Hasta Que Me Recuerdes ( Charlotte 2)

19

Podía ser acaso que ¿aquella noche en la que estaba tan confundida y ebria aquel hombre se había aprovechado de la situación para manipular aquella protección con el propósito de perjudicarla?.

-Puede ser que estaba tan desesperado por conservarte ya que estaban teniendo muchos problemas y la relación estaba en riesgo Silvia, tomo esa medida para poder tenerte definitivamente para el – Su amiga la despertó de aquel recuerdo.

Lo peor de toda esta terrible situación es que para ella era totalmente imposible el hecho de pedir algún tipo de explicación del porqué a aquella persona que lo único que había hecho era lastimarla. Prefería mil veces el quedarse con la duda de que trampa le había colocado al preservativo antes de ir a preguntarle directamente en la cárcel. No quería verlo en lo que le quedara de vida.

-Silvia. Quiero que sepas que eres totalmente libre de decidir qué es lo que quieres hacer con este embarazo, créeme que nadie te juzgara por la decisión que tomes – Coloco su mano sobre la de ella – Tendrás mi apoyo incondicional como siempre. Yo se lo difícil e incómoda que resulta esta situación para ti-

Ella suspiro mientras tenía la mirada perdida y los ojos llenos de lágrimas, nuevamente otra decisión difícil había llegado a su vida y era el momento inmediato de tomar una decisión para darle solución a todo esto.

-Estoy consciente de que este tema no es ningún tipo de tabú- Volvió a colocar su vista en el rostro de su amiga – Se perfectamente que yo tengo la decisión de darle o no la vida- Poco a poco comenzó a voltear su mano hasta apretar la de Andrea – Amiga, pero yo voy a tomar la decisión de seguir con este embarazo aunque el padre sea una persona despreciable-

Su amiga se veía sorprendida, al parecer no esperaba a que Silvia tomara aquella decisión. Debido a los problemas que todo esto conllevaría.

-Pero estas consiente de todo lo que conlleva esto ¿Cierto?.. Digo Amiga, podrías perder a Andrew para siempre- Prefirió ser sincera con ella sobre su punto de vista.

Aquella verdad le cayó como un balde de agua fría, pues aunque era cierto que durante los últimos minutos había estado pensado en esto, el hecho de que su amiga también se lo confirmara le hacía sentir mucho más miedo que antes. Pero necesitaba ser fuerte.

Luego de finalizar la visita se dirigió hacia casa, mientras bajaba del auto con sus llaves en mano pensaba en que era lo que se supone le diría a Andrew y a Cristina, no era una noticia fácil ni siquiera para ella misma.

Abrió la puerta poco a poco mientras sus manos temblaban por el tema de conversación que pronto surgiría en la casa, cuando repentinamente comenzó a escuchar a una voz femenina diferente que se encontraba en el interior de su hogar.

-Hoy voy a hacerles un poco de lasaña en modo de agradecimiento por permitirme el estar aquí en su casa señora Cristina-  Se escuchaba aquella voz decir entre risas.

¡Rayos!. Se le había olvidado que Laila llegaría a invadir su espacio el día de hoy.

Entro rápidamente hacia la cocina y de una manera tan escandalosa, haciendo que los 3 voltearan al mismo tiempo para observarle.

-Bueno querida, déjame decirte yo no te estoy dando la bienvenida a mi casa- Dijo Cristina de manera chocante y con toda la intención – Porque mi casa queda en Noruega, esta es la casa de mi hijo y sobre todo de Silvia-

La chica se acercó hacia Cristina con aquella sonrisa de niña, parecía una pequeña mocosa que solo sonreía sin parar.

-Permítame su bolso señorita Silvia- Dijo sonriente… (¿Por qué sonreía tanto?)

-No te preocupes- Alejo su bolso de ella para comenzar a caminar hacia la meza principal, Quería estar lo más alejada de ella que fuera posible porque sinceramente ya estaba teniendo un día demasiado irritante y no quería terminar asesinándola.

-Por favor. Déjeme ayudarle en todo lo que usted necesite-

Parecía estarse comportando de manera agradable la jovencita, pero eso no era suficiente razón como para quitarle el ojo de encima, pues sus intenciones con Andrew estaban más que claras. No se podía olvidar de aquella alerta.

-Laila..- Interrumpió Andrew inmediatamente mientras se acercaba hacia ella para colocarse bastante cerca – No tienes que hacer esas cosas- Comenzó a sonreír mientras le daba toda su atención – Recuerda que estas aquí para ayudarme a mí, no para recoger los bolsos de nadie ¿Esta bien?. Esta también es mi casa, no te sientas como un personal de servicio, esa es tu casa también-

Silvia se mordía el labio para no salir con ningún tipo de grosería y es que definitivamente esta no era ninguna casa de ninguna Laila.

Prefirió mantener la calma y solo observar en silencio todo lo que ocurría también escuchar como poco a poco Cristina comenzaba a sacarle toda la información que ambas necesitaban saber.

-Cuéntame querida.. ¿Cómo te conociste con mi hijo?- La mujer estaba intentando verse agradable y tranquila, pero por lo mucho que le conocía Silvia era más que obvio que tampoco quería tenerla cerca. Que suerte tener a la madre de Andrew de su lado.



#19682 en Novela romántica
#4826 en Thriller
#2696 en Misterio

En el texto hay: misterio, romance, amor

Editado: 25.08.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.