"Con traumas y todo, con heridas y todo,
tenemos la posibilidad de hacer que la vida vaya mejor o destruirse así mismo"
Mili.
El camino hacia la cafetería se me hizo eterno, muchas cosas estaba sintiendo en esos momentos,-"Yo puedo", "Ya estoy lista"- decretaba.
Al entrar la cafetería se encontraba casi vacía y pude encontrar rápidamente a Camila, mientras me acercaba ala mesa agradecí que ella escogió la meza del fondo.
Cuando llegue ella sonrió- Ya he pedido, yo pedí un café y ahí chocolate caliente y que tanto te gusta- me invito a sentarme.-¿Bueno de que querías hablar?- se recargó en la mesa para poner su atención en mí.
Serré los ojos y respire hondo,-Yo…-dude para seguir- Hay cosas que para mí no son fáciles de hablar, por mucho tiempo estuve callando "asiendo como si nada pasará" pero ya no más, quiero que lo sepas porque eres como mi hermana, siempre me has apoyado.
Ella solo me miraba y escuchaba fijamente mientras yo continuaba hablando.
-Una noche mi padre invitó a sus amigos a ver el boxeo, mamá y Alondra habían salido de viaje- mis ojos ya estaban llenos de lágrimas, mi respiración aumentó-Esa noche papá salió a comprar más bebidas y dos amigos de él se quedaron en casa.-las imágenes de esa noche atacaron mi mente, serré los ojos.
Sentí como Camila tomo mi mano y dio un pequeño apretón, -Tú puedes-susurro.
Yo puedo estoy arte de callar de sentir miedo, sentirme como una maldita cobarde, habría los ojos nuevamente, y continué.
-Yo ya me encontraba en mi habitación durmiendo, pero escuché como la puerta de mi habitación se habría, desperté cuando sentí a alguien encima de mí- y ahí fue cuando me rompí el escudo que siempre ponía se rompió, la sugerencia de la mano fuerte- Traté de correr, pero fue inútil- una risa agria y de dolor salió de mí.
Cuando la mire tenía los ojos llorosos y cargados de tristeza,-¿Tus papás y nana lo saben?- señor estaba entre cortada.
-En ese momento solo papá, pero no me creyó- me apresuré a contestar- "las niñas buenas no mienten" fue lo que él dijo- esas palabras dolían quemaban.
-Yo te creo- se limpió sus lágrimas, se levantó y me abrazó.
Esta vez no luche por alejarla, necesitaba un abrazo, para no sentirme sola, ambas lloramos juntas,-Mili tienes que denunciar- se separó un poco.
-Ya ha pasado demasiado tiempo, y si ellos tampoco me creen solo sería catalogada como una mentirosa más y al final no habrá valido la pena-
-Mili si no luchas como sabrás qué no vale la pena-
- Aún necesito más tiempo para poder hablarlo, aún tengo miedo-
-No tienes que tenerlo, siempre estaré ahí para apoyarte, pase lo que pase-
-Gracias- sonreí
Después salimos en dirección al parque, ya que Camila quería que me distrajera después de lo que le conté.
La noche ya se había hecho presente, decidimos regresar a casa de Camila, ya que me quedaría a dormir con ella, estuvimos viendo una serie que ella juraba me encantaría.
-Que tal te pareció- hablo cuando terminamos la primera temporada.
-Opinó que estamos locas por terminar una temporada, ya casi amanece y no hemos dormido nada-
-Eso no importa- le restó importancia- ¿Qué te pareció la serie?
-En serio te importa más que dormir, pero bueno, si me gusto me encanta que tiene ese toque de misterio.
-Lo sabía, sabía que te gustaría Rivedale, Ahora vemos la segunda temporada- rio maliciosamente.
Tome un cojín y se lo aventé, -no vamos a dormir tenemos escuela mañana-Hizo pucheros, pero al final apago la televisión y dormimos.
-Tengo mucho sueño- se quejó Camila mientras corríamos hacia la primera clase.
-Te dije que nos durmiéramos temprano, pero afueras querías seguir viendo la serie-
-Pues yo no te vi tan incómoda no hasta me decías que pusiera el siguiente capítulo.
Sabía que no me convenía seguir la conversación así que ya no me defendí,- Bueno camina que ya no quiero tener más retardos-
-Solo estoy esperando que estás tres semanas pasen rápido, y por fin tendremos vacaciones y el siguiente año será nuestro último en el instituto.
-Camina- la jalé del brazo.
Mientras estaba en clase no podía dejar de pensar que en tres semanas serían las vacaciones, tres semanas, este semestre fue muy interesante, aún no puedo creer que ya hallan pasado seis meses, desde que conocí a Aron.
La clase transcurrieron con normalidad, hoy tendría taller de Artes, el cual estaba segura de que reprobaría porque en todo el curso no había ido, me acerqué con el profe de Artes para saber si podía hacer algo para no reprobar.
Entre en el salón, donde ya asía el profe.
- Pero mi es que linda sorpresa.
Me sonrojé un poco- Profesor José-
-Dime - se recargó en la mesa para saber que tenía su completa atención.
-Quería saber si podía hacer algún trabajo, examen no sé, solo para no reprobar la materia-
-Sé que has pasado por mucho, pero me sorprende que ayas dejadas de venir si antes eras la primera en estar aquí.
-Lo sé profesor, pero sucedieron cosas en mi casa y tenía que estar ahí-Traté de justificarme.
-Lo entiendo, y me alegra ver que has venido asta aquí, eso habla muy bien de ti, veré que puedo hacer.
-Gracias espero si pueda hacer algo- le volví a agradecer una vez más y salí.
Camine de regreso a casa, aún no me acostumbraba a que la casa siempre que llegara no estuviera vacía, por mucho tiempo la soledad y el vacío fueron mis mejores amigos, pero ahora ya no.
Nana me recibió como siempre con una gran sonrisa, se acercó a mí y medio un beso en la mejilla, que bueno que llegas, la comida está lista.
Subí a mi habitación a dejar mis cosas, enseguida bajé a comer, papá esta vez nos acompañó.
-Faltan tres semanas Nana- le dije antes de comer.