El mapa dibuja kilómetros y horas,
una prueba invisible que el tiempo traza.
Y aunque hoy la noche nos separa y mora,
tu voz es el abrazo que me enlaza.
No hay anillo ni papel que lo confirme,
pero en el trato diario, en cada gesto,
nuestro lazo, Bobita, ya es tan firme
que borra el "quizás" y dice: "somos esto".
Me llamas, te llamo, con un dulce apodo,
y el mundo se detiene en ese instante.
Aunque el aire no nos una de algún modo,
somos ya la pareja, la constante.
Sueño con el día en que tu risa cerca
se escape al oído sin pantallas frías,
y la espera, que a veces nos cerca,
se rompa en caricias de dichosos días.
Mientras tanto, mi amor, sé que te siento,
en cada mensaje, en cada buen deseo.
Ya somos exclusivos, lo dice el sentimiento,
solo falta el reloj que marque el te veo.
Editado: 17.11.2025