Hasta que te conocí [serie Arévalo #3]

Capítulo 22

Creo que en la vida hay muchos momentos que son especiales y únicos, el que estaba por vivir este día era uno de ellos, me observé por última vez en el espejo y me gustó lo que vi, mis ojos brillaban de felicidad y amor.

- Estás preciosa - miré a Greta a través del espejo y le sonreí.

- Gracias Greta - me gustaba mi vestido de novia, no era blanco, era de color marfil.

La puerta se abrió y entró una sonriente Lena.

- Si no sales ahora, Salomón morirá en el altar- todas reímos.

- Estoy lista, gracias por estar conmigo en este día especial - las dos me abrazaron y me sentí tan bien al saber que tenía unas grandes amigas.

- Vamos, los niños están listos.

Salí al pasillo y vi a un guapo Julio con su esmoquin y a una sonriente Sofia que conversaba con Marco,aunque él estaba dedicándole su atención a Alejandra y Sofia.

Bruno puso a Antonio en los brazos de su madre Clarissa y me extendió su brazo, aún habían diferencias con mis padres y se negaron a ir a mi boda pero no me sentía triste, tenía a mis amigos que eran más mi familia que la verdadera.

Lena y Greta que eran mis damas de honor se pusieron en posición,  igual que los niños, suspire y empezamos a caminar, cuando me pare en la puerta y lo vi en el altar con la sonrisa mas encantadora, me sentí dichosa porque ese era el hombre que amaba y hoy seria mi esposo.

Cada paso me acercaba mas a él y al principio de nuestra nueva vida.

Cuando Bruno me entrego a él, tomó mi mano fuerte y se inclinó para rozar mis labios.

-Te amo- susurró.

Toda la ceremonia, intercambiamos miradas cómplices, solo él y yo sabíamos cuanto nos había costado llegar hasta este momento.

- ¡Los declaro marido y mujer!, puede besar a la novia- esas palabras hicieron eco en mi corazón, levanté el rostro y me perdí en esa mirada llena de amor, sabia que él estaría conmigo hasta el ultimo momento, ya no existía la soledad para ambos.

Sentí sus besos llenos de promesa, los aplausos de la familia y nuestros amigos rompieron la magia de ese momento, toda la tarde la pasamos con nuestros amigos tomándonos fotos y no se pudo evitar las fotos de la prensa.

- ¿Ya tienes nombre para los bebes?- le sonreí a Greta, era increíble ya estaba de ocho meses de embarazo y aún no nos habíamos decidido por ningún nombre.

- Aún no-sentí los brazos de Salomón alrededor de mi cuerpo.

- Tenemos tiempo aún - Sébastien sonrió.

- No olvides que Marco se adelantó, nunca se sabe con los bebés y sospecho que tu hija muere por conocer al cavernicola de su padre que la encerrara en una torre de marfil - desde que Sébastien supo que tendríamos una hija, no dejaba de molestar a Salomón.

- Querido, ¿no les has dicho que volveremos a ser padres? - miré a Lena.

- ¿Es en serio? -ella asintió

- Hermanito, deseo de lo más profundo de mi corazón que Dios te bendiga con dos lindas niñas - Lena frunció el ceño y miró a Salomón.

- No digas eso Salomón, hay algo que no les he dicho, Don Víctor decidió investigar quiénes eran mis padres, él siempre a estado convencido que por alguna fuerza mayor me dejaron en el orfanatorio - todos nuestros ojos estuvimos atentos a sus palabras - El caso es que ahora sé quién es mi madre -suspiró - Se llama Andrea Clark - Sébastien puso su mano en su hombro - Tengo dos hermanas -todos asentimos - Y mi madre crío a mis dos hermanas y solo yo fui al orfanatorio, la razón la desconozco pero somos trillizas - Sébastien abrió los ojos como platos - Dado que ustedes son gemelos y yo soy trilliza tenemos una gran probabilidad que seamos padres de trillizos.

- Trillizas mi querida Lena - Salomón sonrió ante la cara de tormento de su gemelo - Eso se llama justicia divina hermano.

- ¿Las buscarás Lena? - ella negó.

- Cuando necesité a mi madre no estuvo para mi, ahora tengo mi propia  familia, no las necesito.

Mi esposo sonrió a Lena y a Sébastien, para dirigirse a mi.

- Vamonos - tomó mi mano y salimos de la casa.

- ¿A donde vamos?

Me besó en los labios.

- A ver las estrellas.

Caminamos hacia el jardín y pude notar una manta en el suelo, una cesta con bocadillos y leche.... no podía beber y él era solidario.

Me ayudó a sentarme en la manta, la noche era cálida y hasta donde nosotros llegaba la música que estaba en la casa.

Lleno las copas de leche y brindamos.

- Porque éste sea el inicio de una maravillosa vida junto a ti mi querida Julieta- sonreí.

- Te amo Salomón, no lo olvides nunca- bebimos de nuestras copas.

- Señor - levantamos el rostro y teníamos ante nosotros a la nueva niñera que me ayudaría con los niños - Lamento interrumpirlo pero su hermano me ha dicho que necesita hablar urgentemente con usted.

Salomón la miró y asintió.

- Vamos - se puso de pie y me ayudó a levantarme, miré lo agradable que estaba el jardín y decidí esperarlo ahí.

- Te espero aquí Salomón, no tardes - el dudo un momento pero asintió, lo vi alejarse con la niñera, me senté esta vez en la banca de cemento, mi vida había dado un maravilloso giro.

- Gracias Dios - levanté mi rostro al cielo.

- Vaya, la dulce esposa - giré mi rostro ante la voz que me sonó conocida, era la rubia del cementerio, sólo que esta vez su cabello era de color rojo...como el tono de mi cabello.

- ¿Cómo entrastes? - ahora si estaba segura que ante mi tenía a Laura.

 




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