Aún recuerdo el lugar donde crecí. El hambre, la corrupción y la sobreexplotación destruyendo lentamente la Capital Imperial y llevándose consigo miles de almas inocentes. De alguna manera había que frenar tanta destrucción, ¿pero cómo?
Con solo 15 años de edad suerte tendré si no soy asesinada en algún callejón desolado, nadie notaría mi ausencia ni sufriría por mi, una débil chica que deambula por las calles buscando que comer .
Todo eso cambió cuando conocí al maestro.
Un día mientras caminaba por las sombrías calles que ya me eran familiares me encontré con un señor,algo en particular de este hombre me llamo la atención, poseía una mirada fría casi inhumana , tal paresia que había presenciado tantas atrocidades que esta había perdido todo rastro de felicidad.
Ese día mi vida cambió, dicho hombre era un líder revolucionario el cual quería cambiar la sociedad de mierda en la que vivíamos, me entrenó y me enseñó todo lo necesario para convertirme en una de sus alumnas. Al cabo de un año ya era una de las mejores de su selecto grupo y su mano derecha.
Formamos un grupo de 7 personas contando chicos y chicas, entre ellos se encontraba mi hermano al cual el maestro-asi le decíamos ya que nos había enseñado todo lo que sabiamos-había reclutado hace un tiempo, éramos una familia , juntos obtuvimos la fama del grupo revolucionario más buscado en todo el imperio y juramos cambiar la capital así tuviéramos que morir por ello...
Mi vida era una constante lucha sin fin, sin un futuro concreto ya que nunca me había detenido a pensar en que pasaría luego de que todo acabara ."Hasta que lo conocí"
Editado: 11.07.2022