Capítulo 7❤

Había pasado varios días desde que ocurrió lo del hospital con el interno, Axel y yo. Seguía sin comprender su arranque bastante extraño, él no era del tipo de personas que se enojara. Y aquí estábamos, nos hablábamos solo lo justo.

Hoy de nuevo faltó a la universidad, había escuchado por los chicos que tenía que encontrarse con su tía. Por lo que hice como la primera vez y apunté todo para él, para que no perdiese su nota.

El chico me envió el trabajo. Yo le mandé un correo de agradecimiento y le dejé una caja con dulces en el stand de cirugía dónde estaba haciendo su rotación. No había podido ni verlo, pero la licenciada que me atendió ese día me dijo que estaba a nada de terminar.

Al final sacamos Axel y yo la máxima nota por él.

Me encontraba estudiando física médica, otra materia que era mi némesis. Yo no entendía por qué metían estas cosas en la universidad. ¿No les bastaba hacerme sufrir ya con matemáticas?

Los vectores me tienen viendo números y letras por todas partes. ¿Quién en su sano juicio decidió que los números y las letras debían ir juntos? Lo bueno es que ya he empezado a entender. Era un poco más fácil que mi némesis.

Solo que intento concentrarme y esto se me hace difícil por otros motivos. En poco tiempo Axel se ha hecho mi amigo, casi que mi mejor amigo. Le cuento cada cosa que pasa por mi mente y está ahí escuchándome y haciéndome sentir importante, no me hace sentir como una niña. Lo que es un regalo, nunca antes había tenido alguien así en mi vida.

Pero también sabía que eso era un camino complicado si me dejaba llevar por ciertas cosas que me ocurrían cuando lo veía. Como las mariposas en mi estómago o la manera en que mi corazón se enloquecía en el momento que estábamos solos.

Y eso era algo que debía olvidar.

Él tiene novia y no puedo hacerme la más mínima ilusión por él. Se ve que la ama y no la va a querer cambiar por alguien más. Y mucho menos por mí, que soy una chica sencilla. Una más del montón. Ariana es muy bella con su cabello rubio como el sol, sus ojos verdes y su cuerpo de bailarina que está tonificado por completo. ¿Qué oportunidad puedo tener yo, una chica de cabello castaño y ondulado con los ojos café más normales que existen sobre una belleza rubia? Ninguna. Así que debo enfocarme en recordar que Axel es mi amigo. Él está prohibido para mí.

Qué horror que el primer chico que me interesa está con alguien.

La tarea la termine a eso de las siete y en eso tocan la puerta, y supongo que es Axel ya que es el único que viene a visitarme "tan tarde".

—¿Quién es? —grito fastidiándolo

—Amelia, sabes que soy yo. —la voz de Axel se coló por debajo de la puerta y me dije que debía calmarme. Tenía que actuar con naturalidad.

Abro la puerta y veo que trajo su bolso consigo. Supongo que es para que le preste los apuntes.

—Hola Axel.

Él acaricia mi mejilla con cuidado. —Hola Lía.

Su roce hizo que mi respiración se atascara en la garganta. No sabía si a él le pasaba lo mismo, pero yo sentía que me ahogaría en cualquier momento.

—¿Todo bien? Supe que estabas con tu tía.

—Sí, ella no está del todo sana y me toca ayudarla en algunas cosas.

Por más que teníamos casi seis meses de conocerlo, sabía que había cosas dentro de él que no quería decir. Nunca mencionaba a su familia, jamás. Y eso se me hacía raro. De alguna forma tenía que salir.

—Yo dormí como un perezoso y luego me puse a estudiar física —no me gustaba esa mirada de tristeza en él ¿Qué tenía hoy? —¿Seguro que todo está bien?

Asintió intentando sonreír. —Por supuesto, pequeña. ¿Lograste hacer todos los ejercicios o necesitas ayuda?

—Estoy finalizando con ellos, pero quiero que los hagas y comparemos.

Él hace como si lo pensara demasiado, yo sabía que solo era fastidiarme. Ya iba a recriminarle, pero al final respondió con una sonrisa. —Claro que sí, Lía.

—Menos mal, Axel Ryel —bromeo con voz de matona.

Él se sienta a la mesa que se ha vuelto como nuestro estudio y saca su libreta. Lo veo concentrado en ello, sus trazos seguros sobre la hoja. Yo admiraba eso de él, yo siempre era como un desastre con esas cosas, nunca me sentía por completo segura de algunas cosas de la escuela.

Él termina sus ejercicios en tiempo récord (ese era mi sueño algún día) y comienza a revisar los míos en completo silencio. Frunce su ceño por la concentración.

—Los ejercicios están bien. Solo está este... —señala uno al final de la hoja—. que le falta un signo, pero por lo demás todo bien. Felicitaciones y luego dices que eres mala para la materia. Al final tendrás que darme clases a mí.

Me rio, pero la emoción me gana. Siempre había tenido que luchar sola con estas cosas. Mis hermanos siempre fueron bueno en ellos, pero cuando estos se fueron yo me quedé ahí intentando ser buena, no decaer en nada.

Sentía que los extrañaba demasiado.

Yo sonrió orgullosa de lo que hice y comienzo a recoger mis cosas. —Claro que soy mala, imagínate si no estudio, el gran cero que aparecería en mi hoja no cabría.

En ese momento se me ocurre algo. Siempre Axel es quien me invita a ver una película o un helado y yo nunca hago nada bueno por él. Además, quería que se olvidara la discusión de hacía varios días. También lo

Tomo aire antes de hablar y de hacerme un charco de nervios en el piso. Puede que lo conociera, pero yo seguía siendo insegura en esas cosas. —¿Quieres ver una película? —pregunto con voz dudosa y roja por la vergüenza.

Él me mira sonriente. —Genial. ¿Qué veremos?

Enciendo Netflix y le muestro la que quería ver. Trata de una distopía futurista. —¿La has visto?

—No. Pero ya que la mostraste, veámosla.

—La quiero ver porque todo mundo la nombraba o mencionaban el libro. Así que bueno, yo fanática lectora, leí el libro antes y decidí que era hora de ver la adaptación.