Hasta que te conocí [serie Arévalo #3]

Capítulo 6

El miedo me embargaba, entramos a la cueva, no la recordaba cuando llegábamos a pasar vacaciones cuando éramos niños, nos pusimos delante de las entradas que habían dentro de la cueva, sentía como el agua entraba y chocaba contras mis pantorrillas.

- Separemosnos - miré a Sébastien y asentí,  mordí mi labio, no podíamos perder tiempo.

Sébastien se dirigió hacia la izquierda y yo a la derecha.

-¡Julio! - grité con todas mis fuerzas, suspiré y empecé a caminar.

Sébastien se regreso y me llamó.

- Salomón- me giré y caminé hacia él - Se escucha algo pero es muy bajo.

Nos pusimos de nuevo frente a las entradas de la cueva y escuché el leve jadeó de un...perro, miré a Sébastien y comenze a entrar.

- Creo es Rufus, Julio no se separa de él- avanzamos y me di cuenta que él agua estaba subiendo en la cueva.

El quejido del perro se hacía más claro,apresuré el paso lo más rápido que el agua me lo permitía.

Cuando llegamos al centro de la cueva sentí un alivio al ver a Julio, sólo que el agua ya le estaba llegando a su cuello, él sostenía a Rufus arriba de su cabeza.

- ¡Papá! - el lloraba desconsoladamente - Llegastes, le pedí a mi papá Antonio que me ayudara.

Corrimos hacía Julio.

- Deprisa Salomón el agua está llenando la cueva -

- Julio, sube a mi espalda, tenemos que salir rápidamente sino quedaremos atrapados en esta cueva- el asintió, Sébastien tomó a Rufus en sus brazos que no se quejó sino que se acomodó en él y iba adelante alumbrando mi camino.

- Perdóname papá - Julio no había dejado de llorar.

- Hablaremos luego pequeño, tengo que sacarte de aquí.

Salir de la cueva nos costó más que entrar pero lo logramos, mi corazón aún latía de miedo, un poco mas y Julio se hubiera ahogado, cerré los ojos.

Creo que estar en esa cueva fue la peor experiencia en mi vida, bajé a Julio de mi espalda y lo abracé fuerte, el me rodeó con sus brazitos y no dejaba de llorar.

- Salomón el niño necesita cambiarse esta empapado- asentí y lo cargué en mis brazos, apresuramos el paso, necesitábamos llegar pronto a la casa, Julio estaba helado y temblaba de frío.

Cuando vislumbre las luces de la casa de Julieta, sentí alivio,Sébastien no se apartó de mi lado, nunca olvidaría que él estuvo a mi lado cuando más lo necesitaba aunque yo no lo merecía.

Varias personas del pueblo estaban en la casa de Julieta, vi una cara conocida hablando con la policía, Bruno estaba ahí y nos vio.

Se apresuró y tomó a Julio entre sus brazos, solté el aire, habíamos llegado.

Esperé que Julieta y la esposa de Bruno, lo bañaran con agua caliente y lo secarán vigorosamente, me asomé al cuarto de las niñas y ellas dormían plácidamente, él cuarto estaba invadido, también dormían los hijos de Bruno.

- Tienes que cambiarte - levanté el rostro y vi a Sébastien ya seco y otra ropa.

- No quiero ir a la casa, tengo que saber que Julio esta bien - cerré los ojos -¿Vistes su miedo reflejado en su carita? Unos minutos más y él... - sentí su mano en mi hombro.

- Él esta bien,no pienses en lo que no pasó.

- Sébastien, gracias por estar conmigo y arriesgarte por un niño que ...- me interrumpió.

- Es mi sobrino Salomón, para él tu eres su padre, y eso me basta, Lena viene en camino con papá, les comenté lo que pasó con tu hijo y se negaron a esperar noticias por teléfono - no soporté y las lágrimas salieron.

- G..Gracias hermano - lo abracé fuerte, esa era mi familia apoyarse cuando más se necesitaban - Tú estás apoyándome y yo te fallé, no fui tu guía cuando estabas sumido en la oscuridad.

- ¿Papá ? - levanté el rostro y vi a Sofia que me miraba interrogante -¿Pasa algo papá?- me acerqué a ella y acaricie su cabezita, ella miró a Sébastien - Creo estoy soñando veo a dos papás.

Sonreí y la cargué,la saqué del cuarto entre mis brazos y Sébastien iba detrás con una sonrisa divertida.

- Él es Sébastien mi hermano - ella lo miró curiosa.

- Es idéntico a ti papá, sólo que tú estas mojado - sonreí y la pusé en él suelo, olvidaba que andaba mojado, no quería enfermarla.

- Sébastien y yo somos gemelos idénticos - me miró curiosa pero se encogió de hombros - Él es tu tío, hija mía - sentí una sensación ligera en mi corazón, que me estaba gustando.

- Hola pequeña - Sébastien se puso en una rodilla y la vio a los ojos -Eres una damita muy bonita - ella sonrió.

- Gracias tío.

Nos quedamos en silencio cuando entró Julieta con Greta a la sala.

- Llamé al medico, que lo revisé para estar seguros que esta bien  - ella se dirigía a mi - asenti.

- ¿Ya esta por venir? - ella asintió.

-Estaba buscándolo también.

Vi entrar a Joe el cual se miraba más fresco que una lechuga, sin ningún cabello de fuera, sospechaba que cuando salió no lo hizo precisamente para ir a buscar al niño.

- ¿Dónde está Julio? Acompañame mientras lo examinó - así que él era el médico del pueblo.

- ¿Joe?- todos nuestros ojos se posaron en Lena, quien estaba entrando con mi padre y Marco.

 




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