Hasta que tus padres nos separen.

T R E I N T A Y T R E S

NARRADO POR ANDREW.🩺 💊

Mi último día de trabajo finaliza con éxito, después de meses trabajando sin descansar y por largas jornadas laborales, he obtenido vacaciones, iré a Kansas con los abuelos y deseo que Karyme me acompañe «aunque dudo que lo haga luego de lo que pasó en la celebración de año nuevo, está muy molesta conmigo y no responde mis llamadas, ¿por qué las mujeres son tan complicadas?».

Entro al área general de descanso que consiste en cómodos sofás, una moderna cafetera y muchas opciones de crema y azúcar para tomar un buen café del sabor que desees, yo lo prefiero amargo.

—¿Cansado? —cuestiona Marlene, una compañera de trabajo.

—Un poco —me derrito en el sofá.

—Pensé que estarías huyendo del hospital —se mueve con velocidad para servir dos vasos de café y me entrega uno —seguro lo necesitas.

—Gracias —bebo el contenido humeante, ella vuelve al pequeño estante donde están todos los ingredientes para preparar el café y le vacía una buena cantidad de crema líquida de avellana con azúcar —y respecto a lo otro, digamos que no tengo mucho que hacer en casa —me encojo de hombros.

—Los chicos y yo iremos a un restaurant de comida china, ¿quieres venir con nosotros?

—Suena bien, tiene mucho que no voy a un restaurant —vuelvo a darle un sorbo a mi bebida —gracias por la invitación.

—No es nada —guiña el ojo —los chicos están por terminar su turno —asiento.

Un incómodo silencio se apodera del lugar y ella decide romperlo.

—¿Qué tal estuvo tu experiencia en el otro hospital? Supe que fuiste la guía de los practicantes —sopla su vaso de café y lo bebe.

—Fue una buena experiencia —sonrío tontamente, lo mejor de estar en aquel hospital fue atender a Karyme, el destino ya hizo su parte, ya nos reunió en muchas ocasiones, ahora me toca hacer el resto y conquistarla.

—Tu rostro confirma que lo dsfrutaste —suelta risitas cómplices.

—Las personas son muy cálidas.

—Y por lo que veo, hay chicas muy lindas —levanta sus cejas a manera juguetona.

—¿¡Qué?! —la sobresalto sin intención de hacerlo —¿tanto se nota que pienso en una chica?

—Babeas por ella —me acusa y me sonrojo cuán maricón —¿has ido a visitarla? —está muy interesada en conocer mi respuesta, Marlene es muy curiosa.

—Vive aquí, fue a pasar unos días allá, sufrió un accidente y me tocó atenderla.

—Seguro eres su súper héroe —suspira enamorada y niego con dolor.

—Ojalá lo fuera —en ese momento llegan los chicos.

—¡Vámonos! —exclama Robert —¿te unes, Andrew?

—Claro, ya lo invité —se apresura a decir Marlene.

Salimos del hospital despidiéndonos del resto de personal que se queda laborando y la mayoría de los chicos suben al auto familiar de Robert.

—Los seguiré —anuncio.

—Nos vemos allá.

Enciendo el auto, coloco mi cinturón y giro el volante para salir del estacionamiento, al pasar los minutos llegamos a uno de los mejores restaurantes chinos de la ciudad y tomamos asiento en una de las mesas más grandes.

Los chicos optan por compartir los platillos entre todos y me parece buena idea.

Mi cuerpo está presente en la conversación que tienen, pero lo único en lo que pienso es en Karyme, ¿ya habrá comido? ¿Cómo irá su día? ¿Estará trabajando o en casa? Todo de ella me interesa y preocupa, lástima que ella no quiera creerlo.

—¡Provecho! —exclama Marlene y estaba tan absorto pensando en el pequeño demonio que ha robado por completo mi corazón, que ni siquiera me doy cuenta en qué momento ha llegado la comida.

—Igualmente —digo.

Tomo los palillos desechables y sirvo pequeñas cantidades de varios platillos, me gusta mucho el fideo chino con pollo y almendras.

—Wow, sabes usar muy bien los palillos, yo no puedo —curva los labios la única chica en la mesa.

—Es fácil —tomo su mano y hago los movimientos necesarios para que pueda tomar la comida.

—Es más fácil con tu ayuda —sonríe ruborizada —gracias.

—No es nada —tomo los fideos con los palillos, los llevo a mi boca y los absorbo, están deliciosos.

Sigo tomando comida de los diferentes bowl que están más vacíos cada segundo que pasa y cuando estoy a punto de explotar por ingerir tantos alimentos, decido dejar los palillos frente a mi plato vacío.

—¿Ya te llenaste?

—Sí, me llené después de acabarme el bowl de fideos y arroz chino —se ríe —ustedes coman con calma —no es necesario decirlo dos veces, pues asienten al instante.

Después de minutos todos han terminado, una mesera se acerca a ofrecernos la cuenta y decido ser yo quien pague, eso de dividirnos la cuenta me parece muy infantil, además no tengo problema en pagarlo.

—¡Hey, ¿por qué haces eso?! —reclama la chica —todos comimos.




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