Hasta que Alisa nos separe

2010

Ese día marco un antes y un después en la vida de los hermanos Lara, no había duda alguna que sería un año que quedaría registrado en sus cabezas por el resto de sus vidas, y es que no es fácil soltar las esperanzas que albergan en el cuerpo de la mente inocente de unos infantes.

Después de la visita de sus padres Alisa no salió el resto de la tarde, había logrado sobrevivir el año pasado porque siempre creyó que volverían por ella, pero ahora que sabía que eso nunca pasaría, qué haría? Cómo podía seguir? Era lo suficientemente fuerte para seguir adelante sin ellos?.

Se hizo un ovillo bajo las cobijas, sus lágrimas mojaban sus mejillas, su respiración se hizo irregular, el pecho le dolia tanto que por un intento de aminorar la angustia que la embarcaba se presionaba más contra si misma. Sus ojos comenzaron a cerrarse cuando unos golpes en su ventana le hicieron dar un salto fuera de la cama, pequeñas piedras chocaban constantemente contra el cristal de su ventana.

- Ethan? - llamo la atención del chico cuando reconoció esa mata de pelo rubio que acompañaba sus días desde hace un año - Qué haces aquí?

- Subiré, dame un minuto

- Estás loco?!- agranda los ojos - puedes caerte!

- Soy mejor que Romeo, puedo hacerlo!

Alisa se hizo a un lado, permitiéndole tener espacio suficiente al momento de subir, sabía que sin importante lo que hiciera, Ethan subiría por la ventana, porque así era él, cuando algo se metía en su cabeza no había espacio para otra cosa. De un salto logro cruzar el borde la ventana, cayendo contra el suelo, Alisa lo miro murmurar algo para si mismo antes de sacudir sus rodillas y fingir que nada había sucedido.

- Por qué trepaste la ventana? Sabes qué tengo puerta?

- Mereces que trepen tu ventana - Ethan le quita importancia al asunto - Estás bien?

- Lo estoy - la estudia con la mirada, intentando encontrar la verdad - Quién te lo dijo?

- Alek - ambos suspiran ante la mención de este - lo escuché hablar con Nathan, pensé que estarías aquí

- No tengo muchas ganas de salir - desliza su cuerpo contra la puerta

- No tienes que hacer esto sola, Alisa, somos amigos - toma asiento a un lado de su amiga

- Es que no lo entiendo - un sollozo escapa de los labios de Alisa- por qué no puedo ir con ellos? Por qué no me quieren? - sus ojos se llenan de lágrimas

- No sé que pasa con tus padres, no sé porque tomaron esa decisión, pero si sé una cosa, no estás sola, tienes a la señora Lara

- Creí que odiabas a mi abuela - chasquea la lengua ante su respuesta

- No es un secreto que la señora Lara y yo tenemos nuestra historia, Pero no la odio, después de todo si le debo algo

- Qué cosa?

- Gracias a su constante existencia en mi vida, te conocí, a mí mejor amiga

- Me harás llorar

- Si tienes que hacerlo, entonces hazlo, no tienes que fingir que no duele, no conmigo

Alisa termina llorando en el regaso de Ethan, sacando todo el dolor que la consumía desde que sus padres de fueron, pero esta vez no lo hizo sola, está vez tuvo un regalo en el que apoyarse, una mano que acariciaba su pelo, en ese momento entendío que la amistad se media en cuantas veces alguien ponia pausa en su vida para secar las lágrimas de alguien más, para abrazar un dolor ajeno, pero igual de doloroso como si fuese propio.

En algún momento de la tarde Ethan llevo a su amiga a la cama, la arropó para abrazarla, le susurro palabras de aliento hasta que está quedó profundamente dormida, dejo un beso en su frente antes de salir de la misma forma que entró, de un salto, un poco torpe que le causó una lesión en el tobillo el resto del verano, pero que sin duda, volvería a pasar por ese dolor si eso garantizaba una sonrisa en el rostros de su pequeña pecosa.

 




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