Hasta que tus padres nos separen.

O C H O

Despierto y lo primero que veo al abrir mis ojos es a Ismael quien aún está dormido, acaricio su cabello negro levemente, beso su mejilla y me dirijo al baño a darme una ducha.

Después de tantos días esperando, hoy es la boda de Claudia.

Aun no puedo creer que este viaje esté cambiando tanto mi vida, Claudia me demostró que es una amiga de verdad, me he sentido muy cómoda con las otras damas de honor, además de todo lo que sucedió ayer con Ismael, eso es lo mejor y lo peor que ha sucedido en estos días.

Cuando estoy bañada y perfumada, bajo a desayunar, en cuanto las chicas me miran me lanzan una mirada perversa con un toque de complicidad.

—¿Qué? —ruedo los ojos.

—¿Cómo la pasaste ayer?

—¿De qué hablan? —me sonrojo y aprieto los labios para no reír por el nerviosismo.

—Primero decidiste pasar un día con tu novio antes que con nosotras y ni siquiera respondiste nuestras llamadas.

—¿Me llamaron? —frunzo el ceño.

—Y varias veces —dice Samanta —¿tan ocupada estabas? —me guiña el ojo.

—Oigan, en serio, ¿qué tienen contra mí?

—Nada, pequeña —Eunice se ríe.

—¿Por qué insinúan que ayer hice cosas malas? —levanto mi ceja.

—Quizás por la mirada tan penetrante que muestran tus ojos, eso es señal.

—Piensen lo que quieran —les enseño la lengua —¿estás nerviosa, Claudia?

—Sorpresivamente, no —abro mis ojos como platos —hoy finalmente uniré mi vida con la de Cooper, el amor de mi vida.

—Owww —chillaron las chicas —créanme chicas, casarse es una de las cosas más bellas que pueden hacer en su vida.

—En unas horas comprobaré si lo que dices es cierto, Eunice.

La ceremonia religiosa será en la playa y la fiesta será en la enorme y lujosa casa de Claudia, en cuanto termináramos de desayunar empezaríamos nuestro trabajo como damas de honor que era asegurarnos de que la boda marchara bien sin importar que tanto trabajo implicara eso.

Desayunamos tranquilamente, el día más pesado de todos ya había empezado, es por eso que las chicas y yo tendríamos que hacernos cargo de revisar que todos los aspectos de la boda «como el menú, los meseros, las mesas, las decoraciones y las flores» estuviesen en orden y perfectos, eso es lo que Claudia desea.

Claudia debía estar lista muy temprano por la boda del civil en donde solo irían los padres y familiares cercanos de los novios «sí, decidieron hacer todo el mismo día».

—Karyme, ¿puedes ayudarnos a probar el menú? —Saraí pregunta juguetona.

—¿Les digo algo? —me rio cuán demente.

—¡Sí! —exclaman emocionadas.

—Al final, Claudia y yo agregamos comida de verdad al menú —pelo los dientes.

—¿A que te refieres?

—No todo el menú será vegano, lo lamento —estallo de risa.

—¡No era buena idea confiar en ti! —chilla Samanta y expando mi sonrisa.

—Fue lo mejor, chicas, recordemos que no todos los invitados que vendrán son veganos —les guiño el ojo y me marcho a revisar que las flores estén frescas.

Todo estaba marchando mejor de lo que imaginábamos, Claudia y las chicas hicieron buen trabajo con el personal que contrataron, todos son muy eficientes y es lo mínimo que pueden hacer después de tanto dinero que se les pagará.

—Debemos ir de inmediato a la playa para cerciorarnos que el arco de flores está listo.

—Arco de flores en una boda de playa —suspiro cansada —eso es muy tradicionalista.

—Aquí viene la chica más negativa del universo —Samanta rueda los ojos.

—¡Sigue siendo muy romántico! —se queja Eunice.

—¿No me digas que tu boda también fue así? —llevo la mano a la frente.

—Sí —estalla de risa —es muy tradicional y no me arrepiento de haberlo hecho.

—Si tú lo dices —suelto risitas.

Subimos al auto de Eunice rápidamente y maneja hasta llegar a la playa en donde será boda.

Debo admitir que Claudia tiene muy buenos gustos y fue muy inteligente «y nuevamente tradicional» al elegir colores pasteles para su boda, pues estamos en verano.

Todas las sillas están adornadas con una tela blanca, cada una tiene un pequeño listón de un diferente color pastel (algunos azules, otros rosas y morados).

Los chicos están a punto de terminar el arco de flores y debo admitir que está quedando hermoso «tanta cursilería arruinará mi frialdad».

Como todo está en orden, volvemos a la casa de Claudia.

Subo a la habitación, entro al baño a buscar mi cosmetiquera, por inercia giro mi rostro a la ducha y me encuentro con Ismael desnudo «por obvias razones» quien me guiña el ojo coquetamente.

—Ewk —finjo sobresaltarme al mirarlo desnudo «¡ja, como si no lo hubiese hecho otras veces!».




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