Capítulo 25: Steve y Emma
Steve
Cuando llegué a mi departamento ya casi amanecía. Me acosté vestido en el sofá dispuesto a permanecer alerta para cuando Emma despertara .
Pensar que tenía a mi niña cerca y a mi cuidado me daba un profundo sentimiento de paz que estaba necesitando para mitigar todas las angustias del día.
Primero Hannah. La había despedido a la tarde reprimiendo mis ganas de abrazarla y retenerla para que no se lanzara a los brazos de otro hombre, y mucho menos a su cama. Y más tarde, cuando supe cuánto ese hombre la había herido, tuve que reprimir el instinto animal de volver a buscarlo para romperle la cara.
Aunque yo no tuviera autoridad moral para romperle la cara a nadie, ya que yo también la había herido.
Todas sus palabras en contra de los hombres me dolieron en el alma, porque eso significaba que la habíamos lastimado mucho, y porque no sólo eran producto del enojo del momento, sino también de un profundo dolor y frustración.
Y escuchar que nunca había tenido una cita romántica -¡ella! ¡que era quién más la merecía!, ¡que había sido una mujer buena, leal y decente toda su vida!- se me clavó en el pecho como una daga. Con ella había pasado directo al sexo, jamás le había regalado una flor, jamás la había llevado a cenar a un lugar elegante, jamás la había invitado a patinar en Central Park... Sólo me quedaba pedirle a la vida que me diera la oportunidad de remediar eso.
Y luego Sussy, víctima del cobarde abusivo que decía ser su novio. Deberíamos haberlo golpeado más con Jimmy, haberle roto algunos huesos para que de verdad entienda que no se tiene que acercar más a ella. Tampoco Sussy se merecía una relación así.
Esperaba que por fin pudieran descansar las dos. Que tras el sueño lograran recuperar su alegría y se hicieran compañía por unos días.
Con estos pensamientos me fui quedando dormido, agotado porque había sido un largo día y una noche agitada.
* * *
—Mamiiiii.
Salté del sofá y corrí al cuarto de Emma.
—Buen día preciosa. ¿Dormiste bien?
Le sonreí mientras me arrodillaba al lado de su cama.
—Sí…
Esta vez se limitó a mirar alrededor, tratando de reconocer dónde estaba.
—Mami está descansando en casa. Si tú quieres podemos ir a verla o… podemos dejar que descanse un poco más y nos vamos tú y yo a preparar tu biberón a la cocina. ¿Qué opinas?
Me tendió los bracitos -matándome de amor- para que la saque de la cama.
—La dejamos descansar un poco más.
No esperaba otra respuesta. Mi hija era tan amable y considerada como su madre, y más la amé por eso.
Mientras le preparaba el biberón se levantó mi madre y la ayudó en el baño. Salió con la cara lavada, los dientes cepillados y peinada, ayuda que le agradecí infinitamente porque yo aún no tenía esas habilidades.
Cuando estaba instalada en el sillón tomando su biberón, llamó Hanna.
—¿Ya se levantó Emma?
—Sí, está tomando la leche.
—¿Pasó bien la noche?
—Cuando llegué dormía plácidamente.
—Está bien… sucede que la extraño.
—Pidió por ti esta mañana. Pero le dije que estabas descansando y lo comprendió. Es una niña buena.
—Lo es.
—Tú quédate tranquila, si pide por ti la llevo.
—Está bien.
—Hay algo más… Mi madre quiere conocerte.
—...
—¿Hanna?
—Sí, acá estoy… ¿Por qué?... Es decir… Me toma por sorpresa. ¿Por qué quiere conocerme? ¿Y si no le caigo bien?
—Hanna, calma. Sólo quiere conocer a la madre de mi hija -“y a la mujer que amo”, pero esto último no se lo dije.
—Está bien. Podrían… venir a almorzar mañana.
—¿Estás segura?
—Sí… eso creo…
—Está bien, yo compro el almuerzo.
—De ninguna manera, yo cocino. Después te pregunto qué le gusta cuando piense en el menú.
—De acuerdo.
Esa tarde debí llevar a Emma junto a Hanna porque la extrañaba mucho, aunque no me lo dijera. La noté triste y desconcentrada cuando mi madre le leía un cuento, entonces consideré que ya era suficiente. Era la primera vez que se separaba de su madre y no era justo que sufriera sólo para que yo fuera feliz.
Sólo debía esperar a que ella se fuera acostumbrando más a mí.
Otra cosa que debía esperar era que la jornada del día siguiente no estresara más a Hanna.
_____________________________________
Próximo Capítulo: La visita de Dorothy