Canción: 7 rings - Ariana Grande
Alexia
Tenía todo lo que una chica podía desear...
Pero quería más. Lo quería todo.
Como humana, siempre fui egoísta, aún si mi intención no era esa.
¿Quería algo? Lo tenía.
¿Quería salir con alguien? Caía a mis pies.
Mis padres nunca me pusieron peros a la hora de pedirles algo, aunque ni siquiera lo necesitara. Estaba entre las mejores. Las mejores notas, la que daba las mejores fiestas, la chica de la que todas querían ser amiga. La chica que los chicos se morían por tener su número.
Vivía en California. En una hermosa casa grande. Con un perro. Mi propio cuarto. Siempre fui la hija única.
Y todo eso estaba bien. Mi madre salió de ese pueblo que la vio crecer. Estudió Artes, y consiguió su propia galería. Mi madre fue la mejor amiga de Bella Cullen, aun cuando era una inocente chica humana. Se caso con mi padre, un importante empresario de negocios y se mudaron a California, donde crecí y pasé la mayor parte de mi vida.
Todo siempre hasta un punto ¿No?...
Hasta que hay un final y un nuevo principio. Recuerdo bien el día en que mis padres cruzaron la línea. Y todo empezó a caerse...
Me desperté de la cama, e hice todo lo que hago en un día normal...
...
Mi cuarto pintado con las paredes de rosa claro, y las aspas del abanico de techo me dan la bienvenida al abrir los ojos. Me paro de la cama y me miro al espejo para analizarme rápidamente. Me gusta ver mis imperfecciones y rápidamente encontrar como corregirlas. Aunque en parte el proceso me deprima y solo consiga disfrazar todo eso bajo la máscara de una chica perfecta. De camino a mi baño tomo mi celular de la mesita de noche para ver las redes sociales.
Alguien me etiquetó en una foto en facebook. Demasiadas notificaciones, y en instagram tenía apenas 150 me gusta en la foto que postee anoche en la casa de Shirley, una de mis mejores amigas. Lo dejo de lado, y me arreglo. Me pongo una falda que llega un poco más abajo de mi muslo. Una blusa de diseñador combinada con mis botas favoritas. Para terminar, tomo mi chaqueta porque ya no estamos en verano. Me maquillo y riso un poco mi pelo. No me toma mucho tiempo tomar mi bolso y en minutos me encuentro en mi escuela.
La Preparatoria rural de Los Ángeles, es un sitio peculiar. Pero como todas las demás escuelas, tiene sus divisiones; los nerdos, los de la banda, los chicos emo, los gays, los pandilleros, las animadoras, los jugadores de futbol, los de basket, los del cuadro académico, periódico escolar, y claro los populares, en este último, me incluyo, junto con Shirley, Liz y Emily.
Como toda una chica cliché, soy la presidenta del Estudiantado escolar y además la capitana de las animadoras de penúltimo año. Y claro sin olvidar la novia el chico más guapo de toda la escuela, Ryan Marshall, capitán del equipo de fútbol. Nos llevó al campeonato dos veces. Así que por aquí es toda una estrella.
Mis amigas y yo, por ley o por costumbre, nos reunimos en el estacionamiento antes de las clases. No me extrañan las miradas de los chicos cuando me ven pasar. Ya estoy acostumbrada... y eso me gusta.
-Hey perras -Emily se acerca a nosotras a paso apresurado y lleva esa cara que suele poner cuando en los pasillos hay un chisme jugoso.
-Escupe la sopa -Shirley se adelanta. Mientras Liz revisa algo en su celular.
-Que dicen tus "preciadas fuentes" ahora. -Me burlo.
Emily siempre está al tanto de todo. Suele alabar a sus fuentes a cada segundo. Pero nunca revela quién le pasa la información. Una cosa es segura... si Em lo sabe, la escuela se enterará en los siguientes segundos.
-Hum, esto no te va a gustar chica... -Me responde a forma de saludo.
- ¿Tiene que ver conmigo? -le cuestiono.
-Digamos. -Dice ella encogiéndose de hombros, tratando de hacerse la misteriosa.
-Escupe ya. -Shirley le presiona.
-Vieron a Ryan con la capitana de porristas de la escuela de Santa Fe.
-Megan -respondo fría. Trato de no cambiar mi tono de voz. Quiero gritar, pero no voy a ser obvia. - ¿Tuvieron sexo?
-Si. Y adivina que... hay pruebas. -Dice regocijándose en mi mierda. Hipócrita como todos. Supongo que yo también debo incluirme.
Por primera vez, Liz levanta los ojos de su teléfono - ¿Qué?
Emily saca su teléfono móvil y Shirley se lo arrebata. -Deja ver eso -dura unos segundos en silencio y después abre la boca y vuelve a cerrarla. -Mierda. Esto es malo, Al.
Me pasa el teléfono y Liz se coloca a mi lado. -Esto está mal chica.
-Megan necesita que alguien la ponga en su sitio. -Shirley parece más molesta que yo.
Las fotos hablan por sí solas. Ambos, desnudos, una cama. No hay más que decir.
-Emily, no puedes sacar esto a la luz. -Respondo.
-Lo siento Alex. Pero ya está. Y créeme no fui yo. Creo que la misma Megan se encargó de regar la evidencia.
-Maldita... -no termino la frase. Estoy apretando los dedos tan fuerte alrededor del teléfono que cuando me doy cuenta el vidrio está a punto de quebrarse. Se lo devuelvo. -Bien, no hay problema. Esa perra sabrá a quien se enfrenta.
Ese día la escuela transcurrió normal. A excepción de que lo único que se hablaba en los pasillos era de como a la reina de las populares le habían puesto los cuernos. Los ignoré a todos. Pensé en un plan. Ryan no se apareció ese día, pero haría que me viera hoy. Sabía que me estaba evitando. No respondió ninguno de mis mensajes. Lo único que Ryan Marshall no puede resistirse es a una fiesta.
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Editado: 25.05.2025