Capítulo 5. Dioses y Monstruos -Primera Parte

Canción: Sweater Weather de The Neighbourhood

Benjamín

El Cairo, Egipto.

Aveces, es un hecho irreversible saber que una persona no será tuya el resto de tu vida y como eso te hará sentir al respecto... es demasiado como para describirlo.

Me he escondido durante mucho tiempo. Muchas veces. Aveces me pregunto si eso me hace ver como un cobarde. No quiero enfrentar el hecho de que no quiero seguir de esta forma.

La brisa golpea mi cara y siento la luz de luna absorbiéndome. Estuve tanto tiempo tratando de entender las cosas que me olvide solo de hacerlas y ya.

Quizás, Tía, así no me hubiese dejado por otro hombre. O vampiro. O lo que sea su nuevo interés.

No es normal. Pero aveces hay posibilidades mínimas de que suceda ...de que tu mate, no sea tu mate después de todo. Es como si el vínculo inexistente que estaba, no está y al mirarla lo único que siento es odio. A pesar de que no soy así.

Y ahora, lo único que me pregunto es ¿que haré? ¿Me iría de aquí y la dejaría ser feliz?

-Benjamín -El sonido de unas puertas abriendose me saca de mis pensamientos. Amún esta de pie frente a mí.

-Quiero estar solo. -Mi voz se oye un poco quebrada pero trato de contenerme.

-Siento lo que paso -Amun imita mi posición y coloca sus manos en la baranda del balcón de mi habitación.

-Lo sé. Pero no hablaré sobre ello. -Le digo mientras acomodo mi bufanda.

-Eres mi hijo, Benjamín. Sabes que si quieres que ella se valla, se lo pediré por ti.

-Lo se mejor que nadie. Pero no. -Amun me mira con ojos espectantes. -Yo me iré. Necesito cambiar de ambiente. -Reflexionó en voz alta.

-¿Estás seguro? -pregunta.

-Así es, padre. -No sonrió. Amun me creo, el conoce como me siento. Necesito un cambio en mi vida.

-Bien. -Dice. -Hay alguien que vino a verte. -No se trata de Tia -Continúa, leyéndome la mente.

Entró a mi habitación, seguido por Amun y salgo hacia el pasillo que lleva a la planta baja. las antorchas están apagadas. Así que mientras voy pasando cada una se va encendiendo.

-No seas tan presumido -Recalca Amún. -Las iba a mandar a encender.

-Ya no es necesario -Sonrío.

En ese instante, veo como se abren las puertas.

-Benjamín -suena un sollozo y la veo. Renesmee Cullen, esta ahí, enfrente de mí, hermosa como siempre, pero tiene los ojos hinchados y se que ha estado llorando.

-Los dejare solos -Amun se retira.

Nessa se lanza a mis brazos. -Bennie. -Solloza.

-¿Qué está mal Nessa? -le correspondo el abrazo.

Se que es mi mejor amiga...

Se que es la novia de mi mejor amigo...

Pero no niego que me gusta la forma en cómo sonríe. En cómo me mira. Su forma de ver la vida. En como dice mi nombre y como se siente sencillamente estar con ella.

Si, yo se... es estúpido creer que alguien como ella, me ponga antes que a Jacob. O que a Alec. Se su historia, nos hemos estado escribiendo desde hace más de un año. Congeniamos muy bien, desde el primer momento que la ví. Pero hasta hace poco nunca la mire como más que una buena amiga.

Así que una parte de mí se siente sucia pensando de otra manera en ella.

-Quizás no vine en un buen momento -se seca las lágrimas escurridizas de su rostro, deshaciendo el abrazo -Pero, necesito ayuda...

-¿Qué sucede? -es lo único que debo decir para que ella sepa que le ayudaré.

***

Alexia

78 horas antes...

No digo nada pero se siente bien escucharlo de él...

Cuando dice que soy su chica.

Me hace sentir como si el me quisiera... aunque hasta yo sé que el solo tiene ojos para Renesmee...

Alec me sonríe como si estuviera orgulloso de mí cada vez que mato a alguien. Una parte de mí cree que es incorrecto lo que hacemos, pero la otra gana cuando recuerdo que le debo la vida y que quiero estar con él.

La luz de sol me molesta en los ojos. Me estiro en el asiento del audi, y recuerdo que Alec ha estado conduciendo desde hace unas horas. El mando a arreglar la ventana rota y a polarizar los vidrios cuando hicimos nuestra escala en Seattle. Así el sol no nos delata durante el día.

La noche anterior me contó un poco sobre él, sobre su hermana Jane... Y Los Vulturi. Su antiguo clan. Cuándo le pregunte sobre porque los había dejado, el no dijo nada más, lo que me hio entender que no compartiría sus razones conmigo.

-Buenos días -sonríe- ¿Cómo te sientes?

-Estoy bien - apenas digo antes de mirar por la ventana. -¿Dónde estamos?

-En algún punto llegando a San Francisco. -Dice mientras conduce y toma un sorbo de algo.

-¿Estás tomando? -pregunto incrédula quitandole el vaso -¿Qué es?

-Oye, dame eso -se queja mientras cambia de carril.

Huelo el vaso y detecto el olor a Vodka. Tomo un sorbo. -Lo siento, soy curiosa. -Le muestro todos los dientes.