Nathan
Metí el cuerpo de Alek en el asiento trasero del auto, su mal sentido del humor era una clara señal de que había terminado por pasarse de copas, solo por si el vómito en mi camisa no era suficiente prueba. Metí mi cuerpo en el asiento del piloto para manejar camino a casa de los Lara, sabía que con un poco de suerte Alisa seguiría estudiando, seguiría lo suficientemente alerta como para ayudarme a meter el trasero borracho de su hermano dentro de casa.
- Nathan! - Alek intentaba pararse en el asiento trasero - mira! Parezco una tortuga
- Amigo, estás hasta el culo, recuerdame no dejarte beber de nuevo
- No seas aguafiestas! Lo mejor de salir es beber!
- antes o después de que vomitaras mi camisa favorita?
- Upsi - Alek murmura palabras sin sentido que le provocan gracia
Cuando estoy frente a la casa de mi ebrio amigo, decido usar el código de emergencia, compruebo que la ventana de su cuarto tiene luz antes de mandarle un mensaje
Nathan
"🚫"
El visto iluminó mi pantalla por unos segundos antes de ver a Alisa salir en sus divertidas pijamas de animales por la cochera de su casa, miro a ambas direcciones antes de levantar el brazo en mi dirección. Sin pensarlo mucho encendí el auto para entrar antes de llamar la atención de los vecinos
- Está borracho? - Alissa se acerca a mi una vez que la puerta de la cochera se cerrará detrás de nosotros
- Hasta atrás - le afirmó con una mirada de disculpa - lo lamento, lo perdí de vista en algún momento y se pasó de copas
- No es culpa tuya, Alek ya no es niño al que cuidar, te ayudaré a subirlo a su habitación
Sacamos el pesado cuerpo de Alek del auto, lo sujetamos por la cintura mientras el nos rodeaba el cuello con ambos brazos, Alisa intentaba mantenerlo callado pero él parecía estar en un concierto de canciones desconocidas para mí
- Cierra la boca, Alek! - la veo endurecer la mandíbula del enojo
- Amigo, por favor, tu abuela escuchará todo
- Qué más da que me escuche?! - se ríe mientras levanta la voz - de todas formas siempre fui una decepción para ella, verdad abuela?!
Entre empujones logramos meterlo al cuarto, Alisa arroja su cuerpo contra la cama, Alek murmura unas cosas más antes de darse la vuelta y terminar abrazo a un oso de peluche que reconozco de inmediato, fue el último regalo que recibió de sus padres. Intentamos salir de la habitación sin prender la luz para no molestarlo, sin querer tropiezo con una de las revistas de Alek, me resbalo cayendo encima de Alesa
- Mierda! - la escucho quejarse al sentir mi peso encima de su cuerpo - maldita sea, Nathan, me aplastas
- Mierda! Mierda! Lo siento tanto! - intento buscar un lugar libre para apoyarme cuando rozo su pierna al descubierto con los dedos de mis manos
Ambos nos quedamos quietos sin saber que decirnos, pasó saliva de un trago antes de posar por completo mi mano en su muslo, y lo siento, es tan suave, con la leve luz que pasa por la abertura de la puerta, la veo al rostro, sus facciones delicadas, su nariz respingada, esas pecas tan maravillosas que cubren sus mejillas y parte de su nariz, sus profundos ojos azules.
- Eres tan bella, Alisa - susurro sin poder contener mis pensamientos
- Nathan....
- Cállense maldita sea! - Alek nos arroja su oso de peluche sin molestarse en voltear
Volvemos a la realidad, en tiempo record me impulso fuera de su cuerpo, con nerviosismo, le doy la mano para levantarla del suelo, sobó mi nuca mientras la sigo por las escaleras, siento mis manos sudar, intento buscar una excusa para disculparme por lo ocurrido hace unos minutos, cuando la luz de la cocina llama mi atención.
- Estabas cocinando? - la veo girarse al mismo punto donde veo
- Estoy practicando algunas recetas para mañana - sus mejillas se tiñen de un leve rojizo - debo conseguí un buen postre, Pero no sé cuál quiero presentar
- Justamente ahora tengo hambre - le sonrió por su timidez - me ofrezco como degustador
- De verdad? Gracias! - tira de mi mano a la cocina - hice algunos pays y unas porciones pequeñas de pasteles
- Debo probarlos todos? - siento el hambre entrar a mi cuerpo
- Me ayudaría mucho, necesito una opinión honesta sobre mi forma de cocinar
Asiento antes de tomar una de las sillas para disponerme a probar un bocado de cada uno de los pasteles, entre comentarios constructivos, la pena de hace unos minutos atrás queda en el olvido, todo vuelve a la normalidad, como si nunca hubiera cruzado una línea, una que hasta ahora me había parecido imposible de cruzar.
La ayudo a guardar los restantes de los postres en los refractarios, la escucho tararear por lo bajo mientras limpia la encimera, al terminar la limpieza me acompaña a la puerta de salida, me regala una de sus tiernas sonrisas antes de despedirnos.
- Gracias por traer a Alek, y por ayudarme a limpiar, creí que me tomaría toda la noche
- No hay nada que agradecer - me encojo de hombros - es lo que hacemos los amigos - me inclino para dejarle un beso en la mejilla - adiós Alisa
Me alejo de su casa, cuando la veo entrar por completo, el cosquilleo en mi estómago no se va, el hormigueo en la punta de mis dedos vuelve, es que tocar su piel, fue como tocar el maldito paraíso.
Una realidad me golpea de bruces en ese segundo, Alisa ya no es una niña, y hace tiempo que deje de verla como tal, un impulso sacude mi cuerpo, estoy apunto de regresar a buscarla cuando el vibrador de mi celular sacude mi bolsillo
Ethan:
"Regresa a tú casa"
Levanto la mirada y lo veo, Ethan me observa desde su ventana, la mirada sería que me regala me hace saber que no bromea, que no es una sugerencia, me está ordenando que dé la vuelta y regrese a casa, la molestia en mi pecho crece, sujeto el celular con fuerza, doy vuelta y regreso a casa.
Editado: 29.03.2024