26

-Respóndeme Silvia ¿Tu a que le temes?- Extrañamente, seguía insistiendo en que ella le respondiera.

Era un momento de bastante tensión para ella, podía finalmente sacar absolutamente todo lo que tenía por dentro y acabar con todos estos secretos o seguir guardando silencio y seguir quemándose por todos los problemas que tenía encima. Pero repentinamente antes de que pudiera tomar una decisión su teléfono móvil comenzó a sonar.

Ambos se quedaron observando fijamente por tan solo unos segundos mientras el teléfono móvil no dejaba de sonar.

-¿Sabes que Silvia?. Veo que tienes cosas más importantes que hacer- Le dio la espalda para comenzar a caminar hacia adentro de la casa – mejor contentas tu llamada..-

Estuvo a un paso de cancelarla y correr hacia Andrew para continuar con la importante conversación. Pero cuando observo la pantalla se dio cuenta de que se trataba de una llamada de su abogado Alex. Así que la contesto rápidamente.

-¿Hola?-

-¡Silvia! Buenos días, sé que te dije que llamaría en la tarde. Pero Andrea ayer no me dejo en paz para que resolviera esta situación lo más rápido posible y déjame decirte que ya tengo respuestas-

Se le revolvió el estómago cuando escucho estas palabras.

-Te escucho..-

-Tengo a un colega que tiene un conocido trabajando en la prisión en donde tienen a Da Silva. Nos hiso el favor de revisar exhaustivamente el área en donde duerme y a las personas que frecuenta. Silvia, Dennys no tiene ningún artefacto electrónico por el cual pueda comunicarse, así que es totalmente imposible que sea el quien se encuentra enviado esos mensajes-

Sintió una pequeña calma por el hecho de saber que no se trataba de aquel hombre, pero la duda de ¿Quién le había enviado esos correos electrónicos?. No se le quitaba.

-Otra Cosa Silvia..- continuo Alex – El día de hoy voy a denunciar lo que está ocurriendo con ese correo electrónico para que lo den de baja y así no pueda volver a molestarte-

Ella suspiro mientras se sentía mucho más segura – Muchas gracias por tu ayuda Alex. De verdad te agradezco todo lo que estás haciendo-

-No te preocupes Silvia. Esto contara para que me anotes como futuro padrino de tu bebe- Se escuchó una pequeña risa al otro lado de la línea

Ella también sonrió un poco –Dalo por hecho-

-Está bien. Adiós – Colgó.

Esperaba de todo corazón que lo que había hecho Alex funcionara para que aquellos correos electrónicos pararan.

Que suerte que Dennys no tuviese ninguna manera de comunicarse con ella, sinceramente le alegraba eso.

Decidió regresar hacia adentro de la casa para intentar seguir conversando con Andrew pero cuando este la vio acercarse hacia la cocina se levantó rápidamente para irse a su habitación y encerrarse para no continuar.

Los días continuaron pasando y en cierto aspecto algunas cosas habían mejorado, aquel correo electrónico fue dado de baja, no estaba recibiendo ningún tipo de amenazas y en cierta parte se sentía mucho más tranquila.

La situación de Andrew con Laila no iba para nada bien en la casa, cada día parecía que Andrew se alejaba mucho más de ella. Siempre iba recordando cosas de su pasado pero según el mismo los recuerdos de su vida con Silvia no lo habían hecho.

Laila comenzó a asistir a su trabajo en el instituto por las noches, pero durante el día se la pasaba pegada a Andrew como una goma de mascar. Seguía comportándose de manera hipócrita con Silvia y eso cada día se notaba mucho más.

Una tarde mientras Silvia buscaba un poco de helado en el congelador, sintió que alguien le observaba desde la puerta de la cocina. Cuando volteo a ver quién era pudo percatarse de que era Laila quien estaba allí recostada de la pared mientras la observaba con una pequeña noticia.

-Vaya Silvia.. He estado notando que durante estos días has estado comiendo bastante-

Ella levanto una ceja mientras se metía una cucharada de helado a la boca, no tenía ni siquiera la más mínima intención de responderle.

-Deberías cambiar las fotografías tuyas que tienes en la sala ¿Sabes?. Con esos kilos que has subido en realidad estas bastante irreconocible – Poco a poco comenzó a acercarse a ella, claramente buscaba la manera de hacerla sentir mal – Que yo sepa..- Se cruzó de brazos mientras la observaba de arriba abajo  - a Andrew no le gustan las gordas….-

- Que yo sepa…- La observo seria mientras colocaba la cuchara nuevamente en el bote de helado – Tú no estás aquí para estar al pendiente de mi peso, ni de lo que hago-

-No te lo tomes personal querida- Dijo con una pequeña sonrisa. – Yo solo te estoy dando un pequeño consejo-

-Y yo solo te estoy recordando el papel que tienes en esta casa.. Recuerda que estas aquí solo por prestar un servicio a MI ESPOSO - Resalto la última palabra con todo el propósito del mundo.

 Ella se quedó en total silencio mientras le observaba, al parecer no supo que responder por lo mucho que le había molestado aquella respuesta.

-Ah… y otra cosa – Le entrego el bote de helado – A mí no me interesa lo que las demás personas piensen, mientras yo me sienta hermosa .. Me siento satisfecha conmigo misma querida Laila- Finalizo la conversación dejándola allí sola.

Silvia no tenía absolutamente nada de qué avergonzarse pues adentro de su vientre estaba creciendo su bebe y poco a poco eso estaba comenzando a hacerla sentir bastante feliz debido a que no lo sentía como una creación de ella con Dennys. Si no como suyo propio. Lo criaría para que no se parecía en nada a ese hombre.

Las cosas con Laila se habían transformado en una guerra pero lo peor de toda aquella situación era el no tener el apoyo de su propio esposo.

Se encerró en su habitación para admirar algunas cosas que en secreto le había comprado a su hijo o hija, eran tan pequeñas y adorables, no podía dejar de sonreír por eso. Ya la semana siguiente tendría otra cita con el doctor para revelar el sexo de su bebe pues con tanto ajetreo de la vez pasada había olvidado preguntarle eso al doctor, había salido tan apurada de aquel lugar buscando entender la situación que no se percató de ese detalle tan importante.