Hasta que tu corazón deje de extrañarme Hqtc #2

Capítulo 34. Amanecer en Roma

Canción: Circadian Rhythm (Last Dance) de Silversun Pickups

Roma, Italia

Renesmee

Me recojo el cabello una vez más y suspiro ante el espejo. Me siento exhausta. Me maquillo para disimular las ojeras y la tristeza que siento.

Hay una parte de mí que insiste en que esto está mal, que Alec y yo merecemos estar juntos. Pero la otra parte siente que es lo correcto. ¿Y si no estoy enamorada de él? ¿Me enamoré de la idea de estar con él? ¿Solo fue un despecho? ¿Mi mitad es Jacob?

No quiero seguir dándole vueltas. La pulsera pica contra mi piel. Sigo pensando en ello como una desquiciada. Debería estar en casa. Ni siquiera sé porque sigo en Italia.

Para. -Me reprendo mentalmente. Respiro profundo y trato de calmarme. Amaría tener cerca ahora mismo a tío Jasper, sin duda tendría mis emociones controladas con solo chasquear sus dedos. Pero no está. Así que tengo que enfrentar esto sola.

-Renesmee, ¿estas lista? -Alexia entra sin avisar para variar. Y cuando ve mi cara su expresión alegre desaparece.

-Oh, chica. No puedo verte así. -Se lamenta ella. - ¿Que te molesta? -Se sienta en la cama de la habitación y me volteo hacia ella.

- ¿Aparte de que sepas leerme como un espejo?

-Eso también. -Se ríe.

-Todo me molesta. -Confieso. -Han pasado dos semanas. Y me siento igual. Sigo pensando que dejarlo ir sin darme una explicación o decirme sus verdaderos motivos fue un error. Ha desaparecido de nuevo.

-Lo sé. Pero vamos, quizá él tiene razón. No es bilateral. Tu no lo quieres como él te quiere a ti. Incluso me lo has admitido. -Se que no lo dice como un reclamo, pero no evita que me duele escucharlo. -Jacob cometió un error ¿y qué? Lo has amado desde que lo conociste. Y el sentimiento está ahí. Tienes que darte cuenta.

Suspiro. -Quizá tienen razón. Quizá solo fue un capricho. Pero... ¿por qué me duele tanto?

-Porque estas triste. Porque es tu amigo, porque te importa y porque eres un alma buena que no le gusta dañar a nadie. Pero Alec es inmortal y si hay alguien destinado para él lo va a encontrar.

-Si es posible. -Es lo único que digo. Aún me resulta un poco confuso saber de qué lado esta Alexia ahora, pero al parecer es del lado de Jacob.

-Siento interrumpir, pero es tu hermana de nuevo, Alexia. Se me ha escapado. -Menciona Benjamín desde el umbral de la puerta.

-Joder. ¿No habrá un día que esa loca no me cause un dolor de cabeza? Tendré que ir búscala. ¿Vienes? -me pregunta.

Asiento. -Denme un minuto e iré con ustedes.

Tomo mi bolsa y me la coloco, para luego cerrar la habitación y reunirme con Alex y Benjamín en el recibidor del hotel. Benjamín se ha ofrecido a pagar esta vez, a pesar de que me resistí. Tengo unos ahorros guardados desde que vine de Londres que no había usado. Y Alex, pues... no sé cómo lo hace.

Por ahora, no tengo ni la más mínima idea de donde se encuentre Daniela, pero lo único que sé es que solo atrae problemas. El sol acaba de ocultarse y oscurece rápidamente. Hay un poco de frío en el aire. Nos movemos hasta el parque más cercano, aun sin resultados.

-No tenemos un plan Alexia, ¿dónde crees que pueda estar? -pregunto yo.

-La última vez, la encontramos en un club de mala muerte. -Comenta Benjamín. - ¿Quizá fue a otro?

-No lo creo, Daniela nunca ha venido a Roma. No tiene contacto con otros vampiros aquí. -Alex amarra su cabello en una coleta. Y por un momento parece distraída. -No sé, no tengo idea de donde buscar. -Dice esta vez un poco más desanimada.

-Ella va a aparecer. -Le alienta Ben. -Oigan, hagamos algo. Vamos por un trago. Hay un sitio al que van los vampiros aquí. Quizá la encontremos ahí.

-Siempre sabes de los sitios de moda... -Comenta Alexia.

-Algo como eso. -Responde el con una sonrisa.

...

Midnight es un club clandestino en las ruinas de una iglesia abandonada, llamada Bonaventura. Y al parecer un sitio popular para criaturas sobrenaturales en Roma. El lugar esta infestado de vampiros, brujas y para mi sorpresa, hombres lobo.

-No me digas que esto es de Elijah. No lo quiero ver. -Me quejo. Volteo a ver a mis amigos. Ambos se encuentran a unos pasos de mí, agarrados de la mano e intercambiando miradas coquetas que sinceramente ponen a cualquiera incómodo y por ende siento que he interrumpido algo. - ¿Saben qué? Siento que estoy sobrando, debería volver al hotel...

Alexia suelta la mano de Benjamín. -No, Renesmee. Vamos a buscar a Daniela, y vamos a bebernos este trago. Lo necesitas.

-Vamos, Ren. Es como dice Lexi, necesitas distraerte. -Me anima Benjamín, se acerca a mí, y coloca su brazo sobre mi hombro.

-Chicos... Hemos estado atascados en Roma durante las últimas dos semanas. Debería estar en casa. -Me duele. No estoy bien, pero no puedo evitar pensar en otra cosa.

-Esta noche, solo déjate llevar ¿sí? -Alexia con ese tono casi es capaz de convencer a cualquiera.

-Además de buenas fuentes que Elijah no está en Italia. No hay de qué preocuparse. -Comenta el egipcio.

-Bien -me rindo. -Vamos a hacer esto.

Luego de unos minutos ya estamos acomodados en la barra. El lugar para variar es enorme. Aunque se ha conservado la estructura casi por completo. Hay algunas paredes en la parte trasera que permanecen en ruinas, y completamente al aire libre, son usadas como terrazas. Pero a pesar de todo, el lugar tiene el sello Smith por todos lados. Las luces de neón, las máquinas de humo, y los pequeños balcones del segundo piso, me recuerdan al barco de Francis, en El Cairo. Lo destacado son los ventanales con cristales enormes y las pinturas de ángeles en el alto techo, sin duda te dan el indicio que esto se usó como iglesia alguna vez.

- ¿Todos los clubes del mundo son de la familia Smith? -pregunta Alexia.

-Elijah y su hermano están podridos en dinero. Y sí, ellos son dueños de casi todos los clubes de vampiros en el mundo. La gran mayoría. Digamos que desde que comenzaron el negocio, lo han monopolizado. -Nos cuenta Benjamín.




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