Tenía entre mis manos, este maldito celular, este que acababa de destruir mi realidad, hubiese preferido que todo sea tan solo un sueño, pero, ¿Quién podría aun estando dormido diferenciar con la realidad?
Te había deseado, incluso llegué amarte tanto, y ahora comencé a odiarte, pero, al hacerlo empezaste a convertirte en mi primer enemigo.
Tac, tac, tac… seguía bajando el individuo, era raro, porque no terminaba de hacerlo, “¿sería tan alto? ¿Cuántos pisos tendrá?” pensé, mientras mi corazón no paraba de latir de prisa, a estás alturas tenía miedo más a un asesino que a un fantasma.
Aún, la luz permanecía apagado, estaba muy oscuro, de repente, escuché nuevamente la sonrisa, aquella que me había espantado, y traído hasta este misterioso lugar.
-Jajaja- reía una niña, se escuchaba muy cerca de mí, me asusté, y sin darme cuenta dejé caer mi celular, inmediatamente me puse de pie, ahora sí que quise huir de este lugar, pero estaba atrapada, no podía hallar la puerta.
Toqué lentamente cada mueble, sin hacer mucho ruido, suave, muy suave, cada movimiento. Encontré por fin la salida, se detuvieron los pasos del sujeto, y PUN ¡se encendió las luces!
- ¡Madre mía! - grité horrorizada, tenía tan cerca unos ojos, estos estaban llenos de sangre, a centímetros de mi rostro, delante de mí, me miraban fijamente, entonces me tapé la boca aterrada, me quedé perlática, las piernas me temblaban, pero, no podía dar ni un solo paso, ni siquiera pestañé, me había quedado paralizada.
La persona que tenía delante de mí ¿Quién sería? No lo conocía, lo único que puedo afirmar es, que este acababa de ser una víctima, ¿sería de aquel sujeto que venía por las escaleras? La siguiente ¿Podría ser yo?
Entonces volví a mis cabales, una persona había sido asesinada, tenía que pedir ayuda, y sobre todo escapar.
Indignada, asustada, llorando silenciosamente, volví a ver, una vez más al cadáver. La forma que había sido asesinado, no podría explicarlo, ¿habría sido asfixiado, golpeado o acuchillado? Son de mil maneras que uno podría ser atormentado y acabado como este individuo, formas que nunca, ni siquiera por un segundo de mi vida, me las había imaginado que serían la muerte de alguien.
Estaba colgado, ahorcado por una soga, su cuello cortado, la sangre salía, goteaba y goteaba, el uniforme que llevaba puesto acababa de convertirse en rojo. Mis ojos comenzaron a buscar algo, un indicio o detalle que me pueda ser útil para pedir ayuda.
Me percaté rápidamente en su camiseta, decía “Rosh Laniz” un nombre extraño y poco usual.
Sin perder más el tiempo, decidí salir, pero cuando estaba a punto de hacerlo, escuché algo, una voz por dé tras de mí.
- ¿A DÓNDE VAS? NO ESCAPARÁS DE MÍ- dijo atónita la voz de una niña, inmediatamente se apagó la luz.
- ¡Quién demonios eres! – grité a todo dar, y agregué -La policía, viene en camino, más te vale no hacerme daño, porque te puedo asegurar, que te arrepentirás por el resto de tu vida- dije amenazándola. No puedo explicar ni ahora mismo, de dónde saqué todas las energías como para echar fieros a alguien que acaba de matar a una persona.
Editado: 25.10.2022