Hasta Que La Muerte Nos Separe

PROLÓGO

 

—Tú tienes la culpa, maldito, infeliz —golpeando su pecho una y otra vez. —Mientras yo me retorcía de dolor y mi cuerpo no terminaba de recuperarse por haber perdido a nuestra bebé, tú yacías en la cama con esa ramera. ¿Por qué? 

 

—Perdóname, por favor, no sabía lo que hacía.

 

Él lloraba, hasta arrodillarse a sus pies, sujetarse de sus rodillas, se sentía un miserable, veía en ella, el sufrimiento, era por su causa, él y solo él, era el culpable de esa miseria, de ese desgarrador dolor que la quemaba como brasas en el infierno, como si la hundieran en un volcán con lava viva.

 

De un momento a otro, era como si en la mente de Niza, algo se encendiera, como una alarma, como si hubiera unido los puntos.

 

—No puede ser verdad, entonces ese día que te llamé, porque me sentía mal, ese día tú — Su horror se hizo palpable, cuando la cara de Will, admitía lo que no  hacía con sus labios, que mientras ella perdía aquello que tanto habían añorado, él se estaba revolcando con aquella mujer, mientras el corazón de su pequeño dejaba de latir, él envolvía en sus brazos a un cuerpo que no era de su esposa, a la que hacía cinco años, había prometido amor y fidelidad en el altar, aquel que pensó que era  su otra mitad,  su ser destinado, como dijo el cura que los caso en el altar.

 

—Es que tú estabas siempre llorando, quejándote de que todo te dolía. Cada vez que venía tarde, me atacabas, me lanzaste esa lámpara que esquive, dejaste de preocuparte por un nosotros.  Por eso hice lo que hice.

 

—¡Maldito infeliz, pedazo de basura! —La ira, el enfado, el enojo, su perdida, el engaño y la traición, le nublaron el juicio, cuando se dio cuenta, los ojos de Will, parecía que se apagaban, no grito, no dijo ni una palabra, era como si aceptara su destino, como si aquel puñal, fuera su castigo, lastimo a la mujer que juro amar ante Dios y a cambio ella hundía un puñal en la boca de su estómago, la sangre brotaba,  manchaba sus dedos, ensuciaba sus almas, ambos se miraron,  ella había perdido la razón, retrocedió unos pasos, dejando el puñal en el cuerpo de su esposo, la sangre fluyendo,   todo su cuerpo temblaba, sus pupilas agrandadas, no podía creer lo que había hecho, él trataba de hablar, pero no podía, la vida se le estaba yendo, pero aun en sus últimos instantes le decía “perdón” ella lloraba en silencio, cuando lo vio caer como si estuviera sin vida finalmente se derrumbó,  era como si la luz dentro de su cuerpo se hubiera extinguido, como si aquel interruptor de la cordura, simplemente hubiera sido accionado para apagarse,  se acercó a él,  en medio de aquel charco como un lago de sangre.

 

—Mi amor—Pronuncio, antes de besar sus labios suavemente, mientras sus lágrimas caían, la oscuridad había llegado para finalmente apoderarse de ella— espero que la otra vida, podamos ser felices.

 

Se levantó del suelo, como un alma en pena, abrió la puerta de su departamento, entro al ascensor, algunos la observaban algo alarmados por las manchas de sangre sobre su ropa, las gotas que caían de sus manos, su mirada oscura, su aspecto gritaba algo, "locura", pero, aun así, nadie se atrevía a decir o hacer algo.  Presiono el botón del último piso, los dos minutos hasta la última planta paso como si nada, subió una pequeña escalera hasta la azotea, el aire golpeo su rostro, el viento soplaba tan fuerte que dejo que su cabello volara junto con este, aun así, seguía sin decir nada, sin reaccionar, fue hasta el borde de aquel edificio, eran veinte pisos que la distanciaban de la entrada principal, se sostuvo de una hasta de bandera,

 

—Bebé, mamá, te va a alcanzar, espérame en la otra vida. Y tú en otra vida espero no ser tu verdugo, adiós mi amor —Y con esas últimas palabras, se lanzó al vacío, había entendido que solo así acabaría con su dolor, sufrimiento y su miseria, sin imaginar que al mismo instante alguien regresaba a la vida, por unos segundos, pronunciando su nombre, volviendo a repetir la palabra "perdón”, al igual que ella, que se lo pedía a la vida y a la vez acababa con ella.

 

 



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En el texto hay: fantasia, amor, dolor

Editado: 25.06.2024

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