21/06/2017
04:24AM
Frunzo el ceño con molestia cuando un ruido interrumpe mi sueño, un ruido muy escandaloso. Abro los ojos y me incorporo en la cama encendiendo la lámpara de noche, me giro en dirección al ruido y veo que se trata de Hanna, quien se encuentra recostada de costado, dándome la espalda. Su cuerpo entero tiembla y no para de toser.
Rápidamente me bajo de la cama y corro hacia el otro extremo para asegurarme que se encuentre bien. Pero, creo que mi corazón ha dejado de latir al verla.
Trata de ocultar su rostro de mí, pero la veo con claridad, a pesar de haber poca luz. Tiene su mano sobre su boca tratando de calmar la tos, veo líneas de sangre que se escurren por los espacios que hay entre los dedos que cubren su boca, ¡está escupiendo sangre!
—Hanna... ¡llamaré una ambulancia! —entro en pánico.
Ella toma mi brazo con su mano libre, está ardiendo, sigue caliente, más bien, está peor.
Niega con la cabeza, sus ojos me miran con terror y no logro comprender el motivo por el cual no quiere ir al hospital. Me zafo de su agarre, tirando de mi brazo, no sé qué hacer, ella continúa tosiendo, y parece estar quedándose sin aliento.
Corro hacia mi armario para buscar una toalla, regreso con ella, quien ahora está acostada boca arriba. Rayos no, ¡se ahogará!, al llega hasta ella, me apresuro a ayudarla a colocase de costado, aparto su mano para poder limpiarla con la toalla, y lo que veo me deja en estado de shock.
Todo su rostro está cubierto de sangre, sale sangre de su nariz y de su boca, no logró entender que le ocurre.
Me inclino hacia ella y limpio su rostro con la toalla mientras que con la otra mano aparto su cabello de su rostro y acaricio su mejilla, ella cierra los ojos ante mi tacto, eso parece relajarla un poco.
Un puchero se apodera de mis labios y trato de contenerme para no ponerme histérico, no logro entender nada, ¿qué es lo que tiene? De nuevo comienza a toser, así que la sostengo para que permanezca de costado, tose, tose y tose, hasta que vomita el suelo, manchando mis zapatos.
Frunzo el ceño con asco y me aparto un poco, mi corazón se detiene medio segundo cuando veo que todo lo que vomitó fue sangre.
—Hanna... ¡Te llevaré al hospital! —sentencio
Rápidamente corro a tomar el teléfono celular y llamo al 911.
—Buenas noches señor... ¿Cuál es su emergencia?
—M-Mi... Mi... esposa, no sé qué le ocurre, ¡está vomitando sangre!
—Señor, trate se calmarse... enviaremos una ambulancia, pero mientras tiene que conservar la calma.
Suspiro profundo mientras les doy mi dirección domiciliaria. Al terminar, cuelgo la llamada y corro nuevamente a su lado, pero ya no está, no está en la cama.
—Hanna —llamo su nombre mientras camino por la habitación buscándola. —. ¿Hanna? —titubeo al comenzar a alterarme. —. ¡Hanna! —grito una vez más, entonces la escucho toser a lo lejos.
Corro hacia el pasillo, puedo sentir los latidos de mi corazón, como si tratarán de perforar mi pecho. El camino se me hace eterno mientras avanzo, tengo miedo, no sé qué le ocurre y no quiero que empeore y cuando la encuentre sea demasiado tarde.
Pero entonces... la escucho más cerca, en la habitación de Olivia.
—Hanna, ¿qué haces aquí? —pregunto, ingresando en la habitación.
Ella se encuentra sentada en el suelo, con la espalda apoyada en la cama y en sus manos, sostiene un peluche... es el peluche que le regalé cuando éramos novios.
Olvidé que había dejado que Olivia se lo quedara después de unos cuántos berrinches.
—No... no iré al hospital. —dice con un hilo de voz.
Su mirada se encuentra fija en algo junto a la cama; y puedo ver el dolor en sus ojos cristalizados, mientras observa el cuadro que hay sobre la mesa de noche de Olivia.
Es ella... es el retrato de ella. Está también en la habitación de Matt y Taylor, nunca fui capaz de decirles que su madre nos había abandonado. Se los diría cuando estuvieran más grandes.
—La ambulancia está en camino. —anuncio, seriamente,
No entiendo por qué su capricho, pero si se queda se pondrá peor, no puedo permitirlo. Ni siquiera sé cómo puedo hacerme el fuerte al verla llena de sangre.
—¿Por qué está mi foto aquí? —pregunta con voz quebrada. —. Si no querías saber nada de mí, ¿Por qué está mi foto aquí? —rompe en llanto.
—Porque nunca permitiría que el corazón de mis hijos se llenara de odio contra ti. —decido responderle.
—Te amo, Derek. —chilla casi sin voz y entonces comienza a toser nuevamente.
Está vez peor que antes, ella abraza el peluche mientras tose, le duele, puedo verlo en su rostro. A lo lejos se escucha el sonido de las sirenas de la ambulancia; ya está cerca.
Corro hacia ella y la tomo en brazos, al principio quiere resistirse, pero no tiene fuerzas, el peluche blanco en sus manos está manchado con sangre, al igual que la bata de baño y mi camisa.
Editado: 02.02.2020