Hay duendes en los árboles

Capítulo tres: El árbol de las almas perdidas

El Árbol De Las Almas Perdidas 
Cuenta la leyenda que en el principio y el fin del bosque ha existido siempre un árbol, un árbol en el cual habitan todas las almas de las personas que han muerto en este pueblo y en este bosque, son pocos los que han podido ver con sus propios ojos este árbol. Aquellos que han vuelto dicen que sus ramas son las más largas y fuertes de todo el bosque, pero que al estar frente a él, el frio recorre tu piel hasta dejarte sin aliento, y cuando menos lo esperan las almas que habitan ahí despiertan para defenderlo, si te atrapan eres obligado a vivir una eternidad ahí, eres uno con el árbol. 
Si logras huir, sin saberlo te vuelves su mensajero y cuando sea el momento ellas te estarán esperando. Hay quienes dicen que ese árbol fue plantado por la mismísima muerte. 
También se dice que todas esas almas esperan en ese árbol el dia en que puedan descansaren paz, pero parece que eso nunca pasara. 
Muchos cuentan historias sobre fantasmas que caminan por este pueblo, que vigilan desde el bosque, sin embargo, nadie sabe de lo que son capaces o si eso qué cuentan sea real, tan solo es una historia más para evitar que los niños entren al bosque. 
Si llegas a ver este árbol será mejor que salgas lo más rápido del bosque antes de que sea demasiado tarde, si llegas a ver algún fantasma reza porque no seas a quien busquen, de lo contrario estas condenado, porque si alguna de esas almas está ligada a ti puede que sea más difícil escapar de tu destino. 
 

Bruno

 — ¿Sabes porque estás aquí? —me pregunta el capitán. 
—Por lo que paso con Natalia— le respondo con seguridad. 
—Si exacto, es lamentable que una chica de diecinueve años haya muerto— por la forma en la que me lo dijo, sabía que el me culpaba a mí. 
—Lo sé, era mi amiga y no pude hacer nada. 
—Claro, ¿supiste que tu amigo volvió? —sabía que era astuto, cualquier cosa que hiciera o diga mal podía meterme en problemas. 
—Si, dejo claro que no quiere verme, y mucho menos su papá — decirlo me entristecía demasiado. 
—Cuéntame un poco sobre ti. 
 

Pocos saben todo de mí, solo saben lo que decido contar no me orgullece todo sobre mi vida y la mayoría me juzga por culpa de mi padre. No sabia mucho de su pasado, mis vecinos cuentan que él era un soldado de guerra que llego a este pueblo de la nada. Mi madre y su familia tenían una pequeña panadería a la cual llego mi padre buscando comida y un lugar donde pasar la noche. 
 

Mi abuelo era una persona demasiado amable quien le abrió las puertas de su casa a un completo desconocido, mi padre para agradecerle lo ayudaba en la panadería, no tardó mucho en aprender a hornear y tampoco tardo mucho en enamorarse de mi madre. Me han contado que mis padres estaban tan enamorados que hacían todo juntos, trabajan en la panadería, iban a fiestas y con el tiempo se casaron, con la bendición de mis abuelos, parecían tener una buena vida, cuando mi abuela y mi abuelo murieron ellos quedaron a cargo de la panadería. Al poco tiempo nació mi hermano Finn siendo panadero de corazón, mi madre decía que lo heredo de mi abuelo, y cinco años después nací yo, no fui tan bueno en eso de hornear, pero nadie me igualaba como repartidor. 
 

Cuando tenía seis aprendí andar en bicicleta, era el niño más veloz del pueblo, así que yo repartía el pan cada mañana, durante esos días conocí a Jeremías y nos hicimos amigos, después llego Dante y  rápidamente nos volvimos un trio inseparable. 
 

Mi hermano Finn era genial en la escuela era bastante bueno, el pueblo lo apreciaba, pero mi padre parecía tener un problema con él, al principio no era así pues le demostraba su amor de varias formas tanto que era imposible no verlo, aunque cuando las peleas entre mi madre y el comenzaron, su amor por la bebida también lo hizo. Llegaron días en los que no teníamos nada para comer porque por consecuencias de las peleas y los problemas de alcohol la panadería cerro. Yo tenía mi escape, el bosque y mis amigos, pero mi hermano se quedaba defendiendo a mi madre recibiendo la peor parte. 
 

Cuando tenía ocho el pueblo nos veía con ojos de lastima, aunque nadie hacia nada soloobservaban, hasta que una noche mi madre despertó a toda la colonia con un grito desgarrador que hasta la fecha es recordado por todos, el motivo fue mi hermano, antes de eso mi padre había discutido con mi hermano quien recibió una paliza y mi madre no hizo nada, negándose a ir al doctor, mi hermano se aseguró de que cenara algo y quedándose conmigo hasta que yo durmiera, horas después mi madre nos despertó gritando y llorando, ahí estaba mi hermano tirado en el baño sin vida y con las muñecas sangrando sin parar. 
 

Aquel joven con talento panadero que nunca dejo de sonreír, murió con el corazón hecho pedazos debido a que su padre lo golpeo hasta el cansancio y su madre no lo defendió, pero con la esperanza de que su muerte ayudar a que su hermano no pasara por lo mismo. 

Mientras el pueblo acudía a nuestra casa mi padre intento golpear a mi madre diciéndole que era su culpa que el estuviera muerto, pero mi padre no contaba con que el pueblo nos defenderia hasta que llegara la policía, mi padre fue arrestado por unas semanas, después salió libre, pero no regreso a casa, mientras que mi madre después de enterrar a mi hermano se fue y nuca supe más de ella. Y así a mis ocho años de la noche a la mañana perdí a mi familia. 
 

Nadie quería hacerse cargo de mí solo era cuestión de tiempo para ser llevado al orfanato, pero nunca paso, pero Lalo llego y me llevo con él, y desde entonces vivo con él. El ambiente no es de lo más agradable la gente va con él a comprar droga, supongo que por eso soy como soy, Jeremías empezó a consumir por mi culpa y al poco tiempo Dante también. Se cometieron errores, pero también cosas buenas pasaron.



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En el texto hay: misterio, drama, sobrenatural

Editado: 22.04.2024

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