Hasta qué tu corazón deje de Latir (sin revisar)

Capítulo 3. Noche Problemática

Renesmee

El chico seguía de pie delante de mí.

- ¿Podemos hablar? – repitió al ver que no respondía

- ¿De qué quieres hablar? - Pregunte sarcástica tratando de no llorar en frente suyo – De como faltas a tus promesas, ¿De cómo tras a tu amiguitas huecas a esta casa? Mejor Jake ¿de cómo me sustituiste? ¿De eso quieres hablar? – le rete

- Nes – agarro mi mano con más fuerza- No me he olvidado de ti, eres una de las personas más importantes de mi vida – argumento el

- ¿A si? Dime Jake y estos 4 meses que lugar ocupo en tu vida ¿el ultimo?

- Nessie… perdón o quería que fuese una sorpresa, creí que estarías feliz por mi

- No me gustan las sorpresas y menos el hecho de que mi mejor amigo me vaya sacando de su vida poco a poco

- No es así Nessie…

- Si lo es Jacob, date cuenta… Desde que ella está en tu vida, no respondías ni mi emails, tus llamadas son breves. Has cambiado

- Lo lamento.

- ¿Es todo lo que tienes que decir?- él se limitó a mirarme- ¿ves? Hablamos después Jake.

Me voltee y empecé a caminar con las manos me limpie el rostro. Ni una lagrima más por ti Jacob. Ni una sola.

Salí afuera a sentarme en la terraza. El sonido de mi celular me distrajo.

- ¿Si?

- ¿Renesmee?

- Si, ¿quién habla?

- ¡Por Dios! Ya ni me recuerdas, que mala amiga eres.

- ¡Alex!

- ¿Cómo estás? ¡Me contaron que llegaste hoy!

- Sí, los rumores en este lugar corren rápido

- Forks es muy pequeño

- Touche

- Te llamaba para ver si quieres salir al bar

- ¿A estas horas? – mire mi reloj

- Por Dios Renn, no me digas que volviste de Londres convertida en un friki, solo son 2 o 3 copitas nada más

- Bueno, Bueno está bien

- Perfecto, iré a recogerte en 30 min. ¿Vale? ¿A casa de tus abuelos? Bien te veo allí.

- Ok, ¿nos vemos? – dije

Silencio en la línea.

- ¿Hola? ¿Hola?

La tarada cerró el teléfono.

Genial.

No me libro de esta. Yo que pensaba irme a dormir y listo.

Alexia -o Alex como yo siempre le he dicho- es hija de una de las amigas de mi madre del instituto, Jessica Stanley. La conozco desde hace un tiempo, aun antes de irme a Londres. Ella tiene un estilo muy californiano; gafas de sol y ropa ligera.

Somos un poco contrarias. Pero bueno, después de todo somos amigas.

Me puse un vestido negro, no muy corto pero tampoco tan largo y unos tacones no muy altos. Me recogí el cabello un poco en una coleta alta y me puse un poco de maquillaje. Nada exagerado.

Baje las escaleras y evite pasar por el comedor por si Jacob y la noviecita seguían en la casa. Ya le había mencionado a mamá que iba a salir, al salir vi el Jeep de Alex acercándose a la entrada. Me saludo con un ademan, me acerque al auto y me subí.

Hoy será una larga noche.

Bella

- Me preocupa Renesmee… - salto el de repente, ambos estábamos en la cama, aunque no nos durmamos.

- ¿Porque lo dices? –le pregunte

- Ya sabes porque Bella.

- Ella, tiene que darse cuentas de sus sentimientos primero.

- Pero sabíamos que la situación ocurriría y no hicimos nada al respecto.

- Jake tiene derecho a elegir.

- ¿Hiriendo a nuestra hija? – arqueo una ceja- a mí ni siquiera me cae bien esa chica. ¿Cómo se llama?

- Elizabeth y Si lo sé, pero ellos deben arreglárselas solos. Cambiando el tema ¿qué te parece la idea que comento Alice en la cena?

- ¿Renovar nuestros votos? –hizo una pausa – No, yo no sirvo para esas cosas

- Pero será genial, además yo quiero hacerlo.

- Bueno – resoplo – pero ayuden a Alice, ya sabes que si se encarga ella de todo, será muy extravagante todo. Una ceremonia sencilla.

- Vale, gracias, gracias – me tire encima de él y le abrace- no te arrepentirás. – me separe.

- Ahora hay algo que quiero hacer – dijo el misteriosamente

Lo mire a los ojos, ya me imagino por donde viene esto. Me puse en guardia.

- No lo harás

Me eche a correr mientras él me seguía.

- Ven aquí Bella

- No, ¡Atrápame si puedes Edward!

A veces nos comportábamos como unos niños.

***

Renesmee

El bar alumbrado con luces de neón, se veía igual, como la última vez que pase por esta calle hace 4 años.

Solo he venido un par de veces pero no había durado más de media hora en el sitio, a pesar de ello, nunca me fije en el nombre.

Supongo que a veces soy despistada.

Alexia y yo nos sentamos en uno de las mesas del fondo.

Pasados unos minutos, uno de los camareros de este lugar se acercó a nuestra mesa. Y mi amiga pidió 2 tragos mientras le coqueteaba al mesero. Esta chica nunca va a cambiar.

Mi pensamiento me hizo rodar los ojos, mientras ella le guiñaba un ojo pícaramente, y el pobre chico se puso tan rojo que parecía que explotaría en cualquier momento.

Automáticamente él se retiró, de inmediato explote en carcajadas.

- ¿Qué es gracioso? – pregunto ella con sarcasmo

- Pobre tipo esta todo colorado- dije entre risas ahogadas

- Es que se sitio intimidado por mi

- Si claro

Ella se echó a reír

- Pobre, creo que nunca lo había alagado una mujer – miro para todo lados- esta genial el bar. ¿No es así?

- Si esta mejor que antes

- Al parecer lo han remodelado… bueno vamos a bailar – me tomo del brazo

- No espérame, ¿nosotras 2 solas?

- ¡Claro! Cuando nos vean a nosotras 2 chicas súper lindas, se van a acercar muchos chicos para invitarnos a bailar, ¡te lo aseguro!

- Yo no sé bailar Alex, creí que lo había dicho – dije media tímida

- Ay Renn por Dios…

- En serio, ya no te burles mensa.

- Bueno esperemos los tragos entonces – resoplo ella.

Sonreí triunfante.

Alec

- Recuérdame porque estamos aquí…

- Aro nos mandó a vigilar a unos neófitos que están causando problemas. Están llamando la atención, más de lo normal - respondió mi hermana cortante




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