5. TIRARNOS DE UN PARACAIDAS
Leo vino a recogerme, estamos a punto de irnos a tomar la avioneta, como siempre él me abre la puerta del carro, tenemos que tomar carretera, serán una a dos horas de camino, pero vale la pena, cada segundo es valioso para mí.
Ya dentro del carro, emprendemos el viaje, él coloca el radio, es muy difícil ver todo lo que me rodea, no sé que pasara después de morir, esto tal vez sea lo ultimo que vea, todo es tan simple, pero perfecto.
—¿en qué piensas? — pone su mano en mi rodilla.
—en ti — él se ríe.
—¿Por qué se te dio por cumplir esa lista?
—el tiempo es relativo, tal vez hoy se acabe el mundo y no me la puedo pasar trabajando, si algo me tiene que matar, que sea cuando este en mi momento mas feliz — digo con simpleza.
—vaya, me gusta la nueva tú — yo solo me puedo reír y negar con la cabeza.
Esto es muy difícil, eso de mentirle, es algo que no me gusta, pero que mas puedo hacer, no quiero pasar mis últimos meses con una persona que me tenga lastima, no quiero sentirme enferma, a pesar de que lo este, quiero pasarla bien y no decirle es la mejor opción, sin saber por qué, Leo se estaciona a un lado de la carretera, saca un pañuelo y me lo pone en la nariz.
—¿Qué pasa? — pregunto confundida.
—están sangrando, ¿te sientes bien? — lo miro a los ojos, de verdad esta preocupado y esa mirada de pobrecita es lo que no quiero sentir estos meses, esto solo afirma que estoy haciendo lo correcto.
—si amor, una hemorragia nasal, le puede pasar a cualquiera — el niega con la cabeza.
Cuando ya pare de sangrar, retomamos camino.
-
Ya estamos llegando, empezamos a entrar por unas rejas, a fondo se puede ver una avioneta, nos estacionamos y nos acercamos hacía unos señores.
Nos explicaron los que van a hacer, firmamos unos papeles, nos empezaron a colocar con unos trajes y unos arnés, nos subimos a la avioneta, después de unos minutos esta empezó a despegar, Leo se me tenia agarrada de la mano, me miraba con mucha ternura, pero también con mucho terror.
Al los pocos minutos, los instructores nos dijeron que ya estábamos en la altura deseada, nos sentamos en la oriya de la salida del avión, el instructor conto uno, dos y tres, para empezar a caer.
Se siente un vacío horrible, pero a pesar de eso es maravillosa la vista, es tan maravilloso todo, al poco tiempo veo a Leo a mi lado, los instructores nos acercan y nos tomamos de las manos, el me mira a los ojos y en una conexión, empezamos a gritar de felicidad, el se acerca a mi y me roba un beso en el aire, fue como toda una película de esas romántica, después de eso nos separan, el mar desde este punto se ve maravilloso, es que es hermoso, es tan grande tan espacioso.
Una sacudida fuerte detiene la caída, se abrió el paracaídas, lentamente empezamos a bajar, poco a poco podía ver mas cerca el suelo, mi entras caía, me daba cuenta que extrañaría estar viva, aun que no se si cuando muera tenga algún tipo de conciencia.
Después de varios minutos tocamos suelo, el instructor me suelta del arnés y me pongo a brincar de la emoción, al poco tiempo Leo también toca el suelo, se levanta y se acerca a mi a abrazarme, me besa, no puedo evitar sentirme emocionada.
—primer deseo listo — menciona.
—gracias.
—no me agradezcas, me divertí haciendo esto— me abraza con mas fuerza, haciendo que el dolor de la espalda se sienta un poco, pero finjo estar bien.
—vale amor.
Nos subimos en el auto y empezamos a dirigirnos a casa, mientras andábamos, saque la lista, el me miro por el rabillo del ojo.
COSAS QUE TENGO QUE HACER ANTES DE MORIR
1. Ir a un concierto de rock
2. Tener una cita romántica, como en las películas
3. Subir en un globo
4. Hacer buceo
5. Tirarme de un paracaídas
6. Caminar por la orilla de la playa con el amor de mi vida
—¿Qué haces? — me pregunta.
—rayo los deseos que cumplimos, así que va el deseo número seis— menciono feliz.
—¿Cuál es el próximo en cumplir?
—ya hice el itinerario y cada deseo lo vamos a hacer por semanas, ósea una semana si, la otra no y así, el próximo deseo es el de subir en un globo — el me mira de reojo.
—yei mas alturas — pronuncia sarcástico.
—¿no quieres? — pregunto.
—no es eso, solo que me dan un poco de miedo, pero okey, cuenta conmigo.
Serán los mejores meses de mi vida, lose...