Hasta que te conocí [serie Arévalo #3]

Capítulo 13

Miré a Julio y Sofia.

- Esperenme afuera por favor, cerca de la puerta, no se alejen, prometanlo.

-Lo prometo papá - Julio guardo sus útiles en su mochila y salió con Sofia quien me miró con curiosidad.

- Debo decir que los años te han caído mejor, estas más deseable - la miré con furia y me acerqué a ella pero no retrocedió, me esperaba con los labios entreabiertos, era bella no lo iba a negar.

-¿Qué mierda haces en este pueblo? - se acercó más a mi, casi rozando su cuerpo al mio.

- ¿De dónde sacastes a los mocosos?- pasó su dedo por mis labios, aparté el rostro molesto.

- No te importa - sujeté su muñeca para evitar su tacto.

- Pobre Salomón, tienes que conformarte con hijos ajenos - apreté su muñeca -Yo puedo darte hijos propios, todos los que quieras - su otra mano descendió hacia mi bragueta y la aparté.

- Nunca tendría un hijo contigo Laura, y te advierto no te metas con mis hijos, no sé como mierdas estás en este pueblo y dando clases a niños.

Su labios rojos sonrieron.

- Nunca te dejé Salomón, siempre estuve detrás de tú pista, sólo que llegué tarde, el tiempo que me llevó convencer a León para que me consiguiera una plaza en este colegio- me aparté de ella, buscaba a pegar su cuerpo al mio- Todos estos días no me notastes cuando venias a dejar a esos mocosos, así que hoy te esperé- la miré a los ojos.

- No vuelvas a usar a mi hijo, me quejare ante la directora por maltrato infantil - se me acercó y me miró de pies a cabeza con lascivia.

-No puedes hacer nada en contra mía,  la otra profesora que me ayuda es testigo de cómo se portó ese niño- sujetó mi nuca y se puso de puntillas para besarme, la sujeté de ambas manos y la estaba apartando

-¿Papá?- miré a Sofia que me miraba con el ceño fruncido, sin delicadeza empuje a Laura.

- No te metas con mis hijos, soy capaz de cualquier cosa para defenderlos.

Ella se me acercó y susurró

- Me pregunto,  que pensaría tu mujercita si sabe que te metiste con la prometida de tu hermano y encima  no te bastó y también lo hicistes con su esposa porque qué yo sepa el hijo de Lena es tuyo.

- Eres una maldita...

-¡Papá! - cerré los ojos, había roto mi promesa de no hablar sucio delante de mis hijos, tenía que controlarme por ellos, saqué el aire retenido y me di la vuelta, tomé de la mano a Sofia quien no dejaba de ver a Laura.

Julio estaba afuera recostado en la pared con la cabeza agachada.

- Lamento haberme portado mal papá, estaba defendiendo a mi nuevo amigo - fruncí el ceño no sabia que estaba castigado por buscar pleito.

- No debes pelear hijo, hablaremos de eso en casa - el asintió.

Todo el camino a la casa lo hice en silencio, no podía ser que esto me estuviera volviendo a pasar, Laura en mi vida, faltaban pocos días para saber si Julieta había concebido de nuestra primera vez juntos, si no pasó esa vez, estaba seguro que él día de hoy mi semilla había sido plantada.

Bajé del auto y ayude a los niños, entre a la casa y Ana estaba en su silla viendo muñecos, levantó la cabezita y me sonrió, Laura no podía dañar lo que tanto me habia costado lograr , tenía a esos pequeñitos conmigo.

- Pa-pá -mordí mi labio, mi Ana, por primera vez me decía papá, me acerqué y la cargué.

Ellos eran un regalo y él pasado se presentaba de nuevo a mi vida, no podía creerlo.

-Salomón,¿pasa algo? - la miré, su cabello rojo suelto, su precioso rostro, no podía perderla, ya estaba cansado de perder.

Me acerqué y deposité un beso en sus labios.

- Todo está bien - le pasé a Ana -Debo irme a la ciudad Julieta - ella levantó el rostro preocupada.

- ¿Volverás? - me acerqué y tomé su rostro entre mis manos.

- Ven conmigo, debo arreglar unos asuntos, no quiero estar lejos de ti ni de los niños.

La vi sonreír,  sentí calidez en mi alma al darme cuenta que ella pensó que me iba sin ella y le afectó.

Quería huir pero mejor buscaría el consejo de la persona que más daño le hice, no quería perder a Julieta ni a mis hijos, Sébastien miraría las cosas más claras de lo que yo las estaba viendo, yo estaba sumido en el miedo de que al conocer la verdad, Julieta me dejaría y me apartaría de los niños, mi corazón tenía la esperanza que Julieta llevaba en sus entrañas lo que más he deseado y tampoco estaba dispuesto a renunciar a mi sueño.

- Si Salomón, iremos contigo- acaricié su rostro y la atraje hacia mi pecho.

Tenía que haber aparecido Laura para darme cuenta que me estaba enamorando de Julieta.

 




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