Hasta Que Te Pueda Ver...

Capítulo 2

 

No quería aceptarlo, porque tenía que ser así, Alison no merecía aquel destino infame, entonces como podía hacer que se sintiera mejor,  podía perderla en ese mismo instante, ¿que tenía que hacer?, porque la vida tenía que ser tan Mala. No mala no era la palabra sino: !Hija de Puta! Era un futuro inclemente al que no le daban una pizca de misericordia, entonces claro que se iba a sentir mal. Ahora también necesitaba hacer que Alison se sintiera bien, ya que dependía su vida de ello, miro al techo toda la noche, pero el domingo llego rápido y las cosas no pudieron cambiar, estaba cansado y sus ojos se sentían pesados, en poco tiempo llegaría Coby y quedaría dormido.

Los últimos minutos que estuvo despierto pensó en cómo hacer feliz a Alison; concluyo en que la única manera, fuera bueno o malo, era cumplir sus sueños, aquella lista, más tarde llamaría a Karen para que facilitara su lista de deseos, si es que quería ayudar verdaderamente. Las emociones en Jess no dejaban de fluir, una mezcla entre desesperación y tristeza combinadas con frustración no querían salir de su cabeza, lo atormentaban como una os de la muerte que le perseguían perplejamente por un valle de caos y desolación.

Jess siguió mirando al techo como si buscara la solución a algo imposible, estaba perdido en las estrellas.

Donde podía ser feliz con Alison sin una enfermedad que lo atormentaba.

Las cortas palabras que su mente fue procesando se fueron desvaneciendo por culpa del sueño entonces al cabo de las tres de la mañana quedo dormido, pero estaba tenso, pensaba en reparar aquella situación que no podía ser mejorable.

 

Alison se había quedado dormida en el sofá, estaba cansada, y sus pulmones agotados por un día de tantas risas. Karen entro al dormitorio a ver como estaba, se acercó hasta ponerle encima un edredón para cobijarla, entonces también puso una mano en su frente, comprobaba si no tenía fiebre, pero la prueba salió negativa. Su niña yacía un poco sudada, mientras dormía, tenía una sonrisa hermosa que perfilaba el delicado rostro a la perfección. Miro horrorizada aquella expresión de soledad que la reprimía, su hija era una de las más bellas, entonces sintió lástima porque alguien tan grande estuviera reprimida por aquellas cosas tan horribles, como lo era la muerte. Deslizo los dedos por sus cabellos acariciándolos nuevamente. No quería que muriera, una madre nunca quiere que su hija muera, pero tampoco podía hacer algo… todo estaba fuera de su alcance, sintió el dolor en su alma, más tarde termino de contemplar la belleza de su hija, se levantó de un lado suyo y deposito un beso de buenas noches en la frente, poco después cerro las cortinas del dormitorio y apago la luz, rezo uno de los rosarios pidiéndole a Dios, como fiel creyente, un acto de misericordia, un milagro que la sacara de la tragedia, y luego se fue a la cama, esperando que Maikel llegara de Trabajar.

Alison se hizo la dormida: pudo ver como su madre sentía pena por ella, lloro en silencio para desahogarse.

La muerte estaba cerca, nadie podía detener aquella bomba de tiempo.

La hora le estaba llegando. Se terminaba el tiempo.

No podía hacer nada más que ver, como los demás se esforzaban constantemente por ella, mientras ella se quedaba dormida, pero de un sueño que no iba a despertar nunca, para bien de ella dejo de pensar en tonterías y entonces cerro los ojos y quedo dormida.

Ojala pudiera despertar mañana y ver a los ojos de Jess para volverlo a ver y hasta volverlo a besar.

¡Ojala!

La mañana siguiente Jess llamo a la casa de Alison, esperaba que el que respondiera fuera Karen, pero no, casualmente fue Maikel. Tomo una bocanada de aire, no sabía lidiar con ese tipo.

—¿Quién es?

Jess guardo silencio, esperaba que se hartara y que colgara el teléfono. Pero no sucedió así. Maikel se empeñó en conocer a quien  estaba llamando a su casa.

—Soy Jess, —Hablo fuerte y claro y luego continuo—por favor quiero hablar con Karen. —No sabía de donde saco aquellas valentías para hablarle al hombre, pero lo hizo y sin titubear.

En el otro lado del teléfono, pareció que Maikel estuviera mascullando algunas maldiciones, Jess escucho algunos pasos y unos ruidos por la bocina, estaba convencido que las cosas estarían bien, el aire volvió a recorrer su cuerpo luego de aquella presión infernal que estaba pasando por alto.

Hasta que la Voz de Karen se escuchó por el parlante.

—¡Si Jess! Dime que pasa…

—¡Eh! Creo que tenemos que hacer realidad un par de cosas que quiera Alison, puede ser que mejore así.

La comunicación era pesada, no se escuchaba muy bien las cosas que decía Jess, y viceversa.

—¿No entiendo lo que dices Jess?

—Karen hablo de la lista de sueños, la lista. De Alison.

Karen pudo distinguir solo  algunas palabras, pero eran más que suficientes, tampoco tenía que alargar tanto la conversa.

—Bien la llevare… —Karen colgó el Teléfono.

Jess quedo indeciso pero escucho que la Señora Karen estaba al tanto de lo que quería, Finalizando la llamada y aprovechando que Coby estaba durmiendo, salió de casa a dar una vuelta necesitaba dar algunas vueltas para despejar la mente y poner empeño en la máquina, ideas que pudieran servir de algo para la fabricación de aquel instrumento, necesitaba hacerlo, porque también estaba en juego la vida de Alison, carecía de tiempo, pero también tenían alguna ayuda, aunque fuera poca.



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En el texto hay: comedia, tragedia, romance

Editado: 06.09.2020

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