[6 meses después...]
Estoy llegando al hotel que reservé en oceanside, la misma ciudad a la que vine con mi Ismael en vacaciones, la misma ciudad donde Andrew me atendió con ese inolvidable cubrebocas y la misma ciudad en donde Ismael se consumió en llamas.
Para nada es fácil estar aquí, cada espacio, cada lugar, cada palmera y cada respiración me recuerda a él. Sin embargo, es justo por él y por su papá que estoy aquí y que estoy haciendo todo esto, ¡mañana es la inaguración de una nueva funeraria!
Después de tanto tiempo, trabajo, esfuerzo y dinero invertido, finalmente cortaré el listón de la funeraria constituida por mí, misma que seguirá llevando el apellido del papá de Isma, la diferencia es que ahora que sé lo difícil que es constituirla lo admiro mucho más, pues el proceso resultó ser más complicado de lo que imaginé.
El mérito no sólo es para mí; papá me ayudó con todo lo relacionado con el marketing, Kem y Azrael «¡sí, hasta ellos pusieron su granito de arena!» con los trámites contables y jurídicos, la señora Nancy se encargó del diseño del plano arquitectónico, Gonzalo «quien ya comprendió que algo entre nosotros no sucedería» a conseguir a personal profesional y Andrew siempre estuvo acompañándome en cada paso que di así fuese un paso hacia adelante o hacia atrás.
Han sido 6 meses en los que he aprendido a querer a Andrew, ¡juro que lo quiero con todo mi corazón!
Y ya no me siento culpable por hacerlo, he entendido que esa era una de las peticiones que Ismael tenía antes de morir.
Ismael nunca fue egoísta, al contrario fue más noble de lo que debería «sobre todo con una odiosa como yo» y sé que él estará feliz por mí y por lo que está floreciendo entre Andrew y yo.
¿Cómo no voy a querer al chico de ojos azules si es un recordatorio de lo bonita que es la vida? ¿Cómo no voy a quererlo cuando se desvive por hacerme feliz? ¿Cómo no voy a quererlo cuando me demuestra a cada instante que soy la mujer más bonita del universo? ¿Cómo no voy a quererlo siendo el gran hombre que es en todo el sentido de la palabra? ¿Cómo no voy a quererlo si ha luchado hasta el casancio por mí? ¿Cómo no voy a quererlo si ha estado esperando todo una vida por mí? ¿Cómo no voy a quererlo si me ha dado mi espacio, mi lugar y el respeto que me merezco aunque sus padres me odien?
¡Sí, sus padres me odian! Sobre todo su mamá, la misma señora que en un primer momento me halagó por estar tan "bonita" y me agradeció la donación que hice, la misma señora que ahora no quiere mirarme ni en pintura «lo gracioso es que literalmente lo hace, Andrew se ha encargado de llenar su casa, la de sus padres y la de sus abuelitos con pinturas en donde aparezco yo, cosa que me hace derretir de amor».
Ese chico de ojos azules se ha encargado de ayudarme en el gran proceso que ha sido superar el hecho de que Ismael ya no está a mi lado y la dolorosa realidad de que él ha muerto, de que jamás volveré a verlo.
Hay algo en Andrew que me hace perder por completo la razón, cuando estoy junto a él dejo de ser la chica amargada y me convierto en la chica más dulce y tímida del universo, cuando estoy junto a él dejo de ser la chica fría y me convierto en una jodidamente amorosa, cuando estoy junto a él no veo lo cruel que es la vida, sino lo bonita que es viviéndola a su lado, cuando estoy junto a él todo deja de ser negro y se convierte en rosa, cuando estoy junto a él los miedos y preguntas desaparecen, cuando estoy junto a él dejo de pensar en lo que pudo ser y pienso en lo que podrá ser, cuando estoy con él las nubes grises se alejan dejando el cielo tan despejado como una "x" en una ecuación matemática, cuando estoy con él mi corazón danza acelerado y hasta es capaz de ponerse de puntillas cuán bailarina de ballet, aquello suena imposible, pero después de pasar tanto tiempo con él, he comprendido que lo imposible sólo es eso que nos aterra y ahora sé que soy muy valiente como para temerle a las cosas.
Justo en este momento nada me parece imposible después de fundar una funeraria, asimilar la partida de Ismael, amarme tanto a mí misma «como nunca lo había hecho» e ir superando todos los miedos con los que antes vivía.
Ahora me siento liberada, ligera y llena de ganas de experimetar, de cambiar y sobre todo de vivir.
De vivir sin miedos, sin ataduras, sin prejuicios, sin dolor y sin el pasado atormentándome «¡vaya que lo hacía!».
Han sido meses de arduo trabajo intentando reencontrarme, reconstruirme y reconocerme, reconocer a Karyme Michaelson y no a la Karyme en la que me había convertido gracias a todo el cariño, apoyo y amor de Ismael.
Sigo teniendo la misma esencia de siempre, la diferencia es que ahora veo lo positivo de la vida así todo esté tornándose negro.
Bajo del Uber en el que me vine y me despido del chico luego de que amablemente me ayudase a bajar las maletas «no quise traerme el auto, quería descansar de manejar».
Estoy por ingresar al interior del hotel cuando un desesperado claxon suena, ruedo los ojos por el escándalo, volteo molesta para ver de quien proviene tanto mitote y niego sin poder creerlo cuando el bobo de ojos azules me saluda entusiasmado.
—¿¡Acaso estás persiguiéndome, demente?! —exclamo para que pueda escucharme por la distancia que hay entre nosotros, estoy furiosa «y feliz de verlo».