Canción: VERSA: Illusión
Benjamín
-No puedo creer que tu padre haya sido capaz de ponerles las manos a ambas. La verdad es que es un imbécil.
-Lo es -Alexia mira a la nada en la oscuridad de la noche.
-¿Has sabido algo más de él? -Le pregunto.
-No, y no quiero, la verdad es que ya no importa. -Toma el vaso de tequila y le da un sorbo.
Ambos estamos sentados en el piso del balcón de su habitación de hotel.
-Lo que no entiendo -Tomo otra calada del cigarrillo y lo dejo fluir. -es como...
-¿Que no entiendes? -Me mira.
-¿Qué hacías en un callejón en Port Ángeles cuando Alec te encontró?
-Pues...¿Recuerdas a ese chico, Ian?
-¿Tiene que ver?
-Si, puede que sí.
-Tenemos tiempo -apago el cigarro en el cenicero. Al ver que no hablaba, insistí. -Vamos, cuéntame.
-Es algo que preferiría olvidar. -Contesta casi susurrando.
No quería forzarla, pero creo que podría entenderla si tan solo se abriera conmigo. Pareciera que me lee la mente porque me mira y me dice "Está bien". Mientras se coloca en posición india.
*
Alexia
Después de lo de Ryan, Ian parecía la calma después de la tormenta. Pero estuve muy equivocada. La verdad es que si hubiera sabido que pasaría, probablemente me hubiera alejado. Pero la vida es así, aveces nadie te advierte y cuando quieres darte cuenta terminas equivocándote de la manera más estúpida, chocando con la pared, aún si la pared ya la habías visto antes.
Días después de que mi padre me golpeara, trataba todo lo posible de no estar en casa, me angustiaba escuchar las discusiones y luego los golpes. Temblaba y lloraba al saber que mi madre estaba sufriendo, y no podía hacer nada para impedirlo. Ante los demás, éramos la familia perfecta pero estábamos rotos, cada uno a nuestra manera. Escuchaba a mi mamá llorar cada mañana antes de irme a la escuela. No fue la primera ni la última vez que la defendí ante mi padre. Pero igual cada vez que me golpeaba, tenía que maquillarme bien y simular que no había pasado nada. O si era muy feo, faltar a clase.
Fue en los días en los que pase de ser la reina del baile a una marginada social. Me aislé de todos. Mis notas bajaron. La esperanza de que las cosas cambiaran también.
Resultó que Shirley se metió con Ryan y termino sustituyéndome como capitana de animadoras tan solo un mes después de mi caída. Al final era cuestión de tiempo para que sacara las garras.
Pero la razón principal por la cual todos empezaron a juzgarme fue porque empezar a pasar tiempo con Ian. Y Ian en este lugar, se conocía como el clásico chico malo, mujeriego, y con la peor de las reputaciones. Vamos, un matón, en todo sentido.
Mientras en casa, mi padre subsistía por ciclos. Como si hubiera una especie de patrón... Mis padres están bien, sucede algo, pelean, el le pega y al otro día vuelve pidiendo perdón y mi madre le acepta una y otra vez.
Estaba harta.
Pero todo cambió. Mi madre luego de un año por fin dejo a mi padre y volvimos a Forks. Conocí a Renesmme. Y poco a poco volví a ser como era.
Recuerdo la noche en que Ian y yo nos encontramos de nuevo.
Aún salía con mi ex-novio Max, el cual por cierto, Renesmee no toleraba mucho. Ella tenía pocas semanas de haber vuelto de Londres, el día de la renovación de votos de sus padres, luego de la ceremonia me encontré con Ian, luego de ir a mi restaurant favorito a buscar comida para llevar.
La campanilla sono una vez que abrí la puerta. No habían muchas personas; un señor estaba leyendo el periódico mientras bebía café en la mesa más cercana, dos señoras hablaban y reían entre ellas mientras cenaban, otro señor estaba llamando por teléfono en un reservado del fondo y por último un chico joven estaba de espaldas hacía mi sentado en la barra.
Camine hasta está última, y me senté próximo al chico, observe su perfil de reojo y algo dentro de mi gritaba que le reconocía de alguna parte, pero no estaba segura, así que no le hago caso.
-Alex, que deseas pedir? -Ágatha me hace el saludo habitual y luego de hablar un rato me pregunta que quiero, ordeno una quesadilla con papas y una malteada para llevar. Estoy cansada pero no puedo acostarme sin cenar. Ella se retira, para preparar mi pedido y aprovecho para mandarle un mensaje a Renesmee, la pobre debe de estar destrozada después de enterarse de lo de Jacob y la bruja de Elizabeth. Le escribo un texto preguntándole si desea que le lleve algo de comer. Por si acaso le pido una malteada de chocolate.
-Es para tu novio? - me pregunta una voz, en la barra solo estamos el chico misterioso y yo. -No me gustaría saber que tengo competencia Al.
Solo hay una persona que podría decirme eso, nuestros ojos se cruzan. El mismísimo Ian me da una media sonrisa.
-Tu? Qué haces aquí? -le pregunto
-Lo mismo digo princesa, después de reinar en Los Ángeles, me extraña que estés aquí... -le da un sorbo a su trago pero no logró distinguir lo que es.
-Me fui de California porque mis padres se separaron. Cuál es tu excusa?
-Me fui de casa. Me estoy quedando con un amigo. -Sus ojos por alguna razón brillan, no sé si creerle completamente porque siento que no me está diciendo todo, aunque yo tampoco le he dicho mucho. Quizás sea mejor así.
-Hum
-Al final no respondiste mi pregunta.
-No la recuerdo...
-Estoy seguro de que sí -Trato de esquivarle la mirada por la intensidad con la que me mira, pero resulta casi imposible.
Y sin esperar una palabra más, confieso. -Es para una amiga.
El sonríe y le da el último sorbo a su bebida, deja el vaso de cristal vacío sobre la mesa. Saca algo de su bolsillo que no logró ver, ya que me está dando la espalda, así que miro a otra parte.
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Editado: 25.05.2025