Canción: Dance Without You de Skylar Grey
Renesmee
El Cairo, Egipto.
Tres...
Dos...
Uno...
Respiro antes de salir del Jeep. Benjamín me da una sonrisa tranquilizadora y tomó su brazo y empezamos a caminar hacia la entrada.
-Hey, tranquila, harás esto Nessa. -Me anima con su peculiar sonrisa y me hace sentir mejor.
-No se que haría sin ti Bennie. -Lo digo de corazón. -Gracias por apoyarme.
Me da un beso en la frente y cierro mis ojos mientras lo hace y al abrirlos trato de armarme de valor para lo que tengo que hacer ahora.
No me creo lo que veo. Estamos en el corazón de Egipto. El Nilo se ve hermoso y en él, las luces de la ciudad de El Cairo se reflejan combinándose con la luz de la luna nueva. Por lo que puedo ver, estamos en una especie de puerto, y del otro lado del río la ciudad se nuestra imponente, llena de edificios de distintas formas, pero lo más impresionante es a donde nos dirigimos, se trata de un edificio de dos niveles que parece flotar sobre el agua. Al acercarme, me doy cuenta de que no es un edificio, es un barco de dos niveles que ni siquiera lo parece ya que permanece estático y en las escaleras hay un montón de personas afuera esperando subir a él.
En la puerta de entrada al club hay dos guardias de seguridad y distingo que son vampiros. Al subir los peldaños, Benjamín me toma de la mano y pasamos al lado de todos los que esperaban entrar. Sin dejar de escuchar susurros como... ¨¿Ese no es el hijo del jefe de la ciudad?¨ ¨El príncipe tiene nueva novia...¨¨¿Dónde dejo a Tía?¨
Amun es el jefe de la ciudad, eso creo que lo entiendo pero lo que sigo sin entender como a los humanos que viven aquí no les molesta la presencia y el dominio de los vampiros. Pero hasta ahora creo que Amun ha logrado evitar enfrentamientos. Y suena extraño para mí, pero estas personas, tratan a Benjamín como si fuera su príncipe.
Dejo de escuchar los susurros de las chicas vampiresas que me miran con desprecio y los hombres vampiros que me miran como si estuvieran escaneando mi cuerpo debajo de mi vestido, sigo caminando hacia la entrada, al llegar a donde estan los dos gorilas, ellos enseguida reconocen a Benjamín, y le hacen una reverencia.
-Mi señor -dicen al unisono.
A él lo dejan pasar a través de las puertas enseguida. Pero yo casi me tropiezo, voy más atrás, los gorilas me impiden el paso y me ponen mala cara.
-Tienes que ir a la fila, chica. -Me dice uno de ellos. Ambos son igual de altos pero a leguas distingo que son neófitos, al igual que varios de los que están en la fila.
-Está conmigo -Benjamín me toma de la mano y los mira con molestia.
-Disculpe señor -se disculpa el chico que no había hablado. -Por favor no le comente este malentendido a su padre. No volverá a pasar.
Benjamín no dice nada y solo me hace señas para que le siga. Y así lo hago. El me toma de la mano cuando estoy a su nivel. Dentro, el ambiente es aun más impresionante.
Las luces de neón iluminan todo el lugar, la gran pista se extiende en el centro frente a una pequeña tarima dónde el dj está tocando música electrónica, a pesar de la oscuridad, se logra distinguir las personas bailando en la pista. Las paredes están cubiertas de terciopelo rojo. Al mirar arriba, el techo de cristal refleja el cielo nocturno. Decido de inmediato que eso es lo que más me gusta de este lugar. Hay un segundo piso, que desde aquí parecen como pequeñas plateas conectadas, donde ya hay varios vampiros y humanos hablando entre ellos.
Sigo a Benjamín, que nos dirige a través de la gente y me lleva a lo que parece una zona exclusiva, pasamos la pista y la enorme barra con tragos en formas y colores que nunca había visto. Mi nariz está aturdida con demasiados olores pero distingo la sangre en el aire a pesar de la brisa fría que se cuela por las ventanas en formas de arcos del segundo nivel. Las columnas negras dividen la fiesta de la tranquilidad y caminamos a través de las zona de las mesas dónde veo varios chicos que nos miran desde lejos. Cada vez que ven con quien estoy, hacen un pequeño asentamiento. Debe de ser una costumbre de ellos...
-¿Vienes mucho aquí? -pregunto a Benjamín, ya que el ruido ha disminuido, y hay menos gente.
El chico de piel oliva se sienta en un sofá de terciopelo negro. Me hace señas para que le acompañe. -Solía venir mucho. Traía a Tía. Pero ya no. -Dice mientras me acomodo a su lado en una esquina. -¿Lo viste? -Se que se refiere a Alec, pero no le he visto aún.
No puedo estar más nerviosa.
-No -Le digo.
-¿Quieres un trago? Hablaré con Francis ahora. Si quieres espérame aquí.
-Un trago estaría bien -le digo. No soy fanática del alcohol, pero necesito uno ahora.
El asiente. -Te mandare algo especial, espérame aquí, vuelvo pronto -sonríe mientras se para y se va dejándome sola.
No estoy segura pero en una mesa más allá en los sofás hay un chico que tiene una chica entre sus piernas. Se están besando. Mientras hay otros dos ahí mismo que no pueden separar sus manos del otro. No creo que sean humanos. Y del lado contrario, me parece que hay varias chicas. Una de ellas no deja de mirarme como si pudiera leer lo que pienso. Brujas.
Me revuelvo incomoda en mi asiento mientras espero que llegue el trago. La oscuridad ayuda, pero aun se puede diferenciar que rostros están cerca. El dj retoma su descanso, y vuelvo a escuchar otra canción. Trato de localizar a Alec entre la gente, puedo sentirle cerca, se que esta aquí, no me explico como pero solo lo siento.
Solo espero poder verle hoy.
Benjamín
Dejo a Renesmee a solas un momento, salgo de la zona vip, y atravieso la pista llena de gente bailando a más no poder. Me acerco a la barra y me siento unos momentos.
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Editado: 25.05.2025