Hasta Que La Muerte Nos Separe

PARTE 05

 

Él se alejó de ella y sintió que la locura se estaba apoderando de su mente,  cayó de rodillas y llevo sus manos hasta su cien, empezó a llorar  de manera errática, ella no pudo evitar ese destello de preocupación hacia el hombre que había sido su amor por varios años, el hombre que en un principio, le había ayudado a recuperar la confianza en sí misma luego de aquella relación abusiva y dañina, sin imaginar que esta  la llevaría a un mundo tan oscuro que ni la lógica humana podría  darle un sentido.

 

—Fui un imbécil, nunca me di cuenta de lo que hacía, solo buscaba una manera de escapar, me sentía saturado, sobrecargado, tú no entenderías. —De pronto se quedó ahí, apoyando su espalda a la pared, escondiendo su rostro entre sus piernas, no quería que lo viera llorar, no quería mostrarse tan débil, después de todo, siempre había sido muy estoico, cuando se trataba de ella, siempre procurando ir a su rescate, ser su héroe, sin imaginar que al final el villano de su propia novela sería él.

 

—¿Quieres que ahora sienta pena de ti?  Seguro es eso. —El rostro de Will se alzó, las lágrimas estaban secas, pero tenía la mirada oscura, los ojos irritados, sentía un puñal en su pecho, la manera en que ella lo dijo, hacía que se sintiera tan pequeño como una hormiga y tan miserable como el villano que se había vuelto. —Te recuerdo que me engañaste, te acostaste con otra, mientras yo perdía a nuestra bebé, a mi bebé, tú te revolcabas en otros brazos, cuando yo sentía que moría junto con él.

 

—No me acosté con nadie en ese momento.

 

—Sí, claro cómo no— lanzó una risa burlona que traía en ella dolor como dagas atravesando su piel, porque le recuerdo pesaba, las sensaciones se sentían tan vivas, tan frescas, y el dolor calaba demasiado hondo aún.

 

—Pero si estabas con ella, me había quedado dormido en el bar y ella me llevó a un hotel, y aunque no me creas, no hice nada, pero había bebido tanto, al punto que parecía que había agotado el licor del lugar, por eso no reaccione ni conteste tus llamadas, cuando me di cuenta era tarde, ya había arruinado todo, ya lo habíamos perdido.

 

Por un momento Nizza, se sorprendió, pero luego recordó, que nada de eso importaba ahora, las cosas habían sucedido como lo habían hecho y no podía hacer nada al respecto, si tan solo hubiera regresado antes de perder a su pequeño ángel, un día antes, hubiera hecho lo que sea por no perderlo, aunque en el fondo no sabía si la vida lo hubiera querido así, porque la muerte suele cobrarse sus deudas de manera misteriosa.

 

—Tenía miedo, fui un cobarde, que tapo sus temores con alcohol, que no sabía cómo huir de la realidad, de los recuerdos, unos que pensé haber enterrado en lo más hondo de mi conciencia, pero cada día aparecían como pesadilla, como tormentas tratando de arruinar lo que habíamos conseguido, se supone que era nuestro sueño, sin embargo, yo mismo lo estaba arruinando de manera inconsciente, solo por cobarde, por no dejar mi pasado otra vez en el olvido, en el maldito baúl donde debí guardar esos monstruos.

 

Aquellas palabras sí que la inquietaron, después de todo él había sido el hombre que había amado, con quien de alguna manera sentía que había compartido una vida, aunque en esta solo lo quisiera lejos lo más que se pudiera; sin embargo, los viejos sentimientos aún pesaban, por lo que no podía evitar que colaran hondo, ¿Miedo? ¿Tormenta? ¿Pesadilla?

 



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En el texto hay: fantasia, amor, dolor

Editado: 25.06.2024

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