con rapidez entre los arbustos del laberinto siempre alerta con la varita en alto. Tengo un mal presentimiento.
---Harry--- escuchó la voz de una mujer, me giro pero no logro ver a nadie--- Harry... Harry--- miro hacia todos lados, había mucha niebla, no podía ver nada.
---¿¡Quien eres!?---invoque un lumos pero no vi a nadie, por un momento creí que se podía tratar de Megan o Fleur.
---¡Experiarmus!--- alguien conjura el hechizo a unos cuantos metros de mi y pude escuchar la voz inconfundible de Fleur gritar de dolor. Corrí hacia el lugar chocándome con Megan. Fleur yacía inconsciente en el suelo, mire los ojos de Megan estaban perdidos y de un color blanco grisáceo.
---¡Cuidado Harry!--- grita Cedrid y comienza un duelo con Megan. Voy con Fleur tomo su varita y conjuro el hechizo de rendición para poder sacarla de ahí.
---¡Crucio!--- giro sorprendido al escuchar el hechizo imperdonable. Cedrid se retorcía de dolor en el suelo, empuje a Megan liberando a mi amigo del conjuro y la ataque pero lo mas extraño fue que ella no me ataco a mi, mas bien se dejo vencer por mi y caer inconsciente--- gracias Harry
---Esto es extraño, ¿Por qué no me ataco a mi y a ti si?---Cedrid ignoro mi comentario y señalo atrás mío. Gire encontrándome con la copa de los tres magos.
---Quería asegurarse que tu fueras el que ganara--- lo ayude a levantarse y con cautela ambos nos acercamos a la copa.
---¿Pero porque?
---Adelante Harry tómala tu me salvaste--- niego preocupado algo dentro de mi me dice que esto no esta bien.
---¿Que te parece si lo hacemos juntos?--- asintió, tocamos la copa y desaparecimos del lugar.
---Es un traslador--- escucho a Cedrid decir emocionando, miro a mi alrededor este lugar me parece extrañamente conocido. Estamos en una especie de cementerio. Me acerco a una tumba y leo el nombre de Tom Marvolo Riddle.
---Cedric tenemos que salir que aquí--- grito preocupado tomando lo fuerte del brazo pero el se suelta y señala al frente asustado.
--- Harry no estamos solos...
---¡Mátalo!---mi cicatriz comienza a dolor horriblemente. Miro a Colagusano aparecer enfrente nuestra con un bulto en sus manos.
---¡Avada Kedrava!--- asesina a Cecrid y me ataca dejándome inmóvil.
---Alto no lo hagas...--- suplico al ver su intención. Quiere revivir a Voldemort. Trate de librarme y evitarlo pero no pude. El despertó, sus seguidores aparecieron y yo tuve un enfrentamiento con el señor tenebroso.
---¿Este es el niño que derrotó a Voldemort?- se burlo volviendo a lanzarme otro crucio- solo eres un tonto que creyó que ganaría al mago mas grande de....
---¡Reducto! Aléjate de mi ahijado maldito--- un hechizo impacto contra Voldemort alejándolo de mi. Una mujer pelirroja se coloco enfrente mío y a su lado dos mujeres más llegaron. Solo a una reconocí, fue la misma mujer que nos ayudo en la casa de los gritos con Sirius, Ludmila Jerking.
---Harry toma el cuerpo de tu amigo y la copa, vete nosotras nos encargaremos de todo--- me grito Ludmila. Vi como las otras dos comenzaron a pelear contra Voldemort y sus mortifagos
---¡Protego! Harry tienes que irte ahora--- la pelirroja me sonrió apenas y siguió lanzando hechizos a diestra y siniestra.
---Vete ahora, es momento que abras la caja que te di ahí encontraras respuestas, ahora ya hiciste suficiente--- Ludmila me ayudo hasta llegar a la copa y sin mas desaparecí.
(...)
Narra Allison
---¡El chico esta muerto!- escuchó gritar, bajo las gradas. Dumbledore trata de separar a Harry del cuerpo de Credic mientras no deja de repetir que Voldemort ah vuelto. Miro a Kenneth preocupado, ¿será cierto?
---Allison tengan cuidado todo fue una trampa hay alguien infiltrado en Hogwart--- escucho la voz de Ludmila hablarme por Legeremancia, miro a mi alrededor y veo como a lo lejos Moody se esta llevando a Harry.
---Creo que es Moody, le diré algún profesor---le contesto.
---Ve con Severus--- fue lo ultimo que dijo. Me preocupe pude sentir dolor de parte de ella como si la estuvieran torturando.
---¡Profesor!- voy hacia Snape pero antes de llegar siento un dolor fuerte en la cabeza que me hace arrodillarme como si me estuvieran torturando con mil crucios a la vez, voces comienzan a llegar a mi cabeza y no puedo detenerlo.