Hasta que te conocí [serie Arévalo #3]

Capítulo 7

Joe palideció pero luego su rostro se volvió frío, miró a Lena de pies a cabeza y apretó los dientes obviamente molesto, Sébastien como el celoso consumado que era, pasó un brazo por su cintura.

- Lena - inclinó su cabeza y siguió su camino al cuarto de Julio.

Creo que ahora no sólo a mi me caía mal el doctorcito, la antipatía era compartida con mi gemelo.

- ¿De dónde lo conoces?.

- Fue mi prometido - sonreí al ver como los ojos de mi gemelo se abrieron - Termino conmigo cuando le dije que esperaba un hijo, de todo lo que me dijo, lo último fue que él ni loco se haría cargo de un hijo que no fuera de él en el caso que tuviera porque no le gustan los niños.

Fruncí el ceño, me daba cuenta que él andaba detrás de Julieta pero estaban los 3 niños, ¿será que cambio de opinión y ahora si le gustaban los niños?

- Creo deberías estar con Julieta y el niño - asentí y iba a empezar a caminar cuando los vi salir, el puso su mano en el hombro de Julieta y no me gustó para nada ver que la tocaba con familiaridad.

- Por tu gran sonrisa puedo asumir que mi hijo esta bien - Julieta se puso sería y me miró molesta.

- Lo ésta, ahora va a dormir y me siento feliz que Julio esta bien por eso sonrió - Joe me miró a los ojos de una manera retadora.

- Dado que hoy no pudimos cenar, pasaré por ti mañana -negué con la cabeza.

- Ella no va a salir mañana ni otro día - Julieta estaba roja de furia y antes que hablara seguí - Mi hijo estuvo en peligro y no creo que sea prioridad para su madre estar cenando contigo que estar con el niño.

- No sé que hicistes para engatusar a los niños pero te aseguró no será por mucho tiempo - miró a Julieta y se inclinó para darle un beso, pero eso no lo iba a permitir quizás era el miedo por lo que pase con Julio,pero me molestaba que ese tipo la tocará, la jale hacia mi y sonreí al ver que Joe quedó con su beso en el aire, de reojo vi a Sébastien sonreír.

El se enderezó con los puños apretados y me miró desafiante.

- Dicen que el que ríe de ultimo, ríe mejor. - salió de la casa en un incómodo silencio.

Entrecerré los ojos, Julieta me miraba molesta.

- No tienes derecho a decidir sobre mi vida - de reojo vi que todos salieron discretamente de la sala.

- Te recuerdo que quien se arriesgo por Julio fui yo, el hombre que él eligió llamar papá, ese mediquito de pacotilla no debió mover ni un solo dedo si de él hubiera dependido Julio no estaría aquí - ella palideció y yo me callé - Lo siento, aún estoy afectado no olvidó como lo encontré en la cueva- ella puso su mano en mi brazo.

- Gracias por salvarlo - abrí los ojos y la vi, aún no sabia si era por él susto pero se me antojaba que era una mujer deseable, incliné mi rostro y di un suave mordisco en su labio, ella gimió y me pasó las manos por mi cuello y se pegó a mi cuerpo, abrí la boca y no la besé... la devoré y ella me besaba igual con la misma desesperación.

- ¿Mamá?- me aparté de Julieta y ambos respirabamos agitados, disimuladamente me acomodé el vaquero, un sólo beso y despertó mi cuerpo, él que había obligado a dormir en mi castigo.

- Julio, debes regresar a la cama - ella lo abrazó.

- Tú y papá se estaban besando como me dicen mis compañeros de clases, que sus padres se dan besos y duermen en la misma cama, ¿significa que papá dormirá aquí? - sonreí, los amiguitos de Julio eran muy despiertos.

Mi cuerpo ardía y pedía liberación al fin, no dejaba de ver que el vaquero de Julieta ceñía bien su trasero, si me quedaba haría de todo menos dormir.

- Mi hermano y su familia están aquí Julio, debo atenderlos pero te prometo que estaré aqui mañana para visitarte.

Julio corrió hacia mi y me abrazó.

- Gracias papá por que me ayudaste,  Rufus también da las gracias, él pobre le tiene miedo al agua.

Sonreí y noté que el fiel guardián estaba echado en sus 2 patas traseras viéndonos.

-De hecho es a Rufus a quien le agradezco, si no hubiera llorado por el miedo al agua, no te hubiera encontrado - Julieta me miró y sonrió - Descansa mi amor - besé la cabezita de Julio.

Me crucé de brazos mientras él se dirigía hacia el cuarto con su sombra Rufus.

- Debo irme, no he visto a mi familia por un largo tiempo- ella se mordió el labio y asintió - estaré mañana aquí.

Me acerqué y toque la punta de su nariz.

- Descansa Julieta - me incliné para darle un beso en la punta de su nariz.

- Descansa Salomón - me sonrió y yo solo me quedé mirándola, una simple sonrisa me estaba desarmando por dentro, Julieta y sus 3 hijos en un solo dia habian puesto mi triste mundo de cabeza.

 




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