camino a el nuevo partido que va a haber hoy aquí en el instituto mientras como de mis papas fritas, no debería comérmelas ahora ya que no traigo dinero para comprar palomitas que estarán a la venta en la cafetería. Llevo mi mochila conmigo asi no subo hasta mi clase a traerla. Solo camino hasta mi casa y ya. Siento como soy jalada hasta pegarme a una de las paredes. Mierda.
—Se me cayeron mis papitas ― digo triste mientras miro la bolsa casi vacia, ya que por el jaloneo se cayeron gran parte.
—Escúchame bien— la miro– mas te vale que recuerdes lo de la vez pasada. No te quiero ver que estes admirando a nadie mas que no sea yo. — ella me suelta y yo corro hacia la cancha. Logro ver a Debbie sentada con unas palomitas, camino para sentarme a su lado.
— Hey
—Hola Debbie
—Mira ya están por entrar unos atractivos chicos— dice con una voz que me hace reir. Ella lleva esperando este partido toda la semana, ya que otro instituto decidio querer venir a competir y Debbie mas que feliz, ella fue la que me convencio de venir. El partido comienza y yo miro triste las 4 papitas que hay en la bolsa,mejor ni la hubiera abierto hasta llegar pero las ganas me vencieron,ahora por eso y por ella no podre disfrutar las que quería.—mira– volteo donde señala encontrándome a un chico rubio oji verde—es muy atractivo– a Debbie le encantan y la vuelven loca los rubios.— ahora tu,busca a otro- le hago caso y le señalo a un rubio de su gusto pero esta vez con ojos café claros. Debbie abre la boca sorprendida, me da un pequeño codazo y da un pequeño grito— ahhhg Molly pero que sabrosura acabas de encontrar— yo me encojo de hombros. Y miro al chico notando que tiene un cuerpo con gran musculatura. Lo miro un rato hasta ver al marcador la cual el otro instituto nos esta ganando por dos canastas, tampoco es como si fuera novedad, ya que somos el instituto peor en cuanto a deportes, solo una vez ganamos un trofeo y fue hace 3 o 4 años.
No se pero mi mirada viajo a ella, la cual ya me estaba viendo pero con el ceño fruncido. ¿Por qué sera? No importa total mejor me termino las pocas papas que me quedan.
Camino hacia mi casa tranquila, aun que triste por no haber comido más papitas. Cuando siento otro jaloneo hasta que me pegan a una pared. Allí la miro. Mierda ¿que tiene ella con pegarme a la pared?
— creí que habías aceptado y no verías a alguien más que no sea yo, pero en vez de eso— hace más fuerte su agarre — ni le quitaste tú mirada de enzima. — yo la miró y a sus labios los cuales ahora se encuentran fuertemente apretados.
— ¿que tiene de malo? Es solo un chico y ya— digo simple.
—eso — la miró sin entender— que es un chico — la sigo mirando sin entender.
— y ¿que con que sea un chico?
—qué... También hay chicas — la miró sin entenderla aún más
— si hay chicas ¿que hay con ellas? — ella niega muchas veces con la cabeza. No entiendo nada, ni lo que me dice ni lo que hace, pero no me gusta estar en esta posición. — apártate — no lo hace— apartate— empiezo a querer safarme, pero no lo logro, frustrada le grito— dejame, suelta me aparte de tenerme así, no te bastó y tiraste mis papitas— digo triste lo último. Ella afloja un poco su agarre.
— ¿que dices?
— qué botaste mis papitas y ni te importo — por qué siguió acorraladome como si nada — ni tan barato que me costó y vas tu y las tiras— digo triste recordandolas en el suelo. Ella me suelta.
— ¿quieres papitas?
— obvio, si prácticamente ni las disfrute.
—bien, ven — ella me jalonea, yo trato de safarme.
— a ¿donde me llevas? — ella no me responde, yo sigo tratando de safarme. Cuando de pronto noto que estamos dentro de él super llendo a la sección de chucherías.
— ¿cuál quieres? — paramos dónde hay diferentes tipos de papas en bolsa das. — qué ¡cuál quieres! Te estoy preguntando. — reaccionó al instante señalando unas, ella agarra las que estaban en la fila dejando la sección sin ese sabor de papas. Me las da y yo a duras penas no deje caerlas. Ella camina a la caja, veo que saca una tarjeta de crédito de su billetera negra y paga — vámonos — yo la sigo, ya afuera ella para y yo para no chocar con ella también. — ¿ya estas feliz?
— ¿uh?
— ¿estas feliz ya con tus papas?
— pero que dices yo no las e pagado, por lo tanto no son mías.
— si lo son, ya que las e comprado para ti.
— este... — yo abro la boca sorprendida, ya que eso no lo haría ni mamá. Trato de decir algo pero no me sale mas solo tartamudeos. Ella tapa mi boca con su dedo índice. Noto que sus uñas son muy grandes, las cuales están pintadas de negro.
— no hace falta que digas nada, solo agradeceme obedeciendo cuando te pido algo— sonríe de lado, más no se ve maliciosa mas bien... ¿Feliz?. Yo sin nada mas que decir asiento. Camina y yo la sigo.
Caminamos juntas, extrañamente ya no me siento incomoda por su presencia hasta podría decirse que se siente tranquilidad. Ella llega a su casa, no se despide solo entra a su casa y ya. Yo camino hacia la mía, me costó abrir la puerta por la carga y algunas hasta se me cayeron pero logré entrar y cerrar. No valla a ser que regrese e intente quitarmelas. No señorita lo que se da no se quita. Nada más llegar a mi habitación guardo bien mis nuevas papitas para que mamá no las encuentre, ay mamá ella nunca haría eso por mi. Me recuesto con ese pensamiento.