Hay duendes en los árboles

Capítulo siete: Descanse en paz

El pueblo entero se encontraba en el funeral de Natalia, llevo tiempo, pero estaba ocurriendo.

Aun duele el verla ahí sin vida, en vez de verla sonreír.

Muchos pensaran que todo lo que paso, fue por que Dios lo quiso así, por que era lo que debía pasar.

La muerte es natural, tarde o temprano la muerte llegará por nosotros, pero el como ella se marchó no lo fue, no tuvo nada de natural.

Todos lloramos su partida y eso esta bien, muchas veces nos preguntamos, ¿Qué es de ellos cuando mueren?, pero muy pocas nos preguntamos, ¿Qué es de nosotros después de que se van?, ¿Todo se resume en llorar?.

No te odio por que hayas muerto, no odio el sentimiento que tu muerte me causo, al contrario trato de entenderlo, estoy tratando de aprender de ello y hacer algo con todo eso antes de ahogarme.

No olvidaré todo lo que viví a tu lado, ni lo que pudimos haber vivido, el estar aquí diciendo todo esto enfrente de todos no es fácil, y no debe tener que serlo.

Aun sigo confundido y siento tantas cosas, que no estoy seguro que pasará conmigo, solo quiero que sepas, si es que me escuchas, que te amo con todo mi corazón, te amo tanto, y por ello te dejo ir, voy a estar bien y se que tu igual, descansa en paz amor mio. Te veré en la otra vida, okey.

Al fondo una luz tan brillante se hizo presente, es difícil de explicar que era, pues esa luz comenzó a subir hacia el cielo, hasta que ya no fue posible verla.

Dante bajo y fue asentarse a lado de su padre, esperando el momento de sepultar a Natalia.

Eran las tres de la tarde y el funeral dio por terminado, todos salieron y se dirigieron al lugar donde Natalia descansaría en paz, puños de tierra caían, cada habitante del pueblo dejó caer uno y poco a poco ese ataúd fue imposible de ver.

Después de eso todos permanecieron en el lugar un buen rato, y poco a poco se iban marchando hasta que solo quedó Dante frente a la tumba, y de ahí no se movió hasta caer la noche.

La noche cayó, y el seguía ahí, tomo asiento frente a la tumba y solo ahí se quedó.

A lo lejos alguien parecía acercarse, hasta llegar a Dante y sentarse junto a él.

—Hola, ¿como estas?— le dice una voz familiar.

Dante tardo en responder, pero al final lo hizo.

—Creo que bien, ¿y tu?.

—Diría que bien.

—Creí que no te volvería a ver.

—No podía dejarte solo en este momento.

—Gracias.

—No debes agradecer, aquí estoy.

Pasaron los días, luego semanas y luego meses, después del funeral todo volvió a su normalidad poco a poco, Dante no estaba solo, pues Clara lo acompaño, apesar de que no fue sencillo, pues su corazón solo latía por el.



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En el texto hay: misterio, drama, sobrenatural

Editado: 25.12.2024

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