Hasta la última hoja de otoño

1

No dejaba de caminar fuera de casa, estaba cansada de estar sola y Edward no estaba para salir a algún lugar, él siempre fue mi mejor amigo, cuando estaba aburrida él era ese momento de diversión con sus idioteces

Caminaba por las calles de cypress, en texas,caminando por esas calles hasta salir a una zona abierta donde solo árboles me rodean

“Zonas verdes”

Solo mis pensamientos sin dejar de caminar, escuchando el crujido de las hojas naranjas sonando a cada paso que daba.

Mi vista se posó en un chico, caminaba adentrándose en el bosque.

¿Que pensaba hacer?

¿Porque se adentraba al bosque?

Preguntas invadieron mi mente y con ello la curiosidad.

¡No!  ¡No lo sigas!

Mi subconsciente intentaba que siguiera mi camino, pero al final lo seguí, y luego me maldije por hacerlo, me escabullí entre los árboles intentando no ser vista ni escuchada, pero era un reto, el sonido de una de las hojas me delató y el chico volteó a verme sin descaro alguno, mi vista azul chocó con la de él,el conjunto de ropa que él llevaba puesto era totalmente negro lo cual hacia resaltar mas sus ojos azules como el mar y la piel tan blanca como si en toda su vida no hubiese visto el sol.

— ¿Porque me sigues? ¿No te han dicho tus padres que es de mala educación?—comentó introduciendo sus manos en sus bolsillos delanteros con una  mirada inexpresiva junto con su voz ronca pero a la vez suave.

¿Uh?

Dure unos segundos en pensar sus preguntas para luego responder con torpeza.

— es que… —suspire— estaba… diré la verdad. —confesé— quería saber qué hacías andando por acá, no hay nada interesante que yo sepa.—explique con nerviosismo para luego morder mi labio inferior.

— mmmm…

Vete a jugar con tus muñecas —comentó cerrando sus ojos con fastidio para luego comenzar a caminar a la misma dirección.

Este chico era irritante.

Fruncí el ceño y me fui tras él con una arruga entre ceja y ceja.

—¿Porque eres tan odioso? —pregunté aún con el ceño fruncido.

El me miró atentamente, se acercó a mí cortando la distancia, soltó una risa de mala gana. Y hablo.

— soy tan odioso como tú lo eres. —replicó y dio un paso adelante aún con sus manos en sus bolsillos.

Si, en efecto, era irritante.

Aún con el ceño fruncido lo seguí en silencio.

— ¿Que pasa? ¿no tienes dinero para una muñeca nueva? —se burló, mientras intentaba usar la voz de una niña pequeña como por diversión, para luego soltar una pequeña risa

— vaya que eres irritante, muy gracioso—hable sarcástica— por cierto, ¿Cómo te llamas? —pregunte mirándolo desde su perfil, en efecto, era bastante atractivo. Tenía un lindo físico.

No me gusta, aclaro.

— haces muchas preguntas Delisa. —hablo para luego  pasar una mano a sus bolsillos traseros, sacando un cigarrillo para ponerlo en sus labios luego de relamerse.

Lo miré pensativa

— ¿Cómo sabes mi nombre? —pregunte con curiosidad.

El me miró con una sonrisa jocosa aun con el cigarrillo entre sus labios.

— no lo sé, dejaré que lo averigues. —musito.

Un silencio incómodo nos invadió y con eso seguimos caminando, no sabía qué pensaba hacer él en pleno bosque.

Hasta que el corto ese silencio.

— Neison. —hablo entre dientes.

— ¿Eh? — ladee la cabeza.

— me llamo Neison— replicó quitando el cigarrillo de sus labios y luego de unos segundos soltó el humo de sus pulmones.

Le sonreí sin separar mis labios.

El me miró, me examino y preguntó.

—lindos sujetadores —comentó con una sonrisa pícara.

Sentí mis mejillas hervir, estaba más roja que nunca, lleve mi vista a mi blusa, si; en efecto se notaban mis sujetadores por la camiseta medio transparente me avergüenzo me tape con las manos y salí corriendo de la vergüenza.

¡Qué vergüenza!

¡Qué vergüenza!

A lo lejos escuché sus risas. Y así fue como cruzamos palabras por primera vez.

(...)

Iba de camino a clases  junto con Edward, mi mejor amigo desde la infancia.

— por cierto, ayer te llamé, pero no contestaste—explico con curiosidad, no lo culparia yo no suelo salir mucho si no es con él o con Melisa.

—esque tenía asuntos—menti

Era obvio que mentiría no podría decir

“Ayer acose a un chico en el bosque, el cual vio mis sujetadores y me escapé de ahí por la vergüenza”

Que patético.

— oye, he notado que estás muy distraída últimamente—explicó jalando unas de mis mejillas.

— Auch, Auch—me queje—¡duele!, ¡duele!—chille.

— vamos, dime. —hablo sonriente,como si mi sufrimiento lo hiciera feliz.

.

De verdad dolía

Fruncí el ceño y quite sus manos de mis mejillas.

— ¡eso duele!—chille acariciando mis mejillas.

Edward no aguantaba las risas.

Era un chico atlético, de buen cuerpo, ojos azules cabellos castaños y mucho más alto que yo, su sonrisa encantaba a cualquier chica, y su risa era contagiosa.

Ahora que lo pensaba bien, no me extrañaba que las chicas hacían filas para salir con él, aunque yo nunca lo e visto como algo más que mi mejor amigo.

Si, lo quería como un hermano.

— por cierto, ¿No escuchaste las nuevas canciones de Aike?—pregunto sonriente.

Era uno de los mejores músicos de música electrónica, muy reconocido  el cual Edward amaba.

Yo solo asentí.

— Melissa me obligó a escucharla —musite.

Melissa era tan amante de aike como Edward.

Ambos amaban la música electrónica.

—Aunque mi madre dice que suena como licuadora.— replique.

Solo unos segundos y escuche las carcajadas se Edward invadir mis oídos .

Se llevaba muy bien con mi madre.

Tanto que ella se encariño con el.

Sonreí ampliamente y cuando menos nos percatamos entramos al instituto.

Fui a mi casillero y deje unas cosas mientras Edward se despedía con la mano para irse a su clase de primera hora.




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