Canción: Physical - Dua Lipa
Renesmee
Cuando despierto, abro los ojos para darme cuenta de que estoy sentada en un avión. Jacob está a mi lado y mira por la ventana. La ceremonia termino hace unas horas y ahora nos dirigimos a nuestra luna de miel. A pesar de que la isla Esme es hermosa y que he ido en otras ocasiones, esta vez Jake decidió el destino y hasta ahora lo ha mantenido en secreto para sorprenderme.
-¿Cómo está mi bella durmiente? -me saluda. Se acerca a mí y une nuestros labios en un beso casto y breve.
-Hum, adormilada -Sonrío. -¿Dónde estamos?
-Casi llegamos al aeropuerto, dormiste durante casi todo el viaje. -Me dice él.
-¿Ah sí? Empiezo a pensar que los aviones me dan algo de sueño.
-¿Algo o mucho? -levanta una ceja.
-Bastante -río.
Él se ríe conmigo y me toma de la mano y me la besa. -No puedo creer que estemos casados. A veces pienso que no estás aquí y que todo esto es irreal.
Aprieto su mano. -Esto es real. Nosotros. Y sí, estamos casados. Tienes que pensar que vas a durar toda tu vida soportándome.
-No creo que me moleste, con tal de estar contigo.
Me sonrojo. -¿Tienes que saber siempre que decir?
-Mientras te haga reír, sonreír o alegrarte pues sí. Modestia y aparte te conozco muy bien. -Presume.
-Y yo a ti -reitero. -Creo que por eso estamos juntos.
-Sí...
-¿No me vas a decir a dónde vamos? -pregunto otra vez.
-Me gustaría darte la sorpresa. -Me dice mientras juega con mis dedos.
-Hum. ¿Por favor? -Digo haciéndole un puchero.
-Creo que como quiera te ibas a enterar porque van a anunciar el destino ahora. -Comenta mi esposo.
-¿Ya llegamos? -pregunto tratando de mirar por la ventana.
-Parece que vamos a aterrizar. Estamos perdiendo altura. -Le escucho decir.
A continuación, se escucha el sonido del audio parlante encendido y luego una voz cálida de mujer se dirige a través de el a todos los pasajeros: Damas y caballeros, favor abrochar sus cinturones. Nuestro capitán procederá a aterrizar en Nassau en los siguientes minutos. Gracias por volar con nosotros.
-¿Nassau? -pregunto anonadada. -¡Me vas a llevar a Bahamas!
-No exactamente. Si vamos a aterrizar en Nassau, pero nos dirigiremos después a una isla llamada Cayo Grande. Pensé en una pequeña villa para nosotros dos, solos, con acceso a la playa. ¿Qué te parece?
-¡Me encanta! -Reacciono emocionada. Le beso suavemente la comisura de los labios y el mueve su cabeza un poco para recibir el beso completamente. Cuando nos separamos, le muestro una sonrisa con ganas. -Gracias, de verdad me encanta la idea.
-Me alegra que te guste la idea, vida mía. -Me toma de la mano y acepto su ofrecimiento.
Estuvimos unos minutos tomados de la mano mientras el avión aterriza en tierra. Es de noche y hace mucho calor. Bajamos del avión y nos dirigimos luego a buscar nuestro equipaje, luego de todo el ajetreo correspondiente. Justo ahora, esperamos el transporte que nos llevará a nuestra villa. El aeropuerto está más transitado que de costumbre, debido al inicio del verano.
Un señor mayor de algunos cincuenta años más o menos se acerca a nosotros y nos saluda a ambos. -Buenas noches, bienvenidos a las Bahamas. -Dice en una voz amigable. -Esperamos que disfruten su visita. Seré el encargado de acompañarlos a su destino. -Luego del saludo ambos le agradecemos su bienvenida mientras nos coloca un collar de flores a cada uno.
Sonrío por el detalle.
Descubrimos que el señor se llama Leroy. Tiene dos hijas y un nieto. Y es de una isla cercana, llamada Grand Bahama. Él nos guía hasta un coche elegante en el que ambos nos montamos en lo que él se encarga de guardar el equipaje. Luego coloca el auto en marcha.
-¿Y hay mucho que recorrer para llegar a Cayo Grande? -pregunto con curiosidad.
-Pues, Leroy nos llevara hasta el puerto, luego nos montaremos en un pequeño barco express hasta la isla. -Jacob me atrae hacia el en un abrazo.
-¿No era más fácil montar otro avión? -pregunto. -Supongo que después de abandonar el barco tenemos que tomar otro transporte hasta la villa.
-Si, seguro, pero pensé que te gustaría ver el mar. Tenemos una cena preparada en el barco. El transcurso es de media hora.
-Veo que pensaste en todo, muy listo. Y tienes razón. Es más divertido así. Te has ganado un beso. -Le digo cerca de su oído.
-¿Ah sí? ¿Puedo reclamar mi premio? -pregunta divertido.
-Claro que sí.
Jacob se acerca a mí y me besa los labios. De forma tierna y pausada. Coloca su mano libre en mi pierna. No lo llevamos más lejos porque una voz carraspeo interrumpiendo el momento.
-Guarden esas energías para más tarde. -Aconseja Leroy con una risa en sus labios.
Me muero de la vergüenza. Jacob se ríe. Mientras yo me pongo colorada como un tomate. Me acurruco en su pecho hasta que el recorrido por la ciudad termina y finalmente llegamos al puerto.
El barco es bastante bonito. Para algunas 50 personas, con una hermosa cubierta. Ahí hay algunas mesas acomodadas con varias parejas y familias. Encima, unos pequeños bombillos amarillos dan vida al lugar. Y, sobre todo, la vista, es hermosa. Las olas del mar chocan contra la embarcación de manera pasiva mientras la brisa juega con mi cabello. Unas nubes blancas se observan a lo lejos. Así como también cierta cantidad de luces a ciertas distancias. Lo que me da a entender que en esos puntos hay varias islas, con ciudades y pueblos. Nassau va quedando atrás mientras atravesamos los estrechos del archipiélago.
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Editado: 25.05.2025