Sébastien y yo nos miramos, metí las manos en mi bolsillo, no podía creer la actitud de este tipo, Julio estaba desaparecido y él hacia preguntas que no tenían la mayor importancia en este momento.
- Sébastien, ¿me puedes acompañar a buscar al niño? - mi hermano puso los recipientes en una mesita cercana y se arremango las mangas de su camisa, ese era mi hermano él que siempre me apoyó en todo.
- espera, hice una pregunta - me acerqué a él y lo miré a los ojos, Sebastien y yo éramos distintos en nuestra manera de ser, sobre todo en que él era correcto en su manera de hablar, y yo en este momento tenía que frenarme por la presencia de Sofia.
- no sé quién rayos eres - sonreí -pero no me importa, me doy cuenta que tú cabezita llena de gel aún no asimila que un niño de 4 años està desaparecido y eso es lo único que importa - el tal Joe apretó los dientes y luego ante mis ojos se transformó.
- lo lamento, tienes razón, la prioridad es él niño, Julieta perdona, yo seré el primero en buscarlo - se giró y salió, entrecerré los ojos y miré a Sébastien que me veía con el ceño fruncido, con un gesto de su cabeza me indicó que salieramos.
- voy contigo - pusé una mano en el hombro de Julieta y negué con la cabeza.
- tienes que estar en la casa, por si regresa Julio- rápidamente garabatee mi número y se lo extendi- llamame por si sabes algo.
Estaba asustada y sus ojos estaban cuajados por todas las lágrimas que querían escaparse, me acerqué y la abracé.
- todo saldrá bien, lo encontraré- ella asintió.
Sébastien se le acercó
-lamento que nos volvamos a ver en estas circunstancias.
Salimos, mi hermano se separó y se dirigió a su auto, sacó unas linternas, me extendió una y comenzamos a caminar.
- en mi ceguera aprendí a conocer la verdad en la voz - lo miré - Joe, sea quien sea él, no fue sincero en lo último que dijo,su voz sonó forzada.
- no sé, que papel juega en la vida de los niños - revisaba por todos lados con la esperanza de verlo.
- ¿Porqué te llaman papá? - lo miré y sonreí, le conté la historia de este día y como habíamos llegado al punto en que ellos me querían como su padre.
- Salomón puede ser una regalo de Dios, tu has sufrido porque perdistes a tu hijo y ahora la vida te esta dando tres hijos - asentí - puede que Antonio esté ayudando.
Negué con la cabeza.
- no creo que Antonio me querría como padre de esos niños, soy todo menos b... - Sébastien me interrumpió.
-no te menosprecies más Salomón, los niños miran más allá y su instinto les dice cuando alguien es bueno para ellos ó no, aprovecha este regalo que estas recibiendo sin pedirlo ser padre de esos 3 niños que también han sufrido la pérdida de sus verdaderos padres.
Vi a Sébastien y sonreí, lo extrañaba, sólo él me podía hacer ver las cosas como eran.
- Julieta es una maravillosa mujer, no se apartó de Antonio hasta el último minuto - frunci el ceño.
- sólo me interesan los niños Sébastien, me enamore de Natalie y amaba a un espejismo, ella no era lo que conocíamos.
- no juzgues a todas las mujeres por la serpiente que conocimos, es tiempo que te des la oportunidad de amar - no respondi y suspiré estábamos en la parte más alejada de la playa y nada de Julio - ¿los adoptaras legalmente?- me quedé en silencio era algo para lo que aún no tenia respuesta.
- Sébastien mira allá -señalé un punto - parece una cueva.
- vamos a revisar - apresuramos el paso hacia la cueva, sentía que él camino hacia ella era interminable -esperó que él niño no esté ahí, si te das cuenta la marea está subiendo.
El miedo me embargó, no estaba preparado para una pérdida más en mi vida.
Corrí a la cueva deseando que Julio no hubiera buscado refugió en ella.
El agua estaba entrando a la cueva rápidamente, alumbre y me di cuenta que teníamos que entrar, tenía varias entradas, cerré los ojos esto no podía estar pasando.
- yo entraré Sébastien, esperame aquí - mi hermano negó con la cabeza- no sé que pasé,si logramos salir antes que el mar inunde la cueva, tu tienes una familia que te espera.
- tú también tienes una familia Salomón y ahí afuera hay 2 pequeñas niñas que han puesto su corazón en ti, no perdamos tiempo.
Julieta
Me sentía culpable por no haber seguido a Julio cuando salió molesto de la sala, las lágrimas salían sin parar, llamé a Greta, era mi mejor amiga y mi familia, cuando llegaron a la casa, me tiré en sus brazos y lloraba desconsoladamente, no tenía noticias de Salomón.
- Julieta calmate, ya aparecerá -limpié mi rostro - ¿Quién lo ésta buscando?.
La miré a los ojos
- Salomón - ella me miro extrañada por que no le sonaba el nombre, pero Bruno quien estaba durmiendo al pequeño Antonio, se me acercó.
- ¿que Salomón?- los miré a ambos.
- Salomón Arevalo -Bruno asintió.
- Vaya al fin regresó pero ¿porque Salomón esta aquí?
Les relaté los acontecimientos del día y ambos me escucharon en silencio.
- Salomón, es un buen hombre, no lo dudes - acomodó al pequeño Antonio en su pecho - si los gemelos lo están buscando te aseguro que no aparecerán aquí sin el niño, son muy tenaz.
Me abracé a mi misma, esperaba que Bruno tuviera razón y aparecieran pronto con mi hijo.
Editado: 01.01.2022