Hasta que llegue mañana

Capitulo 3:Como Si Hubiera Sido Ayer


05/Agosto/2008
Derek 16 años.

—¿Lista para esto Hanna? —pregunto mientras acomodo mi cabello rebelde detrás de mi oreja y coloco un cigarrillo entre mis dientes.

—Derek... Tú no fumas —comenta riendo mientras me quita el cigarrillo de entre los dientes y lo tira al suelo. —. No tienes que aparentar ser el chico malo para gustarme. —me da un tierno beso en los labios.

—Lo siento, es sólo que estoy nervioso. —confieso jugando con mis manos.

—Tranquilo, sólo vienes a conocerlos, no a buscar su aprobación. —me dice mientras toma mi mano y me guía hacía la puerta de su casa, abre y yo entro detrás de ella.

Mis ojos se amplían cuando observo el interior de la casa. Todo está reluciente, hay hermosas decoraciones y muchos cuadros con retratos de Hanna y su hermano mayor.

—¡Cariño!, ya estás en casa. —exclama una elegante mujer con unas enormes perlas colgando de su cuello. Un hombre alto y muy elegante también aparece tras ella.

—Mamá, papá, ¿van de salida? —pregunta Hanna abriendo la boca con indignación. Supongo que ya les había avisado que yo vendría.

—Cariño, tenemos que salir a una reunión —se encoge de hombros. —. ¿Y quién es ese chico? —pregunta frunciendo el ceño en confusión y ladeando un poco cabeza.

—Él es Derek, es mi novio —dice Hanna firmemente sin soltar mi mano.

Ambos amplían los ojos de manera exagerada antes de observarse entre sí, ni siquiera tratan de ocultar su enojo cuando observan a Hanna con reproche.

—Hanna... ¿Qué demonios sucede contigo? —pregunta su madre furiosa.

La pareja me observa de pies a cabeza con desprecio. El padre se cruza de brazos y niega con la cabeza repetidas veces mientras murmura algo que no logro escuchar con claridad.

—No estoy buscando su aprobación, padres. Derek sólo vino para conocerlos. —concluye levantando la mirada y observándome directo a los ojos con una sonrisa orgullosa en sus labios.

 

20/06/2017
9:20PM

—¿Hanna?, ¿Estas bien? —trato de despertarla, pero es inútil.

Suspiro profundo mientras me pongo acuclillas frente a ella y la observo. ¿Qué le ocurrió?, definitivamente no es la misma Hanna que conocí, esa chica radiante y despampanante que me cautivó. Se ha reducido a ser una mujer opaca, ha perdido mucho peso y está pálida, su cabello rojizo está reseco y le falta brillo. Parece un cadáver con vida.

Giro su cuerpo para que quede boca arriba y luego la levanto en brazos estilo nupcial, es como cargar un peso muerto, como levantar aire, como levantar una simple almohada. Camino con ella y la meto en la bañera, la idea de hundirla en el agua y ahogarla se me pasa por la mente, pero alejo esos pensamientos rápidamente.

Tomo el bote de shampoo de cuerpo y vierto el líquido sobre una esponja de baño, y con ella, comienzo a limpiar su cuerpo con una mano, mientras que con la otra la sostengo para que no se hunda en la tina. Paso la esponja por su cuerpo con mucho cuidado, y le voy quitando todas las manchas de barro que tiene, de igual manera, la paso por su rostro para limpiarlo. La observo con pesar, no puedo evitarlo.

Cuando termino me doy cuenta de que hay de quitarle el agua enjabonada, todo sería más fácil si estuviera despierta.

—Derek... —balbucea.

Dirijo mi mirada hacia su rostro y la observo fijamente. Al fin despertó. La sostengo esperando que vuelva en sí totalmente. Sus ojos se abren lentamente y me observan.

—¿Qué sucedió? —pregunta desorientada.

—Te desmayaste —respondo simple. Me pongo de pie y me aparto un poco para darle espacio. —. ¿Estás enferma? —inquiero.

No es normal que una persona se desmaye a cada rato.

Ella me observa con ambas cejas alzadas al cielo, pareciera que no comprende las palabras que salen de mi boca. Desvía su mirada hacía el estante ubicado en la pared y lo observa fijamente, como si ahí estuviera alguna maravilla mundial. Supongo que no quiere responder a la interrogante, y yo tampoco deseo saber nada respecto a su vida, así que lo dejo pasar.

—Como sea —suspiro pesadamente. —, no es de mi incumbencia.

Giro hacia la puerta y avanzo hacia ella con la intensión de retirarme del ese lugar. El ambiente se siente muy tenso y comienzo a sentir calor.

—Tengo narcolepsia. —dice de pronto.

Freno en seco antes de voltear hacia ella con el entrecejo fruncido. ¿Narcolepsia?, ella nunca antes había padecido de eso. Aunque la verdad ese tipo de enfermedad es ajena a mi conocimiento, por lo que pienso en que no tengo una respuesta adecuada.

—Bueno... Supongo que lo siento. —me encojo de hombros.

Ella asiente y dirige su mirada esmeralda hacia su cuerpo en la bañera. Sonríe débilmente como si de pronto olvidara lo de su enfermedad al encontrar un tema mejor del cual parlotear.

—Me diste un baño. —dice sin dejar de sonreír antes de voltear a verme con sus ojos cansados y sus horribles ojeras.




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