15 /Agosto/2008
Derek 16 años.
—Me esperas un momento y estoy lista... ¿Seguro que no quieres pasar? —me pregunta Hanna tomando mi mano.
Niego con la cabeza mientras observo a mi alrededor, una enorme mansión se extiende frente a mí, una mansión en la que no pienso poner ni un pie. Se puede decir que la última vez que estuve aquí, fue el día que ella me representó con sus padres, no salió nada bien, es obvio que me odian.
—Te espero aquí afuera. —digo finalmente.
Ella asiente con la cabeza y besa mi mejilla antes de avanzar hacia la puerta y entrar.
Camino hacia una esquina para quedar parando debajo de la sombra de un árbol junto a la acera para esperarla, no quiero estar en el patio de su casa, estaría invadiendo propiedad privada.
Minutos después de que Hanna ingresa a su casa, aparece su hermano, quién al parecer es cuatro años mayor que ella.
Ni siquiera nota mi presencia ya que está muy concentrado hablando con otro chico rubio mientras se dirigen a la entrada, parece que de lo que hablan es muy interesante porque se han quedado parados en la entrada riendo como locos.
La puerta se abre y Hanna sale de la casa con una enorme sonrisa, pero su sonrisa se esfuma al ver a su hermano y al otro chico. Frunzo el ceño en confusión ante la expresión en su rostro.
El chico le susurra algo al hermano de Hanna y éste asiente antes de avanzar hacia ella, darle un beso en el cabello y entrar a la casa, dejándolos solos.
El chico se acerca a hablar con ella y puedo notar que se pone nerviosa al instante, sus ojos verdes viajan por todo su alrededor... Está buscándome.
Decido mejor no intervenir, solo me dedico a verlos. Él trata de acercarse y ella se aparta rápidamente, no creo que sea porque yo estoy aquí. Parece temerle.
Hanna niega con la cabeza como respuesta a algo que él dijo y trata de avanzar para alejarse de él. Pero el chico no lo toma de buena manera y sujeta su brazo con brusquedad causando que un chillido de dolor se escape de sus labios.
Siento mi sangre arder al ver tal escena, ¿Cómo se atreve? No puedo controlarme así que corro hacía donde se encuentran.
Él la sujeta del mentón para obligarla a verlo y luego intenta besarla. Lo sujeto de su camisa, más costosa que todo el conjunto que traigo puesto, y tiro de él, cuando se voltea y me mira, le doy un puñetazo en el rostro que lo hace caer.
Hanna corre hacía mí para detenerme, me aparto del chico y retrocedo cuando veo a toda la familia de mi novia salir de su casa.
—¡Eres un maldito salvaje!, y nunca serás bienvenido en esta casa. —grita su madre furiosa mientras el señor y su hijo mayor ayudan al chico a ponerse de pie.
—Hanna ven acá ahora mismo. —ordena su padre con voz severa.
Hanna da un paso atrás y toma mi mano.
—No lo haré papá. —responde firmante.
—No lo repetiré, Hanna, esta relación que tienes con ese chico se acaba ahora. —grita con evidente frustración.
—Derek... Prepárate para correr — susurra para que sólo yo escuche. —. Dije que no lo haré papá. ¡Este chico vale más que ese idiota! —grita y la expresión en el rostro de su familia le podría causar gracia a cualquiera.
Hanna aprieta mi mano y comienza a correr tirando de mí para que la siga.
—Hanna, ¡vuelve acá! —se escucha el grito frustrado de su madre a los lejos, pero ella no se inmuta.
Cuando ya estamos lo suficientemente lejos, dejamos de correr y comenzamos a caminar, ella aún no suelta mi mano y su sonrisa traviesa no desaparece. Suelto una risita y niego con la cabeza antes de levantarla en brazos y cargarla estilo nupcial.
—Valgo más que él ¿eh? —cuestiono gracioso.
—Vales más que todos en esa casa. —contesta con una cálida sonrisa.
La observo fijamente a los ojos, tratando de buscar alguna pizca de burla. Pero no, sólo veo amor en ellos.
—Te amo. —susurro antes de plantarle un tierno beso en los labios.
20/06/2017
10:40PM
—Mi madre, se enteró de que estaba embarazada, vomitaba todo lo que comía y... y me miraba horrible. Ese día me llevó al médico a hacerme exámenes, y di positivo a embarazada. Casi se vuelve loca, quería que abortara, e incluso ese mismo día me hizo cita para el aborto. Fue cuanto te llamé para quedar en algún lugar y así poder hablar.
La escucho atentamente, mientras continuó paralizado en medio de la habitación. Dándole la espalda y viendo fijamente la puerta.
—Cuando te lo dije... Vi tus ojos Derek. No estabas feliz, vi el miedo en tus ojos, y luego... Simple y sencillamente te fuiste corriendo. Estaba destrozada, comencé a llorar desconsoladamente, todos me observaban —sorbe su nariz. —. Pero recordé tus palabras. “Espérame aquí”. Así que decidí esperarte. Esperé y esperé. Las personas a mi alrededor me miraban con lástima, supongo que escucharon nuestra conversación y te vieron huir... Seguro pensaban. ¿Por qué sigue aquí? Y yo... Simplemente quería esperarte, quería darte una oportunidad a ti y al bebé, por eso permanecí allí como me lo pediste.
Editado: 02.02.2020