Haters

CAPITULO 1

AGNES

Me gusta apreciar las colecciones del abuelo, él solía coleccionar desde bolígrafos hasta costosas pinturas. Ese hábito yo lo había copiado de alguna forma. Siempre contaba las historias tras los objetos que coleccionaba mientras Becca y yo curioseábamos los valiosos estantes, pero desde el comienzo me llamó la atención algo muy simple, algo que no necesitaba una historia complicada: los botones, el abuelo decía que era cuestión de suerte hallar uno en la calle o en cualquier sitio que no sea una prenda de ropa. No digo que sea una maniática que sale a buscar botones en las calles, pero la historia decía que encontrarlos te daba suerte, y yo siempre necesitaba suerte.

Lamentablemente el abuelo Max había fallecido cuando yo tenía dieciocho, fue un gran golpe para la familia, él enriquecía mucho el ambiente de... normalidad. Han pasado ya tres años desde aquello, pero nadie se atreve a acercarse a la sala de colecciones, claro, nadie aparte de mi o Becca.

Cojo unos cuentos botones que había encontrado el abuelo a lo largo de sus años, los tiene a todos en una pecera redonda. Nunca me canso de tocarlos, todos son tan distintos, pero igual de bonitos.

Unos toques en la puerta de entrada llaman mi atención.

-Señorita, su padre me manda a llamarla, la espera... en su oficina.

-Gracias Claudio. - le respondo devolviendo los botones- Voy ahora.

Asiente cerrando la puerta. Pocas veces papá nos lleva a su oficina, si quiere decirnos algo suele ser en la cena.

Me apresuro en llegar hasta el despacho, pero cuando llego a la puerta dudo en tocar, es muy probable que diga algo que no quiero escuchar, el ajetreo de la gente de servicio me hace dar una idea del que viene. Toco la puerta y paso sin esperar a que responda. Se encuentra sentado, con los brazos apoyados en el escritorio sosteniendo su cabeza, sus ojos avellana están fijos en mí. Puedo verlo cansado.

-Van a llegar el fin de semana, Agnes. - dice viéndome parada.

- ¿Qué? ¿este fin? Aún faltan dos semanas. - me acerco para sentarme enfrente.

-Lo quisieron adelantar, no quiero que piensen que eso es un problema.

-Mamá estuvo preparando todo para esa fecha, y nosotros...

-Tu madre ya lo sabe. - me corta- solo tiene que mover algunas cosas, y lo demás no es una complicación.

Papá parece tranquilo, pero sé que no lo está, suele ser muy preciso, y mover las fechas sí que complica bastante todo.

-Bien, entonces ¿Qué puedo hacer yo? - cuestiono levantándome.
 

Papá me mira por unos segundos, probablemente piensa que no me agrada la idea, y estaría en lo cierto, pero analizándolo bien... prefiero no esperar más, estoy lista, estamos listos hace bastante. Le doy una sonrisa.

-Puedes ayudarle a tu madre, distráete un poco.

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Había pasado solo 20 minutos con mamá y había tenido que usar una barata excusa, diciendo que Becca necesitaba ayuda, le pedí que me llamara y fingí el resto, claramente mamá se dio cuenta de mi farsa, pero no dijo nada.

Ahora Becca cepillaba su corto cabello distraídamente mientras yo la miraba, comenzaba a dolerme la espalda, mi posición desde el suelo no ayuda. Llegué a su casa hace como media hora, le conté la noticia de papá y hablamos muy poco, sé que está algo preocupada, el sentido de lealtad y confianza es muy estrecho entre nosotras.

-No te preocupes, estaré bien. -Dije sabiendo que Becca me escuchaba.

-Parecerá una eternidad. - No me miraba ¿Acaso se refería a la llegada de él? - El tiempo que estés fuera, será mucho. -aclara.

-Sabes que no será así, lo intentaré... ¿Qué digo? Lo haré - Suspiro- A la pequeña inseguridad que despierte estaré muerta.

Me miró, sus ojos verdes estaban brillantes, pero sabía que no lloraría, ella es así, prefiere guardarlo. 

-Iré contigo- Becca está enloqueciendo- Tía Antonia dijo que mi tobillo está perfecto, que estoy igual, o incluso me

-Definitivamente no- la corté- Mamá no es médico, ella puede ver tu avance, pero no puedes decir que irás conmigo, sería más complicado, a papá tampoco le agradaría la idea.

-¿Si? Bueno, ¿Qué me dices si te digo que ya lo conversé con tu hermano? Él piensa que es una muy buena idea. Diremos que necesito una pasantía, y como tu estarás en Canadá... elegí ese país, y no es una mentira del todo, podremos estar juntas, seré de más ayuda que cualquier desconocido.

Quisiera decir que tiene un puno, pero no es así. Papá no lo aprobará, tal vez mamá, pero papá no.

- ¿Pasantía? ¿Piensas que te creerán eso? Él es igual o más perspicaz que William. - Solté aire y me levanté para acercarme a ella- No discutamos esto. - me posicioné detrás suyo sosteniendo sus hombros- Falta poco, disfrutemos el tiempo que nos queda- la miré a través del espejo- ¿Salimos hoy?

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En mis planes (considerando que Becca era un alma libre) estaba el ir a alguna fiesta, pero como si el mundo quisiera decirme que no conocía a mi mejor amiga, nos encontrábamos en una heladería. Un momento estaba triste y sacando ideas suicidas, y a la otra...

-Baja la voz, Becca- susurré tocando su mano, pero ella seguía riendo como si nadie la viera, como si fuéramos los fantasmas de las navidades pasadas- Hey, mira quien viene ahí. - no le mentía, si mi vista no falla él es Gerald Miller, uno de los hijos de los socios de nuestras familias, y uno de los tantos crushes de Becca, es una pena que esté demasiado distraída burlándose de la vez en que mi hermano me hizo caer en la piscina con el vestido de noche antes de un evento de mis padres... Casi mato a Andrew por eso. - Becca se está acercando. - intenté que mi cara no mostrara expresión alguna porque el miraba y se acercaba en nuestra dirección, y estoy segura de ello porque elegimos la mesa de la esquina, todos sabemos que no hay nada detrás de la mesa de la esquina, nada además del vidrio que da hacía afuera.




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