Un día más entramos en aquella peculiar empresa que, básicamente, estaba compuesta por una sala de ensayo y poco más.
- ¡Buenos días! – gritó Han alegremente una vez que Daniel nos abrió la puerta.
- Buenos días – respondieron estos con una sonrisa y una pequeña reverencia.
- Ya hay algo de confianza, no es necesario que hagáis reverencias tantas veces – comenté a la vez que puse una mano sobre el hombro de Daniel.
Este me respondió con una sonrisa.
El día de hoy, junto a mí, vinieron Minho, Han y el menor, Jeongin. El segundo mayor de nosotros se fue a la que se había convertido en la zona de observación y se sentó allí a la vez que abría el portátil desde el que se manejaban ambas cámaras y donde tomaba apuntes sobre todo este proceso.
- Bien, empezamos – dije a la vez que juntaba mis palmas.
Ellos asintieron y, como cada mañana, comenzaron con sus estiramientos. En aquel periodo de tiempo fue cuando decidí aprovechar para realizarles algunas preguntas.
- ¿Qué tal habéis estado? – comencé con algo simple para iniciar mi cuestionario.
- Bien...más o menos – aquellas palabras por parte de Kim Mary me sorprendieron desviándome de mis pensamientos.
- ¿Y eso? ¿Qué pasó? – se adelantó a preguntar Han.
Por unos instantes, parece que dudaron de si decirlo o no pero, finalmente, Mary arrancó.
- La cena de ayer – soltó en un suspiro algo avergonzada – No estamos acostumbrados a comer tantísimo como hicimos anoche y...cuando fuimos a dormir...aquello nos pasó factura.
Cuando pedí la comida no tuve consideración en aquel punto...era obvio que incluso podrían haber enfermado por esto...
- Pero...¿estáis bien? – me apresuré a preguntar.
- ¡Sí! Lo siento... - se apresuró a disculparse.
- ¿Lo siento? ¿Por qué pides disculpas? – preguntó Minho seriamente.
- Era la primera vez que alguien nos trató tan bien y nos invitó a tantísima comida y nosotros...solo la echamos a perder...
- ¡Ni hablar! – dije - ¡Nada de disculpas! No hay ningún problema, poco a poco solucionaremos esto hasta que vuestros cuerpos se acostumbren a lo que deberíais de ingerir para estar completamente bien – me apresuré a decir.
- Exacto – habló Jeongin al fondo – no hay de que preocuparse.
Ambos nos dedicaron una sonrisa haciéndonos saber que el problema ya estaba resuelto.
- Por cierto – hablé tras un pequeño momento de silencio - ¿Cómo es que dormís aquí? Si que deben de ser duros vuestros ensayos, ¿Cuándo volvéis a casa? – pregunté.
Pero la respuesta me sorprendió tanto que tuve que esforzarme por ocultar mi expresión.
- No tenemos casa – dijo Kim Mary – Más bien, esta es nuestra casa.
Pude ver la cabeza de Minho asomar por encima del portátil tras aquella respuesta.
- ¿Esto? Quiero decir, ¿esta pequeña empresa es donde trabajáis, ensayáis, coméis, os aseáis, dormís y convivís día a día? – preguntó Minho.
Ellos asintieron dejándonos aún más impresionados.
Realmente estaban en una pésimas condiciones...peores de las que podíamos llegar a imaginar.
Hasta aquí el capítulo de hoy ¡Espero que lo hayáis disfrutado muchísimo!
¡Muchas gracias por todo el apoyo! ¡Nos vemos en otras historias!
AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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♡¡Hasta pronto!♡
Editado: 07.03.2024