Ethan
Golpeo el piso con mis pies al ritmo de la música que me regalan mis auriculares, cierro los ojos sintiendo la melodía, meneo la cabeza de forma ligera, mi tranquila es interrumpida por el sonido de la campana de la entrada, no me molestó en darme la vuelta hasta que unas delicadas manos se posan sobre mis ojos, el tacto de su piel fría contra mi rostro me hace estremecer, una sonrisa tira de la comisura de mis labios, alguien más tira de los cascos lejos de mis oidos
- Quién soy?- intenta engrosar la voz
- Umh - finjo pensar unos segundos - acaso eres Bob?
- Por qué el viejo Bob vendría hasta la cafetería para buscarte? - la voz de Alek está llena de interrogación
- Te sorprendería saber hasta donde es capaz de seguirme con tal de que le pagué hasta el último centavo de la deuda - dejó caer mis hombros en resignación
- Sigues teniendo problemas para juntar el dinero? - Alisa despega sus manos de mi rostro antes de ponerse en mi campo de vista
- Todos los que puedes imaginarte - me sincero con ellos- la deuda es tan grande que no estoy seguro que la tienda me de el dinero suficiente para pagarla
- eso es una jodida mierda - Alek recorre una silla antes de ocuparla - viejo, debes hablar esto con Nathan, sabes que su familia te ayudará sin dudarlo
- No! - niego efusivamente - debo hacer esto yo mismo - hago mis manos puños debajo de la mesa - ellos ya hicieron mucho por nosotros, no pueden decirle nada a Nathan, no debe saberlo
- Qué no puedo saber? - Nathan aparece con los brazos cruzados
- No puedes saber que me quiero tatuar - Alisa llama su atención - quiero que diga algo profundo, como primero yo y luego el resto del mundo
- Eso es una estupidez, piojo - Alek chasquea la lengua en dirección a su hermana
- Tú eres el estúpido! - Nathan salta por su amiga - pero es verdad, eres muy linda para arruinar tu cuerpo con tinta
- Estás diciendo que yo soy feo? - Alek señala los tatuajes que cubren su cuerpo
- Si la bota te queda - encoge los hombros - yo solo señalo un hecho
Alek y Nathan comienzan a tener unas de sus discusiones interminables, y es que no podía ser de otra forma, eran tan diferentes que a veces parecía que era parte de ellos siempre estar del lado contrario con tal de molestarse. Una ligera patada en mi pierna me hace quitar la atención de mis dos amigos, Alisa me mira, con la mirada me hace saber que tal vez no esté de acuerdo con mi manera de hacer las cosas, con palabras de ella misma: " mi orgullo es como una constante patada en el trasero"
Cómo es una costumbre nuestra, compartimos el desayuno entre risas, la tensión desaparece de mi cuerpo cuando recordamos nuestras más tontas travesuras, unos momentos que ahora extraño más que nunca, que si pudiera, me gustaría regresar el tiempo, poder ser ese Ethan bromista y ligero que solo se preocupaba por aprender a tocar la guitarra.
- Irán a ver el partido?- Alek nos recuerda que tiene boletos para uno de los partidos más esperados del año
- Paso - Alisa finge bostezar como si la sola idea la aburriera- me iré a casa, tengo que hacer un postre para mi clase mañana
- yo puedo ir- Nathan festeja en uno de los asientos - tengo el resto del día libre en el taller, ir al partido suena demasiado bien como para declinar la oferta
- Entonces iremos en mi coche - Alek y Nathan chocan las palmas - Qué dices, Ethan?
- También tengo cosas que hacer - les regaló una sonrisa de disculpa - debo hacer inventario en la tienda, pero vayan ustedes, acompañaré a Alisa a casa y luego me iré al negocio
Nathan pago la cuenta una vez que salimos de la cafetería que se había vuelto algo nuestro desde que empezamos a salir por nuestra cuenta, sin padres que nos vigilarán a cada paso, nos despedimos con un choque de puños y un apretón de mejillas para Alisa antes de verlo alejarse en la calle
- Te llevaré a casa - murmuró en dirección a mi amiga
- No estoy de acuerdo en lo que haces - Me deja claro en cuanto empezamos a caminar - Nathan siempre está dispuesto a brindarte una mano cuando estás en un apuro
- Lo sé - muevo la cabeza en negativa - siempre me ayuda, sus padres me ayudan desde que mi papá falleció, no quiero ser una carga, puedo hacerlo solo
- Sé que puedes, Pero no por eso debes hacerlo solo, Ethan, no es malo buscar ayuda
- No puedo - mis pasos se detienen- no puedo ser el Ethan que necesita que todos los salven, quiero seguir pareciendo él Ethan que te aventó un huevo en la cara por accidente
- Eres un idiota - los dos soltamos una carcajada recordando el día que nos conocimos - no estoy de acuerdo en lo que haces, pero lo respeto, Ethan, tú para mí siempre serás el niño que escaló por mi ventana para consolarme el día que mis papás ya no volvieron
- Nunca te lo dije, Pero por eso deje de salir esa semana, me torci el pie al bajar
- Lo sospeche, el resto del verano caminabas raro - me regala una sonrisa - no estás solo en esto, yo estoy contigo
- Siempre? - sujeto su mano fría contra las mías
- Siempre, para tu mala suerte Alisa Lara, no se irá tan fácilmente de tu vida
Me sonríe una última vez antes de atrapar mi cintura con sus brazos, su cabeza descansa en mi pecho, sin poder evitarlo me dejó llevar por sus brazos, buscando el consuelo que hace años no encuentro en ningún lado, rodeo sus hombros para sujetarla contra mi cuerpo, aspiro el olor de su pelo, me permito cerrar los ojos cuando la paz invade cada centímetro de mi.
- Gracias, nena, por todo- murmuró contra su pelo
- Muy bien - se separa de mi antes de darme un ligero golpe en el brazo - las traes - la veo echarse a correr
- Eso es trampa! - aceleró mis pasos intentando alcanzarla
Por un momento siento que volvemos a ser los dos críos que se quedaban a jugar hasta muy tarde, los que salían sin miedo a la calle para explorar, dos críos que querían comerse al mundo, por un momento el peso que cargaba constantemente dejo de pesar.
Editado: 29.03.2024