Canción: Lay Down - Caravan Palace
Nantes, Francia.
Alexia.
-Señorita Adams, estamos llegando. -el chofer me dice en perfecto español, mientras me retoco el maquillaje. Miro mi rostro en el pequeño compacto, y paso por mis labios mi labial rojo.
Cierro el compacto de golpe, y el carro se estaciona a las afueras del hotel. Salgo del vehículo y me abrocho la gabardina con una mano. El chófer saca mis maletas del maletero, las lleva hasta el lobby y se las pasa a un boton mientras guardo el compacto y el labial en mi bolso de mano.
Mis tacones resuenan en toda la estancia, y el chico de la recepción del hotel me mira estupefacto. Captó la atención de otros chicos que están ahí parados, en una esquina, mirándome embobados.
Tengo que aceptar que mi autoestima se eleva cuando soy conciente de que tanto poder puedo tener en la mente de un hombre. Miro a los ojos al chico que tengo frente a mí, no debe tener mas de 25 años.
-Buenos días -Saluda. Su voz se quiebra por un momento. Pero se recompone. -¿Cómo le puedo ayudar?
-Soy Emily Adams -miento descaradamente mientras sonrió- tengo una reservación. -Digo a secas.
-Bienvenida, señorita Adams. -dice en respuesta. -¿Podría permitirme su documentación?
No saludo. Me limito a pasarle mi visa y mi pasaporte con mi identidad falsa.
Segundos después el chico revisa en su computadora y hace un asentamiento. -Perdone por hacerle esperar. Todo está en orden.
-Excelente. -digo. Me pasa las llaves de mi habitación.
-Es la 507. En el quinto piso. Justo como la pidío.
-Bien. -Me iba a dirigir hacia el elevador. Pero me recuerdo de algo crucial. El chico traga saliva cuando me mira regresar hacia el. -Una ultima cosa... -miro su placa y leo su nombre. -Francesco. ¿El señor Adam Howard se aloja aquí? -Se perfectamente que Alec sigue usando su identidad falsa. El no quiere que lo vinculen a los Vulturi. Una jugada inteligente.
-No puedo dar información sobre los huespedes. Es confidencial. Disculpe... -Casi titubea pero no me mira a los ojos.
Tomó una dosis de confianza y hago una jugada atrevida. Tomó su barbilla y hago que el chico me mire. El se estremece. -Creo que no me escuchaste bien. ¿Adam Howard, te suena, si o no? Necesito saber eso. Asentirás si me entiendes.
El asiente. Lo suelto.
Revisa su computadora y luego carraspea.-Si... si... en las ultimas horas se hospedo alguien, una persona con ese nombre.
-¿Numero de habitación? -insisti.
Mira hacia todos lados, sabiendo que si lo escuchan lo van a despedir. -Por favor, no quiero meterme en problemas....
-¿Numero de habitación? -volví a preguntar.
-509. En su mismo piso. -Responde por lo bajo.
-Eres muy servicial cuando quieres. Por favor, que lleven mis maletas a mi habitación. -Le digo antes de girarme y seguir por mi camino.
No voy a mi habitación. Me paro directamente en el cuarto de Alec. La puerta es igual a todas las demás del pasillo. La única diferencia es el numero, 509. A dos puertas está la mía.
Giro la manilla y descubro que esta abierta. Vaya sorpresa. Entró a la habitación y lo primero que noto es que las cortinas están corridas. Supongo que detrás de estas, esta la terraza. Hay una sala de buen tamaño, con un enorme candelabro. No me extraña que haya ropa de mujer en el suelo.
Una falda, dos pares de botas, un vestido, tangas. No se cuantas cosas más. Todo está ubicado en diferentes sitios.En la mesa de los muebles hay una botella de bourbon y una copa que al parecer fue usada más de una vez. Paso por la pequeña cocina, y llegó hasta la habitación. La cama doble está vuelta un desastre. Hay una lámpara rota y manchas de sangre en la alfombra.
-Uy. -se me escapa un sonido parecido a un gruñido, mientras observo todo.
Trato de no pisar los vidrios y camino hasta el baño. La puerta está cerrada pero claramente escucho, susurros, gemidos y llanto. Una mezcla rara de sonidos, sin duda.
Solo abro la puerta. El baño es mas grande que la propia habitación, además de ducha con pared de cristal, y una enorme tina. Hay un jacuzzi, un enorme jacuzzi. Cabe destacar que está lleno de espuma.
Alec no me ha notado. Parece estar sumergido en su mundo. Estoy segura de que esta desnudo. Tiene la cabeza hacia atrás, parte de su pecho bien formado se ve desde aquí. Tiene los ojos cerrados. Esta fumando. Suelta caladas de humo silenciosamente hacia arriba y este se escapa por la ventana entreabierta.
Costumbre es ver dos mujeres muertas en el piso. Semi desnudas. Hemorragia. Claro. Las mordidas en el cuello y las piernas de las víctimas denotan eso.
Los azulejos blancos de las paredes, están llenos de sangre, parece como si una de ellas intento forcejear para escapar y fue intento fallido. No lo note en un principio pero hay otras dos chicas con el. Estaban sumergidas debajo del agua. Acaban de salir a lote entre tanta espuma. Por el gruñido que se escapo de la boca de Al, se perfectamente lo que le estaban haciendo.
Ellas suben dandole pequeños besos en su pecho mojado, pareciera que estan a ciegas. Como si el las hubiera sometido quitandoles los sentidos. Tipico de Alec. Ambas tienen varias mordidas en el cuello, estan debiles, tienen los labios hinchados. Desde aqui siento una mezcla entre su miedo y el placer que les provoca.
El apaga el cigarrillo en el cenizero. Luego me mira con esa sonrisa endemoniada y sensual que solo el tiene. -Hola, compañera. ¿Me extrañaste?
-Fácil seria responder si no me hubieras dejado sola en Egipto. Considerando que fuiste tu el que me arrastró hacia allá. -Dijo agriamente.
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Editado: 25.05.2025