Canción: The Neighbourhood - You Get Me So High
Renesmee
La habitación de Alec en el Hotel Plaza es absurdamente gigante. Tiene una habitación con una cama grande, una pequeña sala, baño, terraza. Considerando que este es uno de los edificios más altos del Cairo. La vista es estupenda. Todo está decorado de blanco, colores grisáceos y diversos todos de plateado.
Estoy sentada en un sofá negro en la habitación mientras Alec está en el baño. Aunque la televisión no está encendida, no le hago caso así que tomo el mando y la apago.
De repente escucho como la ranura de la puerta se abre revelando a Alec. Lo miro de los pies a la cabeza. Esta usando unas bermudas solamente. Y reconozco que es la primera vez que veo más que sus brazos. Pero lo que más me mata es ver su pecho, ni siquiera sabía que se estaba ejercitando. Tiene ciertos músculos en algunas zonas, y admito que se ve muy bien. Condenamente bien.
Y el sabe que le miró porque tiene esa sonrisa pretenciosa, en su rostro caen algunas gotas que provienen de su cabello recién mojado. No puedo evitar pensar en lo atractivo que se ve y lo mucho que me gusta.
-¿Quieres ducharte? -pregunta con una sonrisa. Mientras se seca la cara con una toalla.
-No tengo ropa aquí, Al. - Le digo. -Mis cosas siguen en la casa de Benjamín. -Estoy segura que debe de estar preocupado, porque ni le llame.
-No importa, puedes ponerte alguno de mis t-shirts si quieres -me ofrece.
-Oh, bueno en ese caso, gracias.
-Déjame buscarte uno. -Va hacia el closet y saca uno gris y me lo ofrece. -En el baño hay unas toallas.
-Gracias -Digo.
Me dirigo al baño, que resulta ser enorme y tiene una bañera y una ducha. Me empiezo a desvestir, aún sabiendo que la puerta no está bien cerrada y que hay una pequeña ranura. Y aunque estoy de espaldas, siento un par de ojos en mí. No necesito leerle la mente para saber que Alec no hará ningún movimiento. Es un caballero.
No puedo decir que me disgusta, pero trato de ignorar los pensamientos impuros y me limito a entrar en la ducha, y cierro la puerta de cristal para encender el agua caliente. Me baño y me mojo el cabello mientras mantengo mis ojos cerrados y dejo que el agua corra. Me toma unos minutos de la misma forma hasta que salgo, tomó la toalla para secarme y me vuelvo a poner mi ropa interior y encima la playera gris de Alec. Me queda algo grande porque llega casi hasta mis rodillas.
Salgo del baño y encuentro las luces apagadas. Alec ha encendido una pequeña lámpara que está en la mesa de noche. Coloco mi vestido y mis cosas en el sillón negro. Y me acuesto en la cama. El colchón se hunde un poco cuando me acomodo a su lado. El apaga la lámpara. Estoy a sus espaldas y puedo sentir su calor consumiéndome por completo.
Quiero que se acerque. Pero me siento tímida. No he dormido con otro hombre antes. Y... no se como pedírselo.
-¿Te molesta si me acerco? -pregunta dubitativo casi en un susurro.
-Está bien -le digo.
El lo hace, se acomoda de forma que mi espalda siente sus músculos y su pecho, término enrredando mis piernas con las suyas. Y el pasa un brazo por mi cadera y me pega aún mas a él. Siento su respiración en mi nuca y sobre todo su erección.
Me pongo muy caliente. Pero soy una cobarde porque no digo nada al respecto. Solo se que lo estoy torturando porque el ahoga un gimoteo en mi clavícula.
-Alec ...
-¿Sí?
-¿Te irás de nuevo? -Tengo una curiosidad horrible. Realmente necesito saber.
-¿Vendrías conmigo? -Me pregunta acariciando mis cabellos.
-Quédate. -le digo. Realmente no quiero que se vaya de nuevo, pero siento un mal presentimiento.
Voy cerrando mis ojos poco a poco. Me siento muy cansada. Y no he bebido sangre. Antes de perder la conciencia siento unos labios en mi mejilla. -Buenas noches pequeña. -Escucho en un susurro hasta que todo se vuelve negro.
...
Al abrir los ojos veo un techo blanco, y las aspas de un abanico girando. Por un momento no recuerdo dónde estoy, me volteo de lado y atrapo a Alec mirándome.
-Buenos días -le sonrió.
-Buenos días Renesmee. -Dice condesendiente. Me acerco para darle un beso en los labios. Se siente demasiado bien.
El sonríe.
-Estás muy feliz está mañana. -Digo.
-Amanecí con la chica más bonita del mundo. -Dice en respuesta.
Awww.
Le corresponde con un beso rápido. -¿Que quieres hacer hoy? -me pregunta.
Estiró la colcha y me cubro más con ella -¿Podemos quedarnos aquí? -pregunto con un puchero.
El se ríe. -Solo por un rato. ¿Tienes hambre?
Asiento. -La verdad es que mi estómago está gruñendo desde hace un rato.
-Creo que tengo la solución. -Se escucha un golpe en la puerta y Alec, aún en bermudas y con el torso descubierto se para de la cama. -Dame un segundo. -Dice mientras sale de la habitación y se dirige hacia la sala y escucho el sonido de la puerta abriéndose y unas voces , y luego la puerta cerrándose y unos pasos.
Alec regresa con una bandeja con waffles, jugo de naranja y un pequeño tubo de sangre. Se sienta a mi lado en la cama y me extiende la bandeja.
Le miró sorprendida. -¿Eso es sangre de...? -Le miró atonita. -¿Dónde conseguiste eso?
-Es sangre animal, tranquila. Aunque no me gusta, se que es tu dieta. Respetaré eso. -Me dice tranquilo.
-Pero ¿y tú? ¿Sigues matando personas? -Por un momento siento miedo de su respuesta.
-No he tomado de la vena, si eso es lo que te preocupa. -Dice mientras le echa syrop a los waffles. -Alguien me trajo unas fundas de sangre del hospital.
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Editado: 25.05.2025