Cuando sonaron aquellos tres golpes en nuestra puerta mi corazón volvió a acelerarse. Puesto que nuestro lugar para nada es moderno obviamente no tenemos un timbre o un telefonillo o una cámara para poder ver quién está en nuestra entrada.
- ¿Si? - pregunto Daniel.
Era obvio quiénes eran ya que nunca nos visitaba absolutamente nadie a no ser que fuera el cartero o nuestro CEO, quien entraba directamente con la llave.
- Somos nosotros, Chan, Han y Changbin- hablaron desde el otro lado de la puerta.
Sin más espera Daniel les abrió con una sonrisa y realizó una reverencia como saludo al igual que ellos. Por mi parte yo realice otra en cuanto nos encontramos cara a cara.
- Vamos dentro - habló Daniel refiriéndose a la sala principal.
- ¡Claro!
- Por cierto, esta mañana vinieron para instalar las cámaras – empezó a explicar mi amigo – Una está ahí, y la otra en esa esquina. – dijo a la vez que las señalaba.
- Perfecto, ahora Changbin se encargará de sincronizar las cámaras con el portátil – habló Chan mientras, el nombrado, sacó un maletín de la mochila que llevaba.
- ¿Tenéis una mesa? – preguntó Changbin.
Avergonzadamente, Dan y yo negamos con la cabeza.
- Puedes ponerte en la encimera de la cocina o en el escritorio de recepción – hablé.
- Necesito estar cerca de las cámaras para realizar la sincronización, así que me pondré en la encimera. – habló tranquilo, como si no fuera la gran cosa.
- Bueno, y ¿qué tal habéis estado? – preguntó Han con una sonrisa.
- Bien, ensayando, lo normal, ¿y ustedes? – pregunté de manera formal.
- Nada de formalidades, queremos que os sintáis cómodos, y nosotros también, no penséis en nosotros como superiores, sino como amigos. – se apresuró Chan a decir. – Además, probablemente tenemos la misma edad.
- Ya está hecho – dijo Changbin levantando el portátil en sus manos.
- Perfecto – le respondió Chan – Vamos a firmar unos contratos, si no os importa. Son más que nada para dejar por escrito que dais vuestro consentimiento para que podamos haceros un seguimiento con las cámaras – mientras Chan decía eso, Changbin sacó unos papeles de la mochila y nos los extendió. – Este contrato es solo de nosotros hacia vosotros, no están las empresas de por medio.
Nosotros aceptamos y los firmamos, eso sí, obviamente los leímos antes, pero estos eran muy cortos, de una sola hoja, y en la que decía justo lo que Chan nos habló. Tras aquello, se los devolvimos de vuelta y empezamos.
- Oficialmente, el programa "El artista adoptado", comienza ahora.
Hasta aquí el capítulo de hoy ¡Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
¡Muchas gracias por todo el apoyo! ¡Nos vemos en otras historias!
AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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♡¡Hasta pronto!♡
Editado: 07.03.2024